[6. Ya deja de decir esas cosas, voy a quedarme sin esposa]

Hay un gran cartel con muchos globos y unos paquetes que, supongo, son regalos.

Nos acercamos emocionados para ver qué hay en los paquetes.

—¿No te parece muy extraño que hagan esto por una boda falsa? —Lo interrogo mientras abro un paquete.
—No lo sé, pero si sabía que harían esto, me hubiera casado antes.
—Le pregunto sin pensarlo—. ¿Hubiera sido conmigo?
—Él queda asombrado y luego murmura—. Claro que hubiera sido contigo.

Nos quedamos en silencio rompiendo los papeles, de un momento a otro Felix grita.

—¡No lo puedo creer!

Lo miro asustada y me muestra unas tazas que él siempre había querido.

—Tarado, me asustaste —Me acerco y golpeo su cabeza.
—Si me acomodas las ideas, yo acomodaré las tuyas —Repite mi acción y reímos.
—Me tienes que dar una de esas tazas, no creas que las dos son para ti.

Me mira ofendido y me entrega una, luego de eso comenzamos a sacar los accesorios que había comprado y empezamos a acomodarlos por toda la casa.

Luego de media hora, terminamos.

—Ufff, qué casa aesthetic —Lo dice cruzándose de brazos e imitando mi tono de voz.
—Lo miro mal—. ¿Qué te pasa, babo? Yo no hago esos comentarios.
—No, no. Claro que no —Se acomoda para correr—. Señora aesthetic.
—Yo no soy así —Comienzo a perseguirlo y después de unos minutos nos tiramos en el sillón.
—Será una buena convivencia —Sonríe y se queda mirando el techo.
—Yo creo que vamos a terminar dando vuelta la casa cuando nos enojemos —Me quedo mirándolo por un largo rato y empiezo a cerrar mis ojos.

Este día fue agotador, pero muy divertido.

—¡Así los quería agarrar, puercos! —Me levanta un grito.

Intento levantarme, pero Felix me tiene entre sus brazos.

«¿Qué hago?» pienso mientras intento zafarme de su agarre.

—¿¡No piensan levantarse!? —Escucho con más claridad y es la voz de JiMin, estoy frita.
—Me acerco al oído de Felix—. Lixie, debemos levantar… —Antes que siga hablando pone su mano en mi boca—. No, estoy bien así, sigamos durmiendo.

JiMin le lanza un almohadón y se acerca para despertarlo a golpes.

—¡Suelta a ____ y levántate!
—Se levanta un poco abrumado y se queda mirando fijamente a JiMin hasta que se da cuenta que es ella—. ¡Ahhh!

JiMin no espera esa reacción y también grita.

—Pero, ¿qué hace ella ahí? —grita asustado—. Yo tengo la llave.
—Tengo el código, yo les compré el departamento, por si no se acuerdan.
—A mí no me involucres en peleas de hermanos —Me voy a la cocina antes de que pase algo.

Veo a lo lejos que saca una libreta y un bolígrafo y dice mientras escribe:

—Cambiar código y cerradura del departamento.
—¿Por qué quieres hacer eso? Mmmh… pícaro —Lo golpea en el hombro.
—¿Qué dices? Es eso para que me dejes dormir tranquilo —Le golpea la frente.
—Dormir tranquilo abrazado a ___, uy… —Sigue molestándolo.
—Recuerden que estoy aquí —expreso confundida.
—Ah… —dicen los hermanos y se quedan callados.

Después de eso, se quedan hablando de cosas de la casa y él las anota en su libreta.

—¿Por qué estás tan organizado? —Lo interroga su hermana alzando una ceja.
—Puede que sea la primera y última vez que me case, quiero hacerlo bien.
—Me enorgulleces, hermano. Ambos serán buenos esposos —comenta y luego de unos segundos comienza con un ataque de risa—. Y más porque _____  cuando se enteró que necesitaba un esposo, buscó videos de como ser buena esposa.

No puedo creer que le esté contento eso a él, busco el trapo que está en la cocina. Ella sigue hablando.

—Puntería, por favor, no me falles —Ruego y se lo lanzo.

Cae justo en su cara, y comienzo a bailar mientras que a Felix le agarra un ataque de risa. Tanta es la risa que termina cayéndose de la silla.

Se incorpora y dirige su mirada hacia donde estoy.

—No uses esos videos conmigo, seamos —Abre sus manos como si fuera el meme de Bob Esponja—. Espontáneos.

Sonrío por lo que me dice, solo faltaba que de la palabra “espontáneos”  saliera un arcoiris y escuchamos a JiMin imitándolo.

—Muy graciosa, ¿te comiste un payaso? —Le pregunta Felix cruzandose de brazos.
—No, ella se come experimentos —respondo sin pensarlo.

Felix me mira espantado y sé porqué, estoy a punto de morir.

—¡Corre, futura esposa! —grita.

Le hago caso y me voy a encerrar en el baño.

—¿Cómo qué experimentos? —JiMin golpea la puerta—. Eran chicos lindos.
—Para gustos colores, dicen por ahí. ¿No?
—Ya deja de decir esas cosas, voy a quedarme sin esposa —Se escucha de fondo a Lixie.
—El mayor experimento lo tienes tú, es tu futuro esposo.
—Abro la puerta enojada—. ¿Qué te pasa con Lixie?

Él me agarra del brazo y me esconde detrás de él.

—Gracias por defenderme, chiquibaby… —Antes de que siga hablando es interrumpido por nuestras risas.
—¿Soy tu chiquita bebé? —Le pregunto entre risas.
—Me sorprendes, hermano.
—Pero… hace unos minutos estaban por asesinarse y ahora se unieron para burlarse de mí —comenta confundido.

Terminamos de burlarnos y nos dirigimos a comer.

—¿Ya es sábado? —pregunto confundida.
—Sí —responde JiMin.
—¿Nos saltamos el desayuno y estamos por almorzar?
—Ajá —responde desinteresada.
—Ay, no. Hoy tendré que probarme vestidos, no quiero —Comienzo a hacer berrinche.

Felix me mira aguantando las ganas de reír y me lleva hasta la mesa.

El almuerzo transcurre de lo más normal ultimando detalles para la boda.

—Me voy, te pasaré a buscar a la tarde. ¿Está bien?
—Sí, señora —Reímos y se va.
—Oye, ____ —Se acerca Lixie—. Tengo sueño.
—Ve a dormir, no me avises.
—No estarías entendiendo —Lixie me mira mal.
—¿Te guío hasta la habitación?
—____, no te hagas. Duerme conmigo, por favor.
—Ahhh… No, gracias —Le respondo mientras aguanto la risa por su cara—. Debo buscar ropa para salir esta tarde.
—Conociendo a mi hermana debe haber dejado ropa.
—Si la hay, duermo contigo. Pero, ¿para qué me necesitas a mí? —Le pregunto mientras nos dirigimos a la habitación.
—Porque eres pequeña y pareces un peluche.