Me besas?

Capitulo 5

Ya es fin de semana y ho ha pasado nada del otro mundo desde el martes, cuando le pedí a Itan que me besara. 

Aunque, ayer en la hora del almuerzo lo vi muy feliz junto a Angela. Ambos harían la pareja perfecta, de esas que aparecen en las películas y los libros. 

No se, pero por unos segundos nuestras miradas se encontraron y parece que cada que lo veo me siento enferma. Se me hacelera la respiración, las manos me sudan y me dan ganas de vomitar. Pero bueno, él siguió hablando con Angela y yo seguí mi camino hacia la mesa donde estaban mis amigas, pero por alguna razón me encontraba a mi misma pensando en él. 

Decidí que era hora de levantarme de la cama con las energías recargada, ya que no tendría clases y podía dormir todo lo que me plazca más tarde.

Después de hacer todos mis deberes temprano, me encontraba en mi habitación con mis audífonos escuchando música, cuando de repente escucho el leve sonido del timbre. Me quito mis audífonos y los escucho de nuevo, pero más fuerte e insistente. 

—¡Mamá! ¡Estan tocando la puerta! —Grito desde arriba, y nadie responde.

—¿Mamá? ¿Papá? —silencio. —¿Alguien? —otra vez el insistente timbre. —¿Nadie va a abrir la puerta? ¡No pienso pararme si eso creen! 

Con un grito de frustración tuve que pararme yo misma, desde la comodidad de mi cama, para abrile a quien quiera que sea que esté tocando tanto el timbre.

 Al abrir la puerta me enconte con una chica de espalda, cabello corto y negro, bajita y con un cuerpo bien definido. Era...

—¡Oh Por Dios! No me lo creo —grito. 

—¡Yady, enana vieja! ¡Esta aquí! —exclame feliz, y ella volteo a verme con cara de pocas amigas.

—Sabes que no me gusta que me llames así, soy tu hermana mayor, y el que tu midas 1,75 y yo 1,62 ni te da derecho de llamarme así. 

—¿Terminaste con tu discurso? Porque si es así, solo te dire: ¡Si me da derecho a decirlo ENANA! —y le saque la lengua como toda adolescente madura de mi edad. 

—Ven y dame un abrazo mocosa gigantona —dijo abriendo los brazos, y yo fui a dárselo —. Te extrañe mucho mi farol. 

—Yo también mi pequeña pitufa —dije a lo que ella río y yo la seguí.

—¡Oh! Eres tan revelde Criss. 

—Lo sé, he mejorado con mis insultos. —digo y vuelvo a abrazarla. 

—Me estas asfixiando. 

—No exageres, olvida lo del espacio personal y dame amor.

—No, es que en realidad me estas aficciando en este abrazo. —dijo en un hilo de voz. 

La solté rápidamente cuando me di cuenta, ella tomó una gran bocanada de aire y me miró cuando su rostro volvió al mismo color de antes. 

—¡Casi me matas! —me reprochó. 

—Hay, por favor, no exageres. Fue un abracito no más. —le dije. 

Ella rodó los ojos, y yo tomé sus maletas para llevarlas a mi habitación, y ahí poder hablar tranquilamente. 

Al llegar a ella, tome mi teléfono y le envié un mensaje a Emely. 
 

Yo: Eme, Ya si llego la caballería. 
 

Pasaron unos minutos antes de recibir su repuesta.
 

Eme: Señor si, Señor. Allá estaré. Tengo que hablarte acerca de Jake. 

 

Ruedo mis ojos, ella y su amor frustrado. Jake Cortix. Su vecino de toda la vida, el que casualmente va a nuestra secundaria. Ella se pasa casi todo el tiempo hablando de él, lo cual me está cansado. ¡Por que vamos! Si me vas hablar de chicos háblame de la sensualidad que derrocha Shawn Mendes, de la carisma que emana Dylan O'Brien, del aire de misterio que se envuelve alrededor de Cole Sprouse o el innegable atractivo de Noah Centineo. 

¡PERO NO DE TÚ VECINO! 

—Entonces, mi pequeña hermanita quiera besar ¿he? —dijo subiendo y bajando las cejas. 

—En primera; Soy más alto que tu, así que no me puedes decir pequeña, Enana. —dije y ella rodó los ojos. —Y en segundo; solo quiero que las chicas dejen de hacerme bromas de mal gusto por no saber besar a un chico. 

—Bueno, como hermana te diría, que no les hagas caso, y vive tu vida tranquila, que importa lo que ellas digan, no tienes que hacerlo porque ellas digan, sino porque te gusta. —dijo, y yo me sentí tan bien con esas palabra, tan llena de fuerzas, y positivismo —Pero como tu amiga... Das vergüenza, con 15 años y nada, esto es lo más gracioso que he escuchado, si yo fuera tu ahora mismo estaría en la calle buscando a quien besar. 

Y así señoras y señores, es como se va al caño toda la fuerza y positivismo. 


—Wooo, gracias por tu apoyo y comprensión —dije sarcásticamente. 

La puerta de mi habitación se habrio y por ella entró Emely. 

—Traje las palomitas, ¿Alguien quiere ver un maraton de guapuras en Netflix? 

—¡SI! —gritamos mi hermana y yo. 

Y nos pasamos el resto del día hablando. Emely nos comentó hacerca de la conversación que tuvo hoy con su (como ella lo llama) "Sexy vecino" y como le hizo algunas preguntas hacerca de mi, lo cual para ser sincera me incomoda un poco. 

Pero pasamos una noche de chicas fantástica y nos reímos mucho. No aprendí a besar pero al menos aprendí como acosar un chico. ¡GRACIAS HERMANA! 
 


 



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En el texto hay: amigos, risas, cambios

Editado: 17.04.2019

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