mayem mamen

capítulo 18 descubriendo que señor russo es mi padre

Narra Atenea

Cuando  señor Adriano vuelve  me comunica 
que había encontrado al novio de su madre. Sin pensar dos veces, le preguntó dónde lo tenía, y el señor Adriano me responde que lo tiene en una casa abandonada en ese momento. Luego, para llevarlo a la policía de inmediato le digo que quiere verlo. Al principio, el señor Adriano me dice que no es una buena idea, pero al final acepta que yo vaya. Sin embargo, es en ese instante cuando me dice:

—Atenea, si te sientes incómoda cerca de él, avísame de inmediato y te saco. De acuerdo, asiento con la cabeza.
Acto seguido, me marcho a la habitación.

Al entrar, me pongo pantalones oscuros con una camisa oscura junto con tenis oscuros. Después de vestirme, me hago un recogido en un moño. Una vez terminado, salgo de la habitación y camino hacia el salón, me acerco a ellos y les digo que estoy lista. Veo como al Señor Adriano tomar su llave y salimos de casa. 
Al salir, nos montamos en el coche y el señor Adriano comienza a conducir hacia esa casa abandonada, pensando en lo que va a suceder cuando vea a ese maldito.

Cuando llegamos, inmediatamente nos bajamos del coche a continuación entramos a la casa abandonada  veo a ese hombre sentado atado 
ahi dónde  me quedo mirándolo con tanta rabia y odio hasta que su mirada cambia. Sin pensarlo dos veces, me acerco hasta ese hombre y comienzo a torturarlo con puños y bastantes patadas hasta que cae al suelo.

Tras haberlo   golpearlo, regreso con ellos y les digo algo. Acto seguido, el señor Adriano me dice algo que me hace comprender algo importante. 
Hasta que comienzo a llorar, inmediatamente me abraza. En cuanto dejo de llorar, a continuación comienza a decirme una frase que supongo debo recordar. 
Acto seguido, nos marchamos. Al salir, subimos al coche y él comienza a conducir hacia su casa mientras massimo me acaricia el pelo. Cuando llegamos, mi amiga me pregunta cómo estoy. Así que simple le respondo que estoy bien y me retiro a la habitación antes de que sigan preguntándome. Una vez entro en la habitación, me cambio de ropa luego me tumbo en cama.

De pronto, entra Massimo veo cómo se acuesta junto a mí, donde simplemente lo abrazo apoyándome en su pecho. Inmediatamente mis ojos se cierran hasta que me dejo dormir y único escucho a Massimo que me dice una frase.

Han pasado ya un año desde que he cambiado por completo la relación entre Massimo y yo. Nos hemos acercado un poco más y además he notado que él ha estado actuando de forma extraña, más de lo normal.

Justo en este momento estoy en la oficina esperando para poder ver al señor Russo. La verdad es que estoy algo nerviosa, no entiendo exactamente por qué quiere verme precisamente hoy, cuando tengo mucho trabajo. 
Escucho la puerta abrirse, miro de reojo y veo al señor Russo. Nos saludamos como siempre, aunque debo decir que lo noto un poco más nervioso de lo normal. . 
Él se para enfrente de mí, clavando sus ojos en mí y sin andarse por las ramas, comienza a contarme una historia sobre su infancia y cómo su madre quedó embarazada. Lo escucho con atención, palabra por palabra, quedando cada vez más sorprendida al ver su nerviosismo mientras me mira directamente. Me muestra una carpeta y me dice que tengo que verla. Al abrirla, descubro que el señor Russo es mi padre, algo que sospechaba pero que aún así me deja atónita al recibir la confirmación.  y  noto como todo me da vueltas, las fuerzas me fallan debiendo así tomar asiento quedándome atónita
de haberme enterado a estas altura de mi vida de la verdad .

Y noto como todo me da vueltas, las fuerzas me fallan, por lo que debo tomar asiento quedándome atónita al haberme enterado a estas alturas de mi vida de la verdad. Ahí me dice que quiere conocerme un poco mejor, le digo que estoy dispuesta a conocerlo, pues está de acuerdo. Aún voy a tener un tiempo para asimilar todo esto. Sorprendentemente me dice que si necesito tiempo para asimilar la información, va a estar en margen.

Una vez que termino de hablar con él y escuchar su explicación, salgo de su oficina, hago todo el trabajo pendiente, al terminar tomo mi bolso y me voy de la empresa camino a casa.

Al llegar, me siento sorprendida. Mis ojos se abren al máximo mientras esbozo una sonrisa, mirando a todos lados y notando mi corazón latir rápido en mi pecho. Esbozo una sonrisa de gratitud y sorpresa mientras admiro el lugar, llenándome de alegría. Abrazo a Massimo y le doy un beso en los labios, queriendo a través de ese beso darle la respuesta de que quiero casarme con él, porque lo amo y es mi respuesta. 
Inmediatamente me carga mientras me da vueltas al aire por lo tanto sigue besándome, diciéndome lo feliz que está. Después me pone en suelo  y caminamos hacia la mesa donde veo la comida servida. 
Como un caballero, me saca la silla para que pueda sentarme y acto seguido se sienta. Comenzamos a cenar y ahí donde lo digo el descubrimiento  que mi jefe es mi padre, y él y yo hemos decidido conocernos un poco mejor.

Me pide que nos vayamos al sofá. Allí nos sentamos y nos servimos la botella de champán, mientras enciendo la televisión. Nos acomodamos muy bien en el sofá. 
Ahí fue donde vimos una película romántica. Por lo tanto, me emocioné mucho. Después de la película, nos fuimos a la cama. Al entrar, me desnudé al notar su mirada sobre mí, con un impulso total me giré para besarlo apasionadamente mientras caminábamos hacia la cama. Nos tumbamos sin dejar de besarnos, sus enormes manos sujetaban firmemente mis nalgas, apretándome más contra su cuerpo y haciéndome sentir su erección en mi vientre, lo que me hizo estremecer y gemir mucho. Sin dudarlo dos veces, me pregunta

—¿Estás lista, preciosa? —Su mirada llena de lujuria me anuncia lo que deseo, y lo cual respondo

—Sí contigo mi futuro marido —Noto que está bastante excitado al mismo tiempo que yo también lo estoy. Veo cómo se pone el preservativo y luego lo coloca. Lentamente empieza a penetrarme con movimientos suaves que me causan un leve dolor al principio. Al final logra darme placer mientras me da fuertes y rápidas embestidas, hasta que alcanzamos un clímax juntos. 
Sus labios se humedecen de nuevo con los míos y nuestras frentes siguen juntas, aún sin respiración, superando nuestros alientos. Pensando que hoy ha sido un día de muchas emociones juntas.



#619 en Novela romántica

En el texto hay: amor, familia hogar

Editado: 23.06.2024

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