Escucho como algo cae y hace un estruendo terrible, eso me despierta de un sobresalto.
Veo un celular tirado, no distingo cuál es porque aún sigo medio dormida.
Tallo mis ojos y veo que es el de Lix.
—¡Felix, tú celular! —grito.
Él se despierta asustado y ve su celular, todavía no se da cuenta porque no está del todo consciente.
—¡Ahhh! ¡Mi celular! —grita y lo agarra rápidamente.
La pantalla está quebrada por todas partes, no se puede ver nada.
—Era edición limitada, me costó un riñón —Comienza a llorar.
—Fefi… No llores, ¿no se lo podrá arreglar? —pregunto preocupada.
—Debe ser muy caro el arreglo —Sigue llorando con el celular en sus manos.
—Me está estorbando un riñón —comento mientras masajeo su espalda.
De un momento a otro deja de llorar y ríe.
—Con razón nos casamos, decimos las mismas estupideces.
Ese comentario me hace sonreír.
—Ve a bañarte para que abramos los regalos.
—Está bien —Empieza a juntar sus cosas para ir hasta el baño, yo hago lo mismo ya que tenemos otro baño.
—No tardemos, quiero ver qué nos regalaron —Sonríe y se mete rápidamente.
Escucho como abre la ducha y empieza a llorar fuertemente.
—Te estoy escuchando —Le grito antes de salir de la habitación.
—Ve a bañarte porque no te esperaré —grita.
Entro al baño e intento sacarme el vestido, pero el cierre se rompe y queda atorado.
«Ay, ¿qué hago ahora?» pienso mientras intento bajarlo.
Escucho como se desgarra una parte del vestido.
«Por favor, que sea el cierre. Por favor, que sea el cierre» pienso mientras intento tocar.
Y sí, es el cierre.
«Gracias, universo»
Hago todo lo necesario antes de bañarme, tardo unos minutos y siento como un Felix ansioso toca la puerta.
—¿Ya estás? Quiero abrir los regalos.
—Espera un segundo.
Termino de cambiarme, secar mi cabello, y salgo. Felix está detrás mío.
—¿Puedo ir a colgar las toallas? —Le pregunto mientras camino hacia el balcón.
—Lo hago yo, soy más rápido —Toma mis toallas y se va corriendo.
—Espera, tienes que… —No puedo terminar la frase porque Lix ya está tirado en el suelo y yo riéndome de su caída—. ¿Estás bien?
—¿Solo bien? Estoy perfecto, acabo de comerme la puerta corrediza —Me mira enojado y lo ayudo a levantarse.
La destrabo para que él pase y cuelgue las toallas, no tendría que haberme reído de Lix, esto es el karma.
En medio de la puerta hay una separación, no me doy cuenta de eso y me tropiezo para caerme dentro del departamento.
Ahora la risa de Felix resuena en todo el hogar.
—Ayúdame —Lo miro enojada.
—¿Por qué? —Me pregunta sin dejar de reír.
—Porque yo te ayudé.
—¿Y a mí qué me importa?
Como puedo saco mi pantufla y la tiro en su dirección.
El golpe en mis rodillas fue fuerte, pero más fuerte mi orgullo y la dignidad que estoy perdiendo al arrastrarme por el departamento.
—¿Estás imitando a un gusano?
—Ja, ja, ja. Comediante, me golpeé fuerte. ¿No sentiste mis rodillas?
Se acerca para ayudarme y me toma de los brazos.
—No me toques —Saco sus manos.
A él le importa muy poco lo que le digo porque me alza y me deja en el sillón.
—Quieta —dice mientras busca los regalos.
Aprovecho para bajarme y sentarme en el suelo.
—¿Qué regalo abrimos primero? —pregunto emocionada mientras veo como los trae.
Él se sienta a la par mía y queda pensativo por unos segundos.
—Ese —Señala una caja grande y pesada.
Rompemos el envoltorio rápidamente y la abrimos.
—¿¡Qué!? —gritamos al unísono.
—Es ropa de pareja… —murmuro sorprendida.
—¿Parecemos una pareja que se viste igual?
—No lo sé… Da un poco de vergüenza —comento mientras saco la ropa.
—Pero como somos nosotros. No nos importa nada y la usaremos.
—Tienes razón —Rio y miro cada prenda—. Dentro de todo, son buenos outfits, me gustan.
Él asiente y busca otra caja, esta es más pequeña.
Me emocionan los regalos y más con la cantidad que tenemos.
—Oh, no. Con este si se pasaron —Saca dos cajitas.
—¿Qué es?
—Me pasa una—. Celulares de pareja, edición limitada —Está tan serio sacando el celular.
Comienzo a reír por su cara, ¿qué pasará por su mente en este momento?
—Al menos son edición limitada.
—¿Lo usarás?
—Sí, además deberías estar agradecido, tienes celular.
—Tienes razón.
Seguimos abriendo, nos regalaron cosas para nuestro departamento y más accesorios para parejas.
—Okay, nos queda claro qué aspecto damos a los demás como pareja.
—Entonces, compartiremos la misma suerte para obtener nuestros empleos —Sonrío.
Él no responde nada, pero sonríe.
Ya no tengo dolor en mis rodillas así que aprovecho para ordenar los obsequios junto con Lix.
Una vez que terminamos cenamos y charlamos de lo divertida que fue la fiesta.
Me comenta más acerca de sus amigos y de sus canciones, la canción de la cual quería aprender el baile se llama Surfin.
—Luego de que comamos puedo enseñarte.
—Gracias, gracias —Me acercó para abrazarlo y él corresponde.
—Tus amigos no charlaron mucho con nosotros.
—Eso noté, a pesar de que quise integrarlos, ellos no daban de su parte.
—¿Será por el idioma?
—No lo creo, saben hablar inglés. Después de todo es el idioma universal, ¿no?
—Mmmh… La verdad es que había muchas personas de relleno.
—En toda fiesta es así, lo bueno es que te traen regalos —comento riendo.
—La próxima haremos una fiesta entre nosotros doce, creo que seremos un gran grupo.
—Asiento—. Hablando de eso, voy a ver qué dicen en el grupo y avisarles de tu celular.
Busco mi celular en la habitación y están llenos de mensajes en el grupo, no hay coherencia en ese chat, todos escriben lo que quieren.
«¡Qué vivan los novios!»
Sun Hee: @Minho, ¿podrías cambiar esa cara?