Matrimonio No Consumado Libro 1

Cap 21 Mi esposa

El mismo día de las compras, después del encuentro con Pedro, Allison acude a la policía, el tipo se estaba pasando y ella corría  peligro. Se acercó a la inspección y puso el denuncio.

—Pedro Argüelles, es un hombre peligroso, él está al frente de la venta de drogas y vende menores de edad a la mafia rusa. Todo lo hace camuflado y en complicidad de otras personas que temen denunciarlo.
Por culpa de él, me quede sin padres y a la edad de 14 años, quiso abusar de mí y vender mi virginidad, ahora me persigue y quiere que le entregue dos cientos mil pesos!.

El secretario tomaba nota de la denuncia de Allison.
—Necesito protección, dentro de dos días vendrá a rondarme nuevamente y quiero que lo detengan!.— un escalofríos le recorrió la piel.

Había salido de la inspección satisfecha, junto con la policía habían ideado un plan que daría resultados, ella quería creer que todo iba a salir bien, para que el miedo no la invadiera, debía concentrarse y seguir pensando positivamente para llevar cabo el plan.

Esa semana tenía turno de noche y ya se estaba preparando para salir al hospital. 



Por otro lado Joseph había llegado a la Mansión al día siguiente en la mañana. Agotado después de 11 horas en vuelo, arribó costa mexicana, con un torrencial aguacero llegó a la Mansión. Margarita estuvo muy atenta a su llegada, el personal de servicio también. 

Todos ellos eran muy atentos, le sirvieron por años a Benjamín y eran personas de confiar.

El resto del día lo pasó en el despacho, trabajando en la computadora, también había hablado con su hermano, confirmándole que había llegado bien, pero que para su fortuna llovía a cántaros y ese día no pudo salir.

En esa mansión tan grande, que sólo desbordaba silencio y quietud, Joseph recordó las risas de su padre en la última semana de su vida, también recordó las veces que confrontó a Allison, y recordó cuando la besó. No era un beso cualquiera, era uno cargado de pasión y deseo incontrolable, sin pensar que era su esposa, que gracias a su padre, les había entrelazado el destino.

El se preguntaba como iría a reaccionar ella con esta noticia. Si más allá del divorcio le diera una oportunidad de remediar todos esos insultos y malos tratos de él,  cosa que deseaba que fuera así, pero no la iba a presionar, si ella no lo aceptaba, respetaría su decisión y se alejaría completamente de su vida.

Pasada las ocho de la noche sube a su habitación, cuando va a entrar, escucha un ruido de una habitación que está al final del pasillo, él sigue el camino buscando el ruido y abre la habitación mirando la figura de un gato, saltar por la ventana. 

Joseph buscaba iluminación, pero no encontraba como encender aquella habitación, se adelanta en medio de la oscuridad para cerrar la ventana cuando choca con unos tarros de pintura que se derraman en el piso, empapándolo a él. 

Margarita le enciende la luz. 
—Señor se encuentra bien? ¡escuché ruidos y subí para ver qué pasaba! 

—Estoy bien, solo que no encontraba el botón de encender la luz. 

—Pero mire como se embarró, ahora le toca cambiarse.

—¿Que es este lugar? 

—Es el taller de pinturas de la señora Allison, aquí pasaba las tardes pintando. 

Joseph reparaba el lugar y vio tarros de pinturas en varios estantes, brochas, y paletas de madera. fijó su mirada en varios cuadros colgados en la pared. 

—Ella tiene un verdadero talento, estos cuadros deben de estar en un museo de exhibición y acercándose más vio un cuadro que estaba tapado con un enorme papel, él alza el papel y se encuentra con la imagen de toda su familia.  

Se acuerda de la fotografía se la habían tomado el día que su padre viajo a Madrid cuando su mamá colapsó. Se impresionó por la imagen. Por la habilidad de Allison de agrandar la foto y hacer un maravilloso cuadro de ella. 
Admiraba a esa mujer, era una caja llena de sorpresas, que él poco a poco iba descubriendo. 



Por fin llegó el día esperado por Allison, estaba dispuesta a entregar a pedro, así le costara la vida, al fin y al cabo ya no tenía a nadie con quien compartir y,  si le pasaba algo nadie preguntaría por ella, ni la llorarían.

Ella por medio de su tía Esther consiguió un número de teléfono y logró contactar a Pedro, se habían citado en un lugar y una hora acordada, información que también tenía la policía. 

Esa mañana salía de turno del hospital, pero no iría a su casa se quedaría allí a esperar a que diera la hora, no confiaba en Pedro, era posible que su casa estuviera vigilada, de cierta forma en el hospital estaba más segura.


Para Joseph no le fue difícil conseguir la dirección de Hospital, el sabía que Allison trabajaba allí, Marcos le envió la dirección del domicilio y su número de teléfono.

Él se decidió llegar primero al hospital, no se atrevió a llamarla porque no sabía que le iba a decir por teléfono, quiso verla personalmente y ahí dejando el auto en el parqueo, caminó hacía el hospital con el corazón acelerado, los nervios recorriendo su cuerpo y con la incertidumbre de lo que  fuera a pasar.

Allison estaba en la cafetería del hospital donde a través de un ventanal se ve al personal que entra y sale. 

Fija su mirada en un hombre guapo, alto, fornido y elegantemente vestido, caminando como si el mundo le perteneciese sólo a él, seguro de sí mismo y atrayendo la mirada de  las mujeres, a su alrededor.

Allison pestañea varias veces, será o no será?. Lo ve mas de cerca, y una tensión se apodera de ella, sí antes, estaba nerviosa por Pedro, ahora estaba peor que una gelatina.

Quería esconderse, sus piernas no le daban. Lo sigue con sus ojos. Se fija que él se acerca a preguntarle a alguien. La persona la señala donde ella. Él levanta su mirada y se encuentran.

—Trágame tierra,  viene hacia acá?, ¿que hago?  ¿donde me meto?—. Ya era tarde el Adonis se dirigía directamente hacia ella.



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En el texto hay: romance, millonario, amor prohido

Editado: 17.11.2023

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