[7. Todo iba bien hasta que me sucede lo peor]

Me levanto rápidamente porque mi celular está sonando, Lixie sigue dormido.

*Llamada entrante*

—¿Ya estás lista? —Es JiMin con tono molesto.
—Eh… —Rasco mi nuca para luego sacar lo que me pondré—. Algo así.
—Bueno, estamos yendo. No seas impuntual, por favor.
—¡Qué fastidiosa! Cásate y no me molestes.
—Oh… créeme que ya tengo todo planeado para mi boda. Adiós.

*Llamada finalizada*

Entro al baño y me preparo.

Cuando salgo me fijo si Felix sigue dormido y es así, agarro mi celular para tomarle una foto.

«Se ve tan tierno» pienso mientras le tomo una foto y me llega un mensaje de JiMin que ya están abajo.

Le dejo una nota a Lixie diciendo que no me llevo las llaves y que él debe abrirme.

Voy corriendo hasta el ascensor.

—Apúrate, ___ —grita Sun Hee.
—Sí, yo también me alegro de verlas —respondo y subo rápido al auto de JiMin.

Ella enciende la radio y aquí comienza el total descontrol, en el cual, las personas nos miran raro. Pero, no nos importa mientras estemos las cuatro juntas.

Llegamos a una tienda preciosa, pero que a simple vista se ve muy costosa. JiMin se acerca a la recepcionista.

—Buenas tardes, soy Lee JiMin.
—Buenas tardes, señorita. Pase por aquí.

La recepcionista muestra un gran respeto por JiMin, y eso despierta la curiosidad en mí.

—Es ella la que se debe probar los vestidos —Le regala una sonrisa y me empuja. 
—Por aquí, señorita.

La sigo hasta un pasillo lleno de vestidos, a lo lejos veo un perchero con alrededor de diez vestidos.

«Por favor, que no sea ese perchero para mí» ruego mientras nos acercamos.

—Aquí se encuentran los vestidos que eligieron sus amigas —Muestra el perchero.
—Trago saliva—. ¡Qué espléndido! ¿Cuántos vestidos hay en total?
—Si no me equivoco, unos diez.
—Eso significa que… —Hago una pausa para luego preguntar—. ¿Debo probarme todos?
—Sí, sí. Y si no le gustan esos, podemos buscar otros.

Me quedo callada analizando la situación, pensé que todo sería sencillo, pero pensé mal porque mis amigas no son sencillas.

Veo cómo la vendedora hace una mueca y habla.

—No quiero sonar entrometida, pero no la veo muy feliz por casarse a comparación de sus amigas.
—Oh, el tema es que yo quería algo sencillo y ellas no son nada sencillas. Estoy como abrumada —Rio por lo bajo y ella me mira comprendiendo la situación.
—No pruebes todos, elige los que te llamen la atención. ¿Qué te parece?

Asiento y ella me ayuda con la elección, casi todos los vestidos son rosas y eso me emociona porque es mi color favorito.

Me ayuda a colocarme el primer vestido y salgo. Veo a mis tres amigas muy emocionadas.

Sun Hee grita en cuanto me ve, JiMin y Haneul niegan.

—¿Te gusta el vestido, Sun Hee? —Haneul la mira raro.
—No.
—¿Y por qué gritaste? —Le pregunto confundida.
—Es que estoy emocionada porque te vas a casar y nada más que con el bombón de hermano de JiMin.
—Pfff… —murmura JiMin conteniendo las ganas de pegarle.
—Bueno, bueno. Entonces, ¿está desaprobado? —No quiero que el ambiente cambie.

Las tres asienten, volvemos con la vendedora y repetimos lo mismo que hace unos minutos.

No hubo gritos de emoción, solo expresiones serias, eso significa que no les gustó en lo absoluto.

Me miro en el espejo y siendo sincera, me veo fatal. ¿Cómo elegí este vestido?

«¡Vamos por el último! Ese será el definitivo» pienso emocionada.

Les muestro a mis amigas y ellas aplauden felices.

Me miro al espejo y me inunda la emoción, es un vestido simple, pero tan bello; estilo princesa y bordado de color rosa salmón.

Todas, y cuando digo todas es porque la vendedora está incluida, estamos felices.

En el espejo se refleja la vitrina y, por ende, las personas que pasan. Me llama la atención una silueta parecida a la de mi bias, me doy la vuelta rápidamente y comienzo a caminar en dirección a la vitrina. Todo iba bien hasta que me sucede lo peor.