¿Cómo habría sido mi vida al lado de Camilo? No podía dejar de pensar en eso. Me imaginaba un universo paralelo en el que las cosas eran diferentes.
Ambos soñábamos con una ceremonia pequeña y planeábamos vivir en una cabaña solitaria en medio del bosque. Sonaba como algo imposible, pero estábamos dispuestos a todo y ese era nuestro plan.
Quería tener un jardín grande lleno de rosas, girasoles y árboles frutales, pretendía encargarme personalmente de ello. Nunca me molestó estar llena de tierra y todo lo que giraba en torno a las plantas y los animales me parecía muy interesante.
Camilo sabía que yo no había aprendido a cocinar, ni limpiar y solía decirme que le encantaba la suavidad de mis manos. Me prometió que se encargaría de todo y que me trataría como una princesa. No tengo dudas de eso. Él si sabía cómo tratar a una mujer. Todo habría sido perfecto si no nos hubieran atrapado.
Ya había caído la noche y Olivia me había llevado mi cena junto a un recado de Liam. Me había enviado varias tarjetas de crédito para que comprara lo que quisiera, pero le dije a Olivia que no las iba a aceptar y devolví todo. Estaba muy disgustada y me sentía impotente. Él no quería ayudarme y no sabía qué hacer.
Mientras veía a la nada mi teléfono empezó a sonar y me sacó de mis profundos pensamientos. Era una videollamada de los chicos, justo lo que necesitaba en ese momento. Acepté la llamada emocionada y vi a Valery y a Mateo a través de la pantalla, ambos estaban sentados en un sofá de color gris y me podía dar cuenta por la decoración que se encontraban en el departamento de Mateo.
‒¡Hola, Spencer! Me moría por verte ‒exclamó Valery con una sonrisa.
‒Hola, chicos me hacen demasiada falta‒ suspiré.
‒¿Cómo estás? ‒preguntó Mateo.
‒No tan bien que digamos. Quisiera estar con ustedes ‒respondí con tristeza.
‒Pues eso es justamente de lo que quería hablar, mis investigadores privados aún no han podido encontrar pistas del paradero de Camilo. Al parecer Octavio lo ha ocultado muy bien. ¿Cómo va tu plan? ‒cuestionó.
‒Fracasó terriblemente.
‒No me digas que el imbécil no quiso escucharte ‒intervino Valery.
‒Si lo hizo, pero no le interesa resolver nada. Prefiere seguir viviendo una mentira antes que exponer a Rubí y como si eso fuera poco no está dispuesto a enfrentar un escándalo de divorcio. Es un idiota por valorar más las apariencias que su propia vida.
‒Siento mucho oír eso Spencer, pero debo aceptar que no me sorprende. Los Forrester no sé divorcian, él no dará su brazo a torcer fácilmente ‒admitió Mateo.
‒Sí, lo sé. Ya me di cuenta.
Apoyé mi cabeza sobre mi mano y resoplé para apartar un mechón de cabello de mi rostro.
–Solo una estúpida podría firmar un acuerdo prematrimonial aceptando la cláusula de no retorno por el resto de su vida. ¿Y si se arrepintiera después? –agregué.
‒¿Entonces cuál es el nuevo plan? –preguntó Valery.
‒No lo sé. Nada de lo que yo haga parece importarle ‒medité.
‒¿Qué es lo peor que puede pasar si te vienes a vivir con nosotros? Octavio no tendría forma de saberlo.
‒No quiero poner en riesgo a Camilo por un capricho que no resolverá nada.
‒Sí, tienes razón, pero tu seguridad es igual de importante. No puedes permitir que te maltrate ¿Liam no sé ha pasado de la raya contigo? ‒indagó Valery con cuidado.
‒Ignorando su cinismo y su rara forma de pensar, debo admitir que me ha dado mi espacio y se ha mantenido enfocado en lo suyo. A la que no soporto es a Sandra, es una verdadera víbora que no pierde ninguna oportunidad para humillarme, no pienso dirigirle la palabra de nuevo.
‒Por un momento creí que podría ser nuestra aliada en esto ‒admitió Mateo.
‒Es lo que yo hubiera querido. Siento que desea hacerlo, pero no puede porque Liam tiene la última palabra.
Me pareció escuchar unos pasos en el pasillo, pero no estaba segura así que lo ignoré. Seguramente estaba volviéndome loca.
–Mejor cambiemos de tema y hablemos de algo positivo, ¿Cómo van los planes de la boda? –pregunté emocionada.
Mateo y Valery intercambiaron una mirada romántica.
‒Pues he estado pensándolo mucho y quiero planificarlo todo y casarme ya ‒explicó Valery con una sonrisa.
Mi corazón dio un salto.
‒¡Qué emoción! Era justo lo que quería escuchar, me alegro mucho por ustedes. Solo díganme la fecha y moveré cielo, mar y tierra para estar allí.
‒Aún no hemos escogido una fecha, pero será muy pronto.
‒¿Y cómo le darás la noticia a tus padres?
‒No les pienso decir nada, solo les enviaré una invitación y listo. Si quieren venir me parece bien y si no quieren venir no hay nada que pueda hacer al respecto.
‒Les caerá como un balde de agua fría, así que no puedo esperar a ver su reacción ‒agregó Mateo con malicia‒ Tienes que ser la dama de honor sí o sí, quitaré del camino a todo aquel que se interponga.
Editado: 19.07.2021