— ¡Cómo lo escucharon! Manuela está embarazada, vamos a tene un hermoso varón que llamaremos Manuel como su hermano — reiteraba el señor Thorme para asegurarse de que sus hijas le hubieran escuchado bien.
— ¿En serio nos hiciste venir hasta acá para notificarnos esto? — preguntó Kenia de forma muy indiferente.
— ¡Pues sí! Pensé que estarían felices de saber que iban a tener un hermanito — confesó el señor Thorme volteando a ver al su esposa.
— ¿Hermano? ¿Al menos estás seguro que es tuyo? — Kenia preguntaba de forma muy imprudente.
— ¡Por el amor de Dios, Kenia! Respeta a tu madrastra. Esto es el colmo de verdad. ¿Cómo te atreves a ofender a mi esposa de esa manera? — gritaba Ken Thorme muy molesto.
— ¿Ofender? ¿En serio hablaremos de ofender? Llegué a esta mansión con el hombre que amo, el verdadero amor de mi vida. Tenía la esperanza de que eso te causara algún tipo de alegría. Sin embargo ni siquiera te has molestado en preguntar si nombre. Él es Alberto, y acaba de ofrecerme matrimonio. Nos vamos a casar, y solamente acepté venir a esta casa para hacértelo saber. Realmente me importa un cacahuate lo que tengas que decir. Si aceptas nombrar al hijo bastardo de esta zorra como tu hijo, ese tu problema, no el mío — Kenia alzaba la voz muy molesta e indignada por el pésimo trato que había estado recibiendo por parte de su padre.
— ¡Kenia! Te dije que ya basta. Respeta a tu madrastra ahora mismo — el señor Thorme gritaba totalmente iracundo exigiendo respeto para su señora esposa.
— No te preocupes, Ken, cariño. Es normal que estén molestas conmigo. Ellas me ven como la culpable de que sus madres no estén aquí — intervino Manuela de manera amable tomando la mano del señor Thorme para tratar de calmarlo.
— ¡Ni siquiera se te ocurra nombrar a mi mamá en tu cochina boca — amenazaba Kenia señalando a Manuela con su dedo índice.
— ¡Ya basta! Ya estuvo bueno de amenzarnos, y ofendernos. Si eso era lo que querías decirnos, pues te felicitamos papá. Espero seas muy feliz cambiando pañales a tus 68 años de edad. Seguramente te debes de ver muy bien dándole palmaditas en la espalda para que expulse los gases, y moviendo su cuna para que se duerma — dijo Karol finalmente interviniendo en la reunión — ahora si ya terminaste de restregarnos tu felicidad en la cara, me gustaría regresar a casa con mi esposo, y mi hija.
— ¡Todavía no puedo creer que soy tía! — exclamó Kenia muy emocionada.
— Su nombre es Keena. Ella es la bebé más hermosa que verás en tu vida. Saluda a la tía Kenia — Karol se notaba muy feliz al cruzar finalmente un par de palabras con su hermana luego todo esos meses.
— De hecho aún hay algo muy importante que me gustaría compartirles también. He decidido cambiar mi testamento para nombrar como única heredera de toda mi fortuna a la madre de mi hijo. Hemos estado meditando, hablando durante mucho tiempo, y finalmente llegamos a la conclusión de que mi dinero no podría estar en mejores manos si algo llegara a pasarme, que en las manos de la mujer que me dará al primer Thorme varón. Solamente de esa manera puedo asegurar que mi hijo, Manuel, crecerá en un mundo perfecto para él, incluso si yo llegase a faltarle — informó el señor Thorme dejando caer una segunda bomba, aunque esta era mucho más potente. Era como si quisiera asegurarse de matar cualquier cosa que haya quedado vivo después del primer ataque.
— ¿Esto es un chiste verdad? ¿En serio lo harás porque ella misma te lo sugirió? ¿Qué tan estúpido hay que ser para no ver una verdad tan clara? — preguntaba Karol muy indignada por la actitud sumisa de su padre.
— ¿Puedes dejarme terminar? ¿Por favor? — pidió el señor Thorme de forma odiosa — también quiero informarle que por sugerencia de mi esposa, he decidido nombrar a Edrian como el tesorero de todos nuestros bienes. Él será quién decida sobre todas mis pertenencias el día que Dios decida llevarme junto a él.
Justo en ese momento todo fue tan claro. A medida que Edrian caminaba para llegar al centro del despacho, pude entender claramente que él fue siempre la mente maestra detrás de todo. Fue su plan desde un principio que todo esto sucediera. Primero hizo que Karol se casara para que quitara a Kenia del camino, fue él quién trajo al Manuela principalmente diciendo que era su regalo de bodas para nosotros, luego pudo encontrar la manera de hacer que el señor Thorne se enamorara de su cómplice sabiendo que tendría todo el tiempo del mundo mientras se cumplía el plazo reglamentario para que pudiéramos adoptar al bebé. Por último siempre supo que su tío anhelaba un nieto, pero para que se confirmaría con un nieto cuando podía cautivarlo por completo dándole su primer hijo varón. Uno de los mejores planes de la historia ejecutado de forma magistral. Ese era el verdadero matrimonio arreglado.
— Tu dinero no me importa papá, jamás me importó. De hecho nunca estuve realmente enamorada de Ander. Nuestro matrimonio fue totalmente arreglado con el único motivo de no permitir que Kenia tomara posesión de algo tan valioso — dijo Karol.
— ¡Lo sabía! — exclamó Kenia celebrando que siempre tuvo la razón.
— Sin embargo en el camino descubrí que fue la mejor elección que pude hacer en mi vida. Descubrí que lo amo, y ahora junto a nuestra hermosa Keena, quiero pasar el resto de nuestros días juntos. No me importa si es en una super mansión de lujo, o en una pocilga bajo un puente, siempre y cuándo estemos juntos los tres — confesaba Karol con palabras muy emotivas — pero tú papá. No sabes la locura que estás cometiendo. Así que llegó la hora de que tomes un decisión. ¿Decides continuar con esta locura? ¿O por fin aceptas abrir los ojos, y elegir a tus hijas verdaderas? — propuso Karol colocando un ultimátum a su padre.
— ¡Entiendo! ¿Qué me dices tú, Kenia? ¿También tomas la misma postura que tu hermana? — preguntó mi suegro a su hija mayor.
— ¡Obviamente siempre voy a apoyar a mi hermanita! — confesó Kenia levantándose de su asiento para abrazar a su hermana con mucho cariño dando así una respuesta contundente a su padre.