Matrimonio Infernal

Capítulo 19

Mateo y yo pasamos por una verdadera odisea para salir del edificio, los fotógrafos se empujaban unos a otros para tener el mejor ángulo y me preguntaban cómo se sentía la vida de casada. Me iba como el demonio. ¿Quién podría sentirse feliz en una tan familia tan rígida y aburrida?

Abandoné al chofer de Liam e ignoré a los guardaespaldas para subirme al Mercedes Benz color plata de Mateo. Él no tardó en unirse a mí al volante y empezó a conducir de inmediato. Creí que al fin tendría un momento de paz, sin embargo pude ver por el espejo retrovisor que nos seguían una fila de paparazzis.

‒¿Es broma? ‒exclamé sorprendida.

‒Tranquila, los vamos a desviar.

Mateo cambió de dirección y dimos vueltas y vueltas sin sentido para perder a los paparazzis. Tuvimos tiempo de sobra para hablar de política, religión, economía y un millón de temas más. Mateo era un chico demasiado divertido y era imposible aburrirse con él.

Nos dirigimos al restaurante solo cuando estábamos cien por ciento seguros de que nadie nos seguía.

Valery había reservado una mesa para nosotros y nos estaba esperando adentro. En cuanto me vio se puso de pies y las dos nos abrazamos fuertemente, ignorando al resto de clientes que nos veían como si estuviéramos locas.

‒Te he extrañado tanto ‒dijo Valery sin soltarme.

‒Yo más.

Mateo nos rodeó despreocupadamente y se sentó para ver el menú.

‒No sé ustedes, pero yo muero de hambre.

Las dos nos sentamos frente a él y empezamos a ponernos al día mientras nos servían nuestra comida. Estar con ellos me abrió el apetito y por primera vez en semanas pude comer todo mi plato.

‒Ya tengo cita para buscar mi vestido de novia, debes ir conmigo ‒comentó Valery.

‒Si Spencer te acompaña se dará cuenta toda la prensa rosa ‒intervino Mateo.

‒No digas eso, para entonces ya seré una feliz e independiente mujer divorciada.

‒Solo si no te enamoras de él en el proceso ‒dijo Valery.

Negué con la cabeza.

‒Sabes perfectamente que él no es mi tipo, no es romántico ni detallista, es el tipo de hombre que prioriza sus negocios por encima de cualquier cosa. Al viajar tanto tiene la oportunidad de tener una amante en cada país, de hecho creo que valoraba demasiado su libertad y se frustró mucho al tener que casarse conmigo.

‒¿Has escuchado de sus exnovias? ‒preguntó Valery.

‒Ni siquiera había pensado en ello. Ahora que lo mencionas me da curiosidad, deben ser frías y perfeccionistas. Sin duda deben pertenecer a su círculo cercano.

Mateo me aplaudió dramáticamente.

‒Acertaste. Veo que has estudiado con detenimiento al enemigo.

‒El enemigo de mi enemigo es mi amigo, si quedó en malos términos con su exnovia me interesaría mucho contactarla. Podría servirme de algo.

‒No te lo recomiendo ‒dijo Valery mientras mezclaba su bebida‒ Su nombre es Alexa Walker, es nieta de un hombre multimillonario, pertenece a la clase social élite. Tiene 27 años, estudió derecho, es blanca, rubia y tiene ojos azules, en fin, la típica chica norteamericana.

Valery me mostró una foto de ella en su móvil y para mi sorpresa vi que era mucho más de lo que Valery decía. Era alta, con piernas largas, cabello corto y facciones finas, parecía un ángel de Victoria's Secret. Era perfecta, todo lo que una mujer quisiera ser.

 ‒Liam y ella se conocen desde siempre, tuvieron una relación que duró tres años. La prensa rosa los seguía a todas partes y todos juraban que se avecinaba un matrimonio ‒continuó Valery‒ Hubiera sido algo muy ventajoso para ambas familias y sus negocios, pero sorpresivamente se dieron un tiempo de descanso y entonces, llegaste tú.

Me sentí como la hormiga más miserable e insignificante del mundo y deseé desaparecer de la faz de la tierra. Ese no era mi lugar, Octavio me implicó de una forma poco creíble.

‒Alexa tiene fama de ser muy arrogante, mira a todos por debajo de su hombro y sigue siendo muy amiga de Liam así que no sería una buena aliada. Ambos se han dejado fotografiar juntos en múltiples eventos de negocios y caridad, han demostrado que se llevan muy bien así que juraría que son…

‒Amantes ‒terminé la frase por ella.

Valery asintió con la cabeza. Que estúpida fui al creer que no sé estaba viendo con nadie.

–Así que es posible que hayan regresado y se vean a escondidas para cuidar su reputación. Nuestro matrimonio debió arruinar sus planes, una parte de mí se siente mal por él ‒admití.

‒Tampoco es justo para ti ‒se apresuró a decir‒  Confío en que todo se va a solucionar pronto. No pueden sostener esta mentira por siempre.

‒¿Tus hombres han podido obtener alguna pista de Camilo? ‒le pregunté a Mateo ilusionada.

‒Siento mucho tener que decirte que no, desearía poder darte buenas noticias ‒respondió él con decepción.

Suspiré y traté de ordenar mis ideas. No estaba ni cerca de llegar a una solución, no había hecho lo suficiente. Me sentía perdida.




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