Caminamos en silencio hacia la cabaña donde Zakar había estado viviendo. La distancia parecía corta, pero la tensión en el ambiente hacía que cada paso se sintiera más pesado.
Cuando llegamos, la puerta estaba entreabierta, y un ligero aroma a hierbas y especias flotaba en el aire. Llamé a la puerta, y Zakar apareció al instante, su expresión era seria pero cálida.
—¿Qué os trae por aquí? —preguntó, y noté un rastro de preocupación en su mirada.
—Necesitamos hablar contigo —dije, tratando de mantener la calma—. Sobre Nick.
Zakar nos invitó a entrar, y nos sentamos en el pequeño salón, rodeados de libros antiguos.
—¿Qué sabéis? —dijo Zakar, mirándonos fijamente—. ¿y que necesitáis que os aclare?
Anna se adelantó, y antes de que pudiera decir algo, la interrumpí.
—Brooke y yo vemos a Nick. Y creemos que su alma está atrapada aquí, intentando comunicarse con nosotros.
Zakar se quedó en silencio.
—Esto es más serio de lo que imaginaba.
—¿Qué pasa? —preguntó Ruby, su voz temblando ligeramente.
Zakar se inclinó hacia adelante, su mirada se volvió intensa.
—Nick sigue en atrapado en este mundo, aunque no físicamente claro, pero parece ser que tiene algo que lo retiene aquí, algo como un cometido o un deseo que cumplir.
Mi corazón se aceleró con cada palabra que decía, la idea de que algo oscuro pudiera estar acechando a Nick me llenaba de miedo.
—¿Y cómo podemos ayudarlo? —pregunté con la voz entrecortada.
Zakar se quedó pensativo por un momento, luego asintió lentamente.
—Primero, debemos encontrar el origen de ese vínculo. Necesitamos saber qué lo ata aquí. Si Nick está dispuesto a comunicarse, podremos descubrir lo que lo mantiene atrapado. Sin embargo, hay un alto riesgo. Si las fuerzas oscuras están involucradas, podrían intentar herirnos o algo peor.
Las palabras de Zakar resonaban en mi mente. Teníamos que ayudar a Nick, pero a un costo potencialmente alto. Miré a mis amigos, y vi el miedo reflejado en sus ojos, pero también la determinación.
—Estamos listos —dije, sintiendo que debía ser la voz de la razón—. Haremos lo que sea necesario.
Zakar asintió, y empezó a prepararse. Me pregunté si estábamos listos para enfrentar lo que vendría, pero en lo más profundo de mi corazón sabía que no podíamos rendirnos. Nick nos necesitaba, y no lo dejaríamos solo.
Mientras Zakar comenzaba a preparar los materiales para el ritual, sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Lo que me hizo darme la vuelta para comprobar si alguien me observaba.
Pero me topé con una cara más que conocida, Nick, estaba aquí. Di dos pasos como intentando acercarme a él, pero seguíamos a una distancia bastante grande.
—Brooke…No lo hagas—su voz era distante y fría. Como un susurro que llegaba de entre los muertos.
—¿Qué? Nick estamos intentando liberarte.
—Brooke…por favor…quiero quedarme a tu lado— de nuevo su voz entrecortada me hizo estremecer. Cuando me di la vuelta para buscar aprobación en la mirada de alguno de mis amigos me encontré con que todos me estaban mirando fijamente. Con cara de duda.
—Lo estás viendo ¿no?... a Nick…—la pregunta de Anna sonaba demasiado obvia, pero alguien la iba a hacer en un momento.
—Sí... —respondí con un hilo de voz— Está aquí, está justo delante de mí.
El aire en la habitación se volvió denso, como si la realidad misma estuviera temblando. Zakar, que había estado preparándolo todo, se detuvo y se giró hacia mí, su mirada estaba llena de preocupación.
—Brooke, esto es peligroso —dijo, con un tono grave—. Si Nick está aquí, significa que su espíritu está luchando por quedarse. Y eso no suele salir bien.
—Pero él no quiere marcharse... —protesto, sintiendo que cada palabra que decía era un hilo delgado que sostenía mi conexión con Nick—no podemos obligarle a marcharse.
Nick dio un paso hacia adelante. Sus ojos, oscuros y profundos, reflejaban una mezcla de tristeza y amor que me dejaba sin aliento.
—Brooke, no puedes... —su voz ahora sonaba más firme—. No entiendes lo que está en juego. Brooke tu eres una de las razones de mayor peso por las que estoy aquí, pero no la única. Hay algo más.
Mis amigos intercambiaron miradas llenas de confusión y temor. Jake, que hasta ahora había permanecido en silencio, finalmente habló.
—¿Qué te ha dicho? —su voz era firme, pero su expresión mostraba que estaba tan perdido como el resto de nosotros.
Nick se volvió hacia él, su mirada seria. Y aunque Jake no podía verlo se le notaba tenso.
—Hay algo oscuro que acecha en la aldea —dijo Nick, su voz resonando con una gravedad que no había sentido antes—. Algo que se alimenta del dolor y el miedo. No puedo dejar que os pase nada malo. Sobre todo, a ti Brooke. Tengo que protegerte.
Cuando les conté todas y cada una de las palabras de Nick a mis amigos el aire en la habitación se volvió pesado. Miré a mis amigos, buscando alguna señal que me indicara que todo iba a estar bien, pero sus rostros estaban marcados por la preocupación.
—Nick, ¿qué es lo que está acechando? —pregunté, tratando de mantener la calma, aunque mi corazón latía con fuerza contra mi pecho.
Su mirada se tornó sombría. —No puedo aseguraros nada. Pero lo que sé es que el vínculo que tenemos, el que se ha formado entre nosotros, es lo que ellos ven como una oportunidad.
—¿Una oportunidad para qué? —no pude evitar interrumpir, con la voz llena de ansiedad.
—Para traer de vuelta al guerrero oscuro, al que hundiste una bala en el corazón, al igual que yo estoy aquí ahora. Y eso podría poneros en peligro a ti y a todos.
Los huesos se me congelaron, y me sentí pequeña y débil frente a la situación. Si ese desgraciado que tanto me ha hecho sufrir estaba intentando volver, estábamos frente a un peligro inminente.
—¿Cómo podemos detenerlo? —le pregunté, sintiendo que el tiempo se me escapaba de las manos.