— Ya casi estamos por llegar — aviso Jaco — debo ir a supervisar el aterrizaje.
— Esta bien, gracias por todo — cuando Limax se quedó solo no podía dejar de pensar en lo que ocurría, estaré dormido... se pellizcó el brazo — diablos, eso me dolió.
Se puso en posición de meditación mientras miraba a la escotilla, y pensaba lo que estaba viviendo.
"Se supone que soy un namek, que nadie sabe de dónde vengo... es la misma historia del juego de la Expo, entonces iba a la Tierra a entrenar, pasaba por Roshi, luego Goku, y terminaba con Wish ¿Pero ahora iré con Dende? — se puso nerviosa — debo estar soñando, no hay otra explicación, seguro pelee con Rafael y me acosté temprano, y como me gustó tanto el juego... voy a dormir, tal vez así despierte en casa".
Pero no pasó ni una hora cuando sintió que la nave aterrizaba.
— Diablos, pensé que despertaría de este sueño — se paró y se vio en la ventanilla, saltó para verse de cuerpo completo, cuando se dio cuenta que volaba se cayó de trasero — volé, como en la serie, solo pensé que quería volar y lo logre, pero no se siente como en los otros niveles del juego.
Se levantó y se limpió la ropa, al bajar la vista quedó mirando su entrepierna... se acordó de la discusión con su hermano.
— Solo es una animación por computadora, seguramente no podré hacer esto — levantó lentamente la cintura del pantalón, y avergonzado se cubrió — definitivamente son varones, que pervertido debe haber sido el programador — para olvidar lo que había visto, se concentró para lograr hacer una bola de energía, estaba en eso cuando en la puerta apareció Jaco — también se siente distinto.
El muchacho verde rió juguetón, recordó cuando intento lanzar su ki y volar de niña, esa vez cayó encima de Rafael, que reía como loco cuando su hermana le contó lo que quería lograr.
"Debo centrarme y terminar la misión, así podré salir de aquí ¿Quién me dirá cuál es mi objetivo?".
— ¿Qué pasó, quieres atacarme? — preguntó Jaco, al ver la energía que mantenía en su mano.
— No, solo estaba entrenando un poco.
Al salir vio a Dende y Mr. Popó.
— ¿Cómo estás Limax? El Gran Patriarca nos explicó todo en su nota — allí decía que los patriarcas pensaban que era un ser clonado, tal vez usaron a varios individuos de su raza con gran poder para crearlo, por eso lo enviaron a la Tierra, pensaban que si pasaba algo malo, solo Piccolo podría detenerlo, así que mientras lo instruyeran pedían que lo analizarán.
— Gracias por aceptar ayudarme Kami Sama.
— Mr. Popó te llevará a un cuarto. Gracias Sr. Jaco por traerlo.
— No fue nada, aprovecharé de ir a ver a Bulma a la Corporación Cápsula. Nos vemos.
Cuando por fin se quedó solo en su cuarto, Limax estaba muy confundido.
"Tal vez no me vieron y cerraron la expo, seguro los muchachos pensaron que me fui, mamá me estará buscando preocupada, si es que se dio cuenta que no estoy en casa, llega tan cansada que tal vez pasó directo a su cama. Ojalá mañana me encuentren — se durmió profundamente".
Esa madrugada cerca de la Torre de Karin se produjo un temblor que despertó a la gente de Upa, el indígena amigo de Goku y Krillin.
— ¿Están todos bien? — preguntó el jefe a todos, nunca habían sentido un temblor tan fuerte antes.
— Si, nadie está herido.
— Volvamos a dormir, si se repite iremos a la explanada del sur para evitar que pueda caer algún árbol en los tipis.
Al otro día Limax despertó en el Templo Sagrado.
"No me han sacado del juego — recordó que una vez leyó que uno sueña solo tres minutos antes de despertar, si es así y me quedé dormida, tal vez solo haya estado unos minutos y para mí han sido días, mejor aprovecho de disfrutar de esto".
Luego de tomar un poco de agua fue con el ayudante de Kami Sama a ejercitarse, a medio día descansaron para que Mr. Popó comiera algo, el olor era exquisito.
— ¿Qué es? — preguntó Limax, sintiendo que se le hacía agua la boca.
— Es arroz chaufa y cerdo mongoliano — lo miró extrañado — ¿Quieres probar?
— Sí, por favor — se sentó a un lado de la mesa que estaba en la cocina, apenas le pusieron el plato con los servicios al frente, se engullo todo.
— No había visto que un namek comiera, a no ser...
Como invocado, el jovencito sintió una presencia atrás suyo, de a poco se dio vuelta, aunque media más de un metro ochenta, al lado del que llegó se veía pequeño.
— Hola Limax — la voz sonó como un trueno en la paz del lugar.
Como resorte el nombrado se puso de pie, con algo de arroz en la comisura de los labios, en posición firme.
— Buenos tardes señor — quedó mirando al frente, nervioso.
— ¿Estabas comiendo? Pensé que yo era el único namek que lo hacía.
— Es que el aroma se sentía exquisito, señor — gritó como en el ejército.
— Relájate, y no uses ese volumen, me duelen los oídos.
— Lo siento señor — se tapó la boca, cuando volvió a hablar lo hizo en tono bajo — no sé cómo debo decirle.
— Solo dime Piccolo, hable con Dende, de ahora en adelante te entrenaré — así podré estudiarte mejor pensó ¿Eres uno de nosotros en verdad?
En la plataforma central del Templo, el namek terrestre se puso en guardia, Limax colocó sus manos juntas,hizo una reverencia, y luego se puso en guardia.
— ¿Quién te enseñó eso?
— No lo recuerdo — debo tener más cuidado pensó, no sé cómo reaccionara el programa si le digo a un personaje que no es real, tal vez se resetee y de verdad lo estoy pasando bien.
— A luchar.
Pelearon durante varias horas de corrido, al final ambos terminaron cansados. A diferencia de Piccolo que solo tomó un poco de agua de una botella que llevaba, Limax, luego de asearse preguntó a Mr. Popó si le había quedado algo de comida de la mañana.
— ¿No es suficiente con agua para ti? — le preguntó el hombre de piel morena.