Desperté de golpe, con el corazón latiendo descontrolado. La habitación estaba iluminada y a mi lado se encontraban todos mis amigos.
—¿Pero que cojones ha pasado? — pregunté frotándome los ojos y sintiendo el dolor en mi espalda que todavía no había desaparecido.
—Te desmayaste, Brooke —dijo Ruby, su expresión llena de preocupación— Te encontramos tirada en el suelo del pasillo cuando llegamos.
Me incorporé lentamente, aun sintiendo un ligero mareo. El dolor en mi espalda seguía ahí, como un recordatorio de la conexión que había establecido con Nick. Miré a mi alrededor desconcertada.
Nick estaba allí, a mi lado. Me sentí aliviada al verlo, pero la preocupación seguía presente en mi mente.
—¿Estás bien? —preguntó, con su voz en un susurro, cargada de preocupación.
—Sí, creo que sí —respondí, intentando sonreír—. Solo me siento un poco mareada. Ay. Creo que voy a vomitar. —me levante corriendo de la cama y salí al jardín para echar lo poco que había comido esos días en la hierba.
Cuando volví a la habitación vi que todos me miraban con curiosidad. Pude notar que todos tenían cara de asco también.
—¿Qué pasa?
—Nick acaba de echar la pota delante nuestro. Joder que asco— dijo Jake con cara de asco.
¿Nick sentía prácticamente lo mismo que yo? Eso significaba lo que había dicho Nick: “si tu mueres yo muero contigo”
—¿Qué? —pregunté, sorprendida. No podía creer que, incluso en su estado, Nick pudiera experimentar algo tan humano como vomitar.
Nick se pasó la mano por el pelo, aun con un gesto de incomodidad y se encogió de hombros. —No puedo evitarlo. La conexión es… demasiado...
Ruby soltó una risita nerviosa mientras Jake intentaba mantener una expresión seria, aunque no pudo evitar sonreír también. —Deberías acostumbrarte. Esto es solo el comienzo. Ah y me alegro de que estes de vuelta Nick.
—Yo también tío.
Me senté de nuevo en la cama, ahora me sentía bastante mejor, aunque aún había un poco de mareo. La conexión con Nick era demasiado, y cada emoción que él sentía se reflejaba en mí, y las mías en él, como si fuéramos dos espejos.
Si Nick estaba experimentando mis emociones, eso podría ser tanto una bendición como una maldición.
—Así que, ¿qué hacemos ahora? —pregunté, tratando de desviar mi mente de estos pensamientos.
—Ahora mismo no hay nada más que podamos hacer excepto descansar hasta mañana. Se nos viene una jornada dura.
Todos estábamos de acuerdo con Zackar y nos dispusimos a irnos a nuestras habitaciones.
Cuando Nick estaba a punto de marcharse sentí que tenía que hablar con él.
—Nick, ¿puedes quedarte esta noche?
—Claro aceitunita, ¿Qué pasa? — la preocupación en su rostro era evidente y no pude evitar sentirme culpable. No sabía muy bien por qué, pero lo notaba.
—¿Como sabes que me pasa algo?
—Te recuerdo que siento cada una de tus emociones y ahora mismo me siento culpable, sé que yo no soy, lo que significa que tú te sientes así. La pregunta es. ¿Por qué te sientes culpable?
—No sé, Nick. Es solo que... siento que todo esto es mi culpa. Que tendría que haber hecho más para protegerte, para evitar que todo esto pasara. —Mis palabras salieron antes de que pudiera controlarlas, llenas de tristeza. La verdad era que no podía dejar de pensar en cómo le había fallado. La imagen de su rostro herido y pálido seguía atormentándome cada noche.
Nick se acercó y se sentó a mi lado en la cama, yo no noté su peso sobre las sábanas como era lógico, pero sabía que estaba ahí para mí. —Brooke, no es tu culpa. No puedes cargar con el peso de todo. Hiciste todo lo que pudiste. La vida y la muerte están fuera de nuestro alcance.
—Pero yo...te fallé —intenté protestar, pero él levantó la mano, para que dejara de hablar.
—Escúchame mi amor. No eres responsable de lo que pasó. Yo hubiera dado todo por protegerte y lo daría ahora si tu vida corriera peligro, porque yo te quiero como a nada Brooke, y eso tienes que entenderlo. Tienes que entender que yo te quiero como eres, ¿vale? —Su voz mostraba una calma impresionante, y por un momento, me sentí un poco más segura.
—No tienes ni idea de las ganas que tengo de besarte Nick—dije cuando algunas lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas de la emoción y de la frustración de no poder tocarlo.
—Claro que lo se joder —respondió, su voz llena de ternura— yo no solo tengo ganas de besarte a sí que no me lo pongas más difícil de lo que ya es— de pronto empecé a sentir el amor y el deseo de Nick dentro de mí. ¿así que esto era lo que se sentía al compartir emociones? Básicamente lo mismo que el otro, pero multiplicado por dos.
—Pero ahora mismo, lo más importante es que descanses y te prepares para lo que viene.
Me sentí un poco más tranquila al escuchar sus palabras. La conexión que sentía con él era fuerte, y aunque no podía tocarlo, cada palabra que decía resonaba en mi mente.
—Prométeme que no te sentirás culpable —dijo Nick, mirándome a los ojos con intensidad—. Prométeme que lucharás por ti y por nosotros, sin dejar que el miedo te detenga.
—Lo prometo —respondí, sintiendo que el valor comenzaba a nacer dentro de mí— Lucharé por nosotros.
—Descansa, aceitunita. Mañana será un nuevo día, y juntos enfrentaremos cualquier cosa que venga. Siempre estaré a tu lado, incluso si no puedes verme. — Sabía que tenía que ser fuerte, no solo por mí, sino por Nick y por todos los que aún quedaban en la aldea.
Nick se tumbó a mi lado mirándome a los ojos. Yo ya estaba cerrando los ojos, pero antes de dormirme murmuré un "te quiero" en la oscuridad. Vi como él sonreía y me abrazaba y aunque no podía notarlo sabía que el me apoyaría siempre.
—Yo también te quiero.