Me Arriesgué Demasiado

CAPITULO 6

Nick me miraba con esos ojos cargados de ternura y dolor compartido, pero yo ya no podía quedarme quieta. La pistola pesaba en mi mano y al fin estaba decidida.

—Brooke recuerda, lucha para proteger, no para vengar. —Nick siempre había sido el pacífico de los dos, y sabía que aunque luchara para proteger a mis amigos siempre habría un poco de sed de venganza dentro de mí. Porque yo no soy como los demás.

—Vamos a entrenar —dije de golpe, limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano.

Nick arqueó una ceja, sorprendido. —¿Entrenar? Brooke, acabas de…

—Precisamente por eso —lo interrumpí con firmeza—. Necesito recordar quién soy. No voy a dejar que mi rabia me destruya. La voy a usar para destruir…

El brillo en sus ojos cambió, de preocupación a orgullo. Asintió despacio. — Esta bien vamos.

El pabellón de tiro estaba desierto, solo se escuchaba el eco de la lluvia golpeando los techos de metal. Me coloqué en el centro con la pistola de Nick en la mano, mientras Nick me rodeaba, observando cada uno de mis movimientos. Miré el objetivo de madera intentado concentrarme. Intentado afrontar esto que tanto había evitado.

—Tranquila, aceitunita —dijo Nick con tono suave, aunque sus ojos analizaban cada gesto—. No tienes que exigirte tanto, aún estás recuperándote. Déjame ayudarte con la postura.

Puse los ojos en blanco y levanté el arma. —Nick, sé cómo se hace.

Él sonrió de medio lado. —Sí, pero llevas tiempo sin disparar. Apunta más abajo, controla la respiración…

No le dejé terminar. Apunté de un tirón al blanco más lejano y disparé. La bala se incrustó justo en el centro. Nick parpadeó, sorprendido.

—¿Qué decías? —pregunté con una media sonrisa.

Nick soltó una carcajada nerviosa, rascándose la nuca. —Vale, reconozco que no me lo esperaba.

Me giré hacia él con una ceja alzada. —Nunca he necesitado ayuda, ya me conoces, “puedo sola”.

Volví a cargar el arma sin apartar la mirada del objetivo. Un segundo disparo, otro impacto certero. Tercero, cuarto, quinto… Todos directos al centro. Mi brazo apenas temblaba, mi respiración era controlada, como si nunca hubiera dejado de entrenar.

Nick me miraba embobado, con esa mezcla de orgullo y desconcierto que me derretía por dentro.
—Joder, Brooke… —murmuró, sonriendo de oreja a oreja—. Pensaba que llevabas tiempo sin disparar, no me jodas.

Bajé el arma lentamente y me encogí de hombros. —Y así es.

Él dio un paso hacia mí, con la mirada fija en mis ojos. —Dime algo Brooke… —su voz bajó un tono—. ¿Todavía piensas en mí cuando aprietas el gatillo?

La pregunta me atravesó como una bala. Mis dedos se tensaron alrededor del arma y sentí cómo la respiración se me cortaba por un instante.
—Siempre —susurré, bajando la mirada solo un segundo antes de clavarla de nuevo en él—. Cada disparo me recuerda que sigues conmigo.

Nick sonrió despacio, como si esas palabras fueran lo único que necesitaba escuchar.
—Entonces nunca has perdido tu puntería.

—Tampoco te he perdido a ti —respondí, guardando el arma con un chasquido firme.

El camino de regreso desde la zona de tiro estaba cubierto por un silencio extraño. Nick caminaba a mi lado, con las manos en los bolsillos, observándome de reojo cada dos pasos.

—Tienes que admitirlo —dije al fin, con una media sonrisa—, sigo siendo mejor que tú.
—Me atrevería a decir que más peligrosa —replicó él, y esa sonrisa suya me atravesó el alma.

Cuando llegamos de nuevo a la casa, cerré la puerta tras de mí y apoyé la pistola sobre la mesa. Sentía todavía la adrenalina corriéndome por las venas, cada músculo alerta. Nick se quedó mirándome en silencio, hasta que finalmente soltó una carcajada suave.

—Eres la hostia disparando Brooke —murmuró, acercándose lentamente.
—Ya lo sé—respondí, levantando la barbilla con orgullo

Nick se detuvo frente a mí, tan cerca que el aire se volvió denso entre los dos. Su mirada era fuego puro, contenida solo por un hilo de cordura. Todavía no me creía que estuviera conmigo, que pudiera tocarlo como antes. Es…reconfortante y aterrador al mismo tiempo. La muerte no es un juego, no es algo que se pueda vencer. Pero de alguna forma Nick lo ha hecho.

—Joder, Brooke… —su voz era baja, ronca —. Me estás matando.

No tuve tiempo de procesar nada más, porque en un segundo su mano estaba sobre mi mejilla, cálida, real, como antes. Me acercó hacia él, y nuestros labios se encontraron con una urgencia que me hizo temblar de pies a cabeza. El beso no fue como el primero, suave y contenido. Este fue con hambre, rabia, amor contenido demasiado tiempo.

Lo atraje hacia mí con desesperación, mis manos agarrando su cuello. Sentía cada roce, cada latido, como si todo lo demás hubiera dejado de existir.

—Ahora…tienes que entrenar tu puntería con las dagas— dijo, como si no quisiera alejarse de mi— vamos.

***

Nos movimos hasta el viejo pabellón de armas blancas. El aire allí estaba impregnado de metal oxidado y polvo, pero al fondo colgaban todavía los objetivos de madera desgastada. Desenfunde una de las dagas de mi muslo y cuando la miré recordé de quien era y porque la tenía yo.

Miré a Nick con los ojos aguados pero el me dedicó esa sonrisa suya que lo arregla todo.

—A ver si con esto sigues siendo tan buena como antes —provocó, ladeando la sonrisa.

—Más que tú, seguro —le respondí, girando la daga entre mis dedos con la misma naturalidad de siempre.

Me situé frente al blanco. El peso de la daga sobre mi mano me parecía familiar.

Inspiré y lancé. La daga se clavó casi en el centro del pecho del muñeco, vibrando con fuerza.

Nick soltó una carcajada baja. —Joder… sigues siendo letal.

Di un paso hacia atrás, confiada, y lo miré con descaro. —¿A caso lo dudabas?

Él se acercó despacio, casi rozándome el hombro cuando pasó detrás de mí para “corregir” mi postura. Puso su mano sobre mi cadera, apenas un contacto, y me susurró al oído:
—¿Sabes cuál es la diferencia entre disparar y lanzar una daga? …Que en esto tienes que acercarte mucho más a tu enemigo. A veces sentirías su respiración justo antes de clavarle el filo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.