Las palabras de Leia Organa resonaron en el corazón de Kylo Ren como una melodía cargada de emociones. A pesar de su oscuro camino como Kylo Ren, seguía siendo su madre, y el cariño que sentía por ella nunca había desaparecido por completo.
Leia, con voz suave pero llena de determinación, miró a su hijo a los ojos. "Ben, sé que has elegido un camino oscuro, pero también sé que en tu corazón todavía hay luz. Eres la última esperanza para continuar con mi legado de lucha por la paz y la justicia en la galaxia", le dijo con un tono suplicante.
Kylo, enmascarado como Matt, bajó la mirada, luchando contra la marea de emociones que lo abrumaba. "Ya no soy el Ben que conocías, madre. He dejado atrás ese nombre y ese pasado. Ahora soy Kylo Ren, y mi lealtad está con la Primera Orden", respondió con amargura.
Leia negó con la cabeza, negándose a rendirse. "Siempre serás mi hijo, sin importar lo que hayas hecho. Aún puedes elegir un camino diferente. El poder de la redención siempre está presente, solo tienes que aceptarlo", le recordó con amor.
Kylo apretó los puños, luchando contra la dualidad en su interior. "Madre, mi camino está trazado. No puedo simplemente cambiar de rumbo. He hecho cosas terribles, cosas que no tienen vuelta atrás", admitió con pesar.
Leia puso una mano en su hombro, mirándolo con compasión. "Nadie es completamente bueno o completamente malo, Ben. Todos tenemos la capacidad de redimirnos y de cambiar nuestro destino. Incluso tú", insistió.
El conflicto interno de Kylo Ren era evidente en su mirada. Quería complacer a su madre, quería abrazar su legado de lucha por la justicia, pero también estaba atado a la oscuridad que lo consumía.
"Madre, no puedo prometerte nada. No sé si puedo ser lo que deseas que sea. Mi corazón está dividido, y la oscuridad me persigue constantemente", confesó con dolor.
Leia le sonrió con ternura. "Entonces prométeme algo más simple. Prométeme que encontrarás la paz en tu corazón, que te liberarás de la sombra que te atormenta. Esa es mi última esperanza para ti", le pidió.
Kylo asintió con un nudo en la garganta. "Haré lo que pueda, madre. No te puedo prometer que cambiaré completamente, pero prometo intentar encontrar esa paz que anhelas para mí", respondió con sinceridad.
Leia acarició su rostro, con lágrimas en los ojos. "Eso es todo lo que necesito escuchar, Ben. Nunca dejaré de creer en ti, en la bondad que sé que todavía hay en tu corazón", le aseguró.
En medio del amor y la angustia, madre e hijo se abrazaron con fuerza, compartiendo un momento de reconciliación y de despedida. Rey observaba desde la distancia, sintiendo el impacto de la situación en el corazón de Kylo.
Después de la emotiva despedida, Kylo y Rey regresaron a la base imperial, llevando consigo el peso de las palabras de Leia y la carga de su complicado destino.