Decidimos tomar esas dos semanas como nuestra Luna de Miel y fue muy divertido, estar con Felix es grandioso.
—Hey, _____. Despierta —Lix me sacude, está ansioso por la entrevista.
—¿Qué hora es? —pregunto mientras me estiro.
—Muy temprano —Ríe para luego morder sus labios—. Es que no quiero que pase algo que nos quite tiempo.
—Mmmh… Está bien —Me levanto, agarro lo que voy a ponerme y me dirijo al baño.
Felix hace lo mismo.
Hago todo lo necesario, lavo mi rostro y mis dientes, me cambio y empiezo a maquillarme.
—¡Aish! —grito.
Felix corre para llegar hasta el baño y toca la puerta.
—¿Estás bien? ¿Te pasa algo?
—Abro la puerta para que pase—. Es que no me sale el delineado, siempre es lo mismo. Un lado sí y el otro no.
—Me hiciste asustar —Agarra un cepillo—. ¿Puedo peinarte?
—Eso no tienes que preguntarlo…
Él sonríe y comienza a peinar mi cabello con mucha delicadeza mientras yo intento igualar mi delineado.
A pesar de que me peinó lento, no tardó mucho.
—Estás hermosa —Deja el cepillo y besa mi cabeza para después salir.
Doy unos últimos retoques porque Lix está esperándome.
—¿Preparo el desayuno? —Le pregunto yendo a la cocina.
—No, no. Compraremos afuera —Agarra las llaves y salimos.
Noto que no hay ningún vecino para saludar, en esas dos semanas solo conocimos a tres sin incluir a la señora.
—Nuestro pasillo es tranquilo, nunca veo a los vecinos —comento mientras esperamos el ascensor.
Miro a Lix por unos segundos, ahora me causa ternura usar ropa de pareja y decido comentárselo.
—Te gusta porque la usas conmigo, con otro no sería igual.
—Tienes mucha razón —murmuro.
El ascensor no tarda mucho en llegar, pero sí en bajar.
—Ya que estamos solos, voy a hacer esto —Aprovecha que estoy contra el espejo del ascensor, coloca una de sus manos en mi cintura y la otra la apoya en el espejo impidiéndome salir.
Estoy tan nerviosa que no puedo decir ni hacer algo, ¿por qué Felix es el único que me pone así?
Se queda unos segundos mirándome fijamente y comienza a acercarse, lo único que hago es cerrar los ojos y solo escucho a Lix riendo. Abro mis ojos y está saliendo del ascensor.
—Estúpido —Golpeo su brazo y camino rápido al sentir como mis mejillas están ardiendo de la vergüenza.
—Oh… ¿Querías un beso? —Sigue riendo, se acerca para abrazarme por detrás y dejar besitos en mi mejilla.
—No me toques —Intento alejarlo, pero él no deja de abrazarme.
—Vamos, vamos... —Toma mi mano y caminamos hasta nuestro auto.
Dejo mi bolso y él su mochila en los asientos de atrás y subimos.
—Buscaremos un lugar cerca de tu entrevista, ¿sí?
—No hay problema —respondo mientras busco por Maps recomendaciones de cafeterías.
Le indico una y arranca el auto, solo tardamos diez minutos para llegar.
—Voy a pedir y tomaremos en el auto —Agarro mi bolso.
La cafetería es muy linda, huele muy rico y lo mejor de todo es que no está llena. Busco dos botellas de agua, pido un café y una malteada y unos cupcakes.
Pago y salgo lidiando con las cosas, me acerco y primero le paso la bolsa con los cupcakes.
Lix me abre la puerta y entro, pero al momento de sentarme él agarra la bebida equivocada.
—¡Nooo! —Chillo—. Eso es café —Le quito, pero es demasiado tarde, ya tomó un poco.
«Lo que me espera...»
Se queda unos segundos mirándome fijamente y comienza a cantar Can't You See Me? de TXT.
—Toma tu malteada —No me hace caso—. Fefi… Tu malteada.
—Se acerca a mi oído—. Vsvsvsvs
—Ay, ¿qué hago? —Comienzo a desesperarme mientras Felix sigue en su mundo de café—. Toma agua.
Le paso la botella, esta si la agarra y es mi única esperanza para que se tranquilice.
Toma a toda velocidad y noto como empieza a calmarse.
—¿Qué pasa? —pregunta asustado por mi cara.
—No esperaste para que te entregara tu malteada, tomaste mi café y te transformaste.
—Perdón —murmura mientras elige un cupcake.
—¿Por qué tenías que ser tan lindo?
Todo queda en silencio y maldigo la hora en que se me escapó ese comentario, miro a Felix de reojo y está comiendo feliz.
Tomo mi celular para ver la hora, faltan unos minutos para mi entrevista y para la suya.
Saco un cupcake de la bolsa, lo como y termino rápidamente mi café.
—Ya voy a tener que irme —Reviso que todo esté en mi bolso—. ¿La quieres? —Muestro la botella de agua.
Él niega.
«¿Por qué no habla? ¿Será por lo que dije anteriormente?»
—Tengo todo, me voy. Te deseo muchos éxitos en la entrevista —Sonrío antes de abrir la puerta.
—Toma mi muñeca delicadamente—. ¿Me das un beso?
—¿Eh?
—Lo que escuchaste —Su tono de voz es tímido.
Me acerco a Felix y lo admiro por unos segundos. Me pone contenta poder decir que este chico es mi esposo.
Él está inmóvil con sus ojos cerrados, estoy lo suficientemente cerca como para sentir nuestras respiraciones, pero me alejo riendo.
—¡Ya! —Me mira asombrado—. Qué vengativa eres, pero me lo merezco. Se sintió muy feo.
—Felix 0, ____ 1 —Hago un pequeño baile de victoria.
—Sí, sí —Toma mis mejillas y me atrae hacia él para darme un beso, sus labios son tan suaves…
Me trata con tanta delicadeza, estoy arrepentida de haber reprimido mis sentimientos por él.
Nos separa el sonido de una notificación, es mi celular.
Él se limita a decir algo, solo sonríe y me da un beso corto.
Es un mensaje recordando que tengo programada una entrevista.
—Te di doble suerte al besarte —Eleva sus cejas.
—Eso debería decir yo.
—No, porque yo te besé —Se cruza de brazos.
—Pero, yo te seguí el beso.
—El último no —Ríe.
—Qué extraña manera de pedir un besito —Guardo mi celular y le doy un beso.
—Ahora tienes el triple de suerte.
—Sí, sí, sí. ¿Tienes el álbum de nuestra boda?
—Sí, allí —Me señala la mochila—. Pero, estoy viendo tu cara de preocupación así que te mostraré que tengo todo —La busca y saca su carpeta con currículum y el álbum.
—Te falta esto —Guardo la botella de agua en su mochila—. Ahora sí, me voy —Lo abrazo, pero no me suelta. Desearía quedarme entre sus brazos por siempre—. Déjame irme, Fefi.
—Bueno, bueno. Te pasaré a buscar, pero voy a demorar porque retiraré el vídeo de nuestra boda así en la tarde lo vemos todos juntos.
—Está bien —Salgo del auto.
—¡Fighting! —decimos al mismo tiempo.