Mavis Baker investigadora paranormal.

Capitulo 3.

Capítulo 3.

Hayley Brooke era una bruja especializada en el tarot, te podía leer las cartas en un segundo y también poseía la habilidad de ver fantasmas. Como Hayley vivía a las afueras de la cuidad, pues odiaba el bullicio de los carros y el humo.

La señora Baker abrió la puerta topándose con la mirada lila de la pequeña bruja, en su mano sostenía una escoba de paja. Con una reluciente sonrisa se saludaron y pasaron dentro.

— ¿Mavis te ha llamado?

— Si, pero ya estaba a punto de venir. Las cartas me han advertido de una presencia extraña en esta casa.

— ¿Hablas del chico fantasma que vino con mi hija? — preguntó la señora poniendo ojos soñadores.

— No lo sé. — se limitó a responder dejando su trasporte contra la pared, busco con su mirada algo y cuando lo encontró corrió hasta echarse sobre su objetivo.

Leo grito como loco cuando sintió que algo le caía en la espalda con fuerza, desde esa mañana que la loca de su hermana mayor le había asustado a él y a Darren en la habitación del hospital se había quedado con los pelos de punta.

— ¡Leo! — lo llamo esa vocecilla que lo hizo sonreír en grande.

— Hay, pequeña ¿cómo estás?

— Como una lombriz, sin embargo, estoy un poco preocupada por tu hermana.

— Entiendo, la bruja rubia se ha estado comportando de manera extraña.

— Tranquilo, eso lo vamos a arreglar. ¿Dónde está ella?

—En su habitación, lleva rato ahí.

— Subiré a verla.

Hayley subió las escaleras saltando de dos en dos, corrió hasta el final del pasillo y abrió la puerta de la habitación de Mavis de golpe encontrando una escena muy divertida. La rubia, con su rubio cabello hecho un completo desastre, corría detrás de lo que parecía ser un fantasma y en la mano llevaba una almohada con la que intentaba acertarle golpes al chico que reía a carcajadas.

A Hayley se le encogió el corazón al ver tal escena, si por lo menos ese chico estuviera vivo... Negó con la cabeza, no era el momento de buscarle novio a su amiga.

Espero tranquila en la puerta a que la persecución terminara. Una vez Mavis pudo asestarle un golpe que solo logro traspasar a su víctima se dio por vencida y se dejó caer en la cama.

— ¡Eso fue divertido! — grito Jest sonriendo. — Debería de peinarse más así señorita Mavis, se ve espectacular.

— Espectacular vas a quedar tu cuando encuentre la manera de poner mis manos sobre ti. — le gruño ella taladrando con la mirada sus ojos verdes. Jest se soltó a reír a carcajadas.

— ¿Puedo pasar? — preguntó una voz conocida desde la puerta.

— Hay, claro entra.

— ¿Quién es? — pregunto Jest, levitando hacia la pequeña bruja creyendo que no podía verlo.

— Si haces algo parecido con mi pelo me voy a encargar que no vuelvas a hablar nunca más. — lo amenazó sacando una varita de su larga túnica verde.

Jest se encogió de hombros levitando hasta la ventana.

— ¿Porque hay un fantasma en tu cuarto? — le preguntó con seriedad a la rubia.

— Me ha seguido hasta aquí, lo encontré... No — negó con la cabeza alborotando más su cabello, si es que eso fue posible. —... él me encontró a mí en un hospital en el que estaba investigando.

— Ya veo... ¿Y te ha seguido porque le dio la gana?

— Eso parece. — Mavis miro de reojo a fantasma que miraba por la ventana fijamente. — Hay algo Hay, no parece normal y tiene frases muy extrañas para referirse a su muerte... Uso la palabra: congelado. Y se niega a aceptar que está muerto.

— Bueno eso es un poco raro pero normal, al fin y al cabo, hay muchos fantasmas que se niegan haber muerto.

— ¡Pero este se sonroja! — exclamó en un susurro. La sonrisa Jest se le vino a la cabeza de pronto. —... y hay algo raro con sus dientes.

Hayley frunció el ceño confundida y se acercó más para poder escuchar mejor los cuchicheos de su amiga. La mención de los dientes le había llamado la atención, pero también un inevitable escalofrío la había recorrido de pies a cabeza como con una extraña advertencia.

— ¿Que hay con sus dientes?

— No lo sé... Debes de mirarlo. ¡Jest puedes venir un momento!

— Claro... ¿Que desean de mi las señoritas?

— Escucha esto: Hayley puede volar en una escoba.

Pero en vez del resultado que esperan ambas chicas lo único que consiguieron fue que los brillantes ojos del fantasma brillarán de una forma extraña y diferente, la pupila se le contrajo y gruño furioso.

— No me interesa. —contestó por fin saliendo por la ventana.

— ¿Que fue eso?

— Ni idea, pero se ha puesto furioso.

— Como un animal.

Mavis asintió de acuerdo con su amiga, solo esperaba que Jest volviera pronto. Tenía muchas preguntas que hacerle y la primera de esas era: ¿Cómo había muerto?




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