En su propia habitación Azriel no podía borrar la sonrisa de sus labios, el beso debía admitirlo había sido un gesto bastante impulsivo, quería que se llevaran bien, mas no quería acercarse tanto, la visita de Alexander le había recordado que por el momento no estaba buscando nada serio o real, cumpliría con lo que su padre le estaba pidiendo, mas no volvería a involucrarse de forma sentimental, con nadie en quien no pudiera confiar; pensó que talvez debía disculparse por lo que había hecho, pero tan solo con haber visto ese adorable sonrojo en las mejillas de Dorian y la cálida sonrisa que le dedico, se sintió conforme y de alguna extraña forma completo, como si solo eso hiciera falta.
Mientras se cambiaba la ropa, se cuestionó como entre tantas cenas y fiestas donde ambas familias eran invitadas, jamás reparo en alguien tan luminoso como lo era su prometido.
- ¿A dónde vamos? – pregunto Dorian cuando ambos se reunieron en la entrada.
- sorpresa – respondió Azriel guiándolo a una lujosa camioneta gris.
- ¿Qué haremos? – insistió Dorian no queriendo admitir que estaba nervioso.
- sorpresa – repitió Azriel entre risas.
No podía evitarlo estaba sonriendo con las constantes preguntas de él y el tierno puchero que adornaba su rostro; subió con Dorian en los asientos traseros, dejando por primera vez en su vida el volante en manos de un chofer, aunque siempre había sido parte de una familia adinerada.
- Azriel no puedes solo responderme eso – se quejó Dorian de forma infantil.
- sí puedo, así que sigue preguntando – Azriel se burló.
- ¿Por qué eres tan malo? – pregunto Dorian después de pensarlo unos segundos, intentaba parecer molesto, pero solo conseguía verse más tierno.
- yo no soy malo, tú eres impaciente – Azriel hablo, haciéndose el ofendido.
- está bien, lo siento – Dorian bajo la mirada.
- no te disculpes, solo estaba bromeando – Azriel presiono un poco la mano de Dorian, descubriendo que estaba helada.
- entonces ¿me dirás? – pregunto Dorian con esperanza.
- no – Azriel volvió a reírse.
Cuando Dorian regreso su mirada a la ventana con su característico puchero, Azriel extendió su mano libre detrás del asiento y tomo con cuidado el pequeño paquete que sabía estaba ahí, pues él había dado la orden de que fuera colocado dentro del auto, lo levanto y sonrío mientras miraba como Dorian estaba intentando adivinar a donde se dirigían por lo poco que lograba ver a través de la ventana; dejo la pequeña caja en las piernas de él, el peso y el movimiento hizo que Dorian se girar casi de inmediato y en automático le regalara una sonrisa a Azriel.
- comienzo a pensar que también debería regalarte algo – Dorian comento mientras liberaba el moño y destapaba el regalo.
- no hace falta – negó Azriel.
- siempre olvidados ¿no? – Dorian sacudió la cabeza con una sonrisa, mirando el juego de guantes y gorro que componían el regalo.
- solo digamos que el informe que fue enviado a mi asistente sobre el joven Dorian Lagunov era muy completo y específico – Azriel conto sonriendo mientras tomaba el gorro y se lo ponía con cuidado a él.
- ¿informe? – pregunto Dorian confundido.
Azriel solo asintió sin responder nada.
- ¡oh dios! ¿mis padres enviaron un informe de mí? Que vergonzoso, juro que los ahorcare esta vez – casi gritando, Dorian se cubrió el rostro con las manos.
- tranquilo – Azriel tomo las manos de Dorian y las aparto de su rostro, cuando consiguió su mirada, agrego - ¿mi padre no lo hizo?
- no, lo único que yo sabía de ti era tu nombre, edad y profesión, además de que eres hijo único – Dorian hablo con su voz casi en un susurro.
- lo lamento, pero no voy a negar que fue útil, sobre todo el conocimiento de tus miedos y alergias, no quisiera que te enfermaras estando bajo mi cuidado – Azriel comento aquello tratando de suavizar toda la situación y a Dorian le pareció tan lindo que no pudo contenerse, se acercó a él y dejo un pequeño beso en su mejilla.
- gracias, eres muy bueno conmigo Azriel – Dorian bajo la mirada un poco avergonzado por su anterior gesto.
- señor ya llegamos – el chofer al abrirles la puerta, los sacó de su burbuja, ninguno de los dos se había percatado de que el auto se había detenido.
Rápidamente Dorian se giró hacia la ventana para ver el exterior, pero igual de rápido Azriel negó y tiro de él antes de que lograra ver afuera, lo ayudo a bajar del auto y una vez de pie afuera le cubrió los ojos con sus manos, Dorian estaba tratando de controlar su ansiedad para que Azriel hiciera todo aquello, pero no por eso podía evitar las ganas que tenia de empujarlo para poder ver donde estaba; avanzaron unos pocos pasos, Azriel lo hizo detenerse y aparto sus manos despacio para que el pudiera mirar a su alrededor, cuando Dorian rio y brinco de alegría Azriel se sintió satisfecho de su elección.
- LA FERIA – grito Dorian con alegría.
- sorpresa – Azriel grito riendo.
- eres el mejor – Dorian se lanzó a abrazar a Azriel.