Matrimonio Arreglado

El anuncio

El poderoso magnate conocido como el señor Thorme. Convocaba a todos para dar un importante anuncio. En su acogedor despacho reunía a las personas más importantes de su familia que para hacer pública una decisión que había tomado, y ya no habría marcha atrás. Los tíos de Karol, su primo Edrian, y los empleados con cargos de más importancia en la mansión, se daban cita frente al escritorio de este hombre hallándose completamente a la expectativa de lo que pudiera estar diciendo. Manuela era la principal interesada en esa conferencia. De hecho era la primera en estar presente en esa conferencia improvisada que solicitó el señor Thorme de manera inesperada, y con carácter de urgencia. La desvergonzada stripper se encontraba allí parada en el lado contrario al escritorio, junto frente a los demás invitados. Riendo de formar chocante y provocativa sabiendo que a la gran mayoría de la familia no le gustaba para nada esa aventura amorosa que el empresario decidió tener a una edad tan avanzada. Ellos desaprobaba totalmente la relación que acaba de nacer. Tenían muchísimas razones para hacer. La diferencia de edad, el obvio interés de la joven chica por el dinero del señor Thorme, el que dirán las personas de la alta sociedad al enterarse que una personaje tan respetado se estaba involucrando con una simple bailarina, o simplemente porque no les caía bien Manuela. Eran muchísimas las razones posibles para oponerse a esta relación. Sin embargo todos estaban en contra por el mismo motivo en común. Ellos al igual que Kenia y Karol, temían que le dueño de la mansión Thorme decidiera cambiar su testamento en un arranque de “amor", y optara por nombrar como gran heredera de su fortuna a su nueva novia, ya que todos los que se encontraban alrededor de él, aspiraban poder hederar algo cuando este dejara de existir. Los presentes veían con desprecio a Manuela quién continuaba burlándose en sus caras de manera muy despreciable. Incluso le coqueteaba de manera sarcástica al mismo Edrian, sin embargo el primo de Karol la ignoraba virando su mirada en otra dirección.

Todos se colocaban automáticamente de pie al ver al gran señor Thorme ingresar al despacho. Un profundo silencio invadió el salón debido a la gigantesca expectativa que generaba en interés de todos los presentes por saber cuál era ese anuncio tan grande que deseaba dar. Anhelando que fueran buenas noticias, y que no hubiera sucumbido ante los vulgares deseos carnales que le propinaba Manuela.

— Buenas tardes a todos. Pueden sentarse — indicó el señor Thorme tomando asiento junto a Manuela, su novia. Lo que por cierto no era una buena señal, y daba mal augurio de lo que se venía — Los he reunido esta tarde aquí en mi despacho para anunciarle algo que decidí hoy por la mañana, y que quería todos fueran testigos presenciales en primera fila. Acá presente está mi familia que aún habita la mansión, mis empleados de más prestigio y confianza, y Manuela... El gran amor de mi vida. He decidido no notificarle a mis hijas Karol y Kenia por petición de mi novia. Ella abrió mis ojos, y me hizo entender que quizás no estaban listas para una noticia de esta magnitud. Así que seré yo quién encuentre luego la manera de decírselos en un tono que ella lo puedan entender, y asimilar. Cómo saben, desde siempre me he esforzado por darle lo mejor a mi familia. Desde muy joven trabajé fuertemente para que nuestra apellido fuera sinónimo de fortuna, abundancia, y riqueza. Siempre sacrifiqué mis ratos libres, cosas que quería hacer, e inclusive mi propia felicidad al casarme sin amor con la madre de Kenia solamente porque todos creía que sería lo más prestigioso para nuestra raza, al ser ella desendientes de una adinerada familia. En aquel momento lo hice por ustedes. Así les daría prestigio, distinción, el respeto de las grandes élites que mueven a esta ciudad. Ahora. Hoy en día que he expresado abiertamente el amor por esta hermosa señorita, he notado que muchos de ustedes no están de acuerdo con nuestra relación. Dicen que no es lo correcto, que me veo ridículo, y estoy siendo estúpido al confiar en ella. Luego de todos esos llamados de atención por parte de ustedes, y pasar noches enteras meditando, he llegado finalmente a entender la verdad, y eso fue como si una granada estallara justo en mi cara. De verdad no entiendo cómo pude estar tan ciego todo este tiempo. Fuí tan ciego que no pude ver una verdad tan evidente, y eso es que ustedes son unas malditas sanguijuelas — exclamaba el señor Thorme provocando el asombro entre todos los presentes que no podían creer lo que estaban escuchando.

— ¿Qué diablos estás diciendo, hermano? ¿Perdiste completamente el juicio? — replicaba la hermana del señor Thorme, y madre de Edrian al sentirse totalmente ofendida por las palabras del magnate empresario.

— ¿De verdad creen que estoy loco? Ustedes son los egoístas que jamás se han preocupado en agradecer todo lo que yo les he brindado con mi esfuerzo, y ahora que conozco al amor de mi vida, me encuentro con que no apoyan en lo absoluto nuestra relación. Estoy totalmente al tanto que todos temen por mi herencia, todos quieren su trozo del país. Son unos egoístas que solamente piensan en si mismos, pero eso cambia hoy. En este momento decido apostar por mi felicidad en lugar de la de ustedes. Los he convocado esta tarde para sean testigos de esto — el señor Thorme sacó desde el fondo de su bolsillo una pequeña caja de color púrpura que contenía un anillo en su interior. También con ese mismo impulso se arrodilló frente a su novia Manuela y le hizo la siguiente pregunta — ¡Manuela! ¡Amada mía! ¿Te quieres casar conmigo?

— Por supuesto que sí, ¡siiii quiero! — exclamó Manuela entusiasmada ignorando por completo el beso y el abrazo que el señor Thorme deseaba darle. Ella solamente estaba interesada en detallar desde cerca ese hermoso anillo que exhibía una elegante piedra preciosa, mientras se preguntaba en su interior cuánta plata podría costar en una casa de empeño.




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