Me convertí en un namek

Parte 8

Limax le tomó la cabeza al medio sayayins que estaba feliz al ver como lo defendían.

— Es un buen niño, y si no retira la suspensión le diré todo lo que pasó a Bulma.

— No importa — dijo la mujer rubia — eso solo fue una jugarreta de un niño, no es importante, además ella no es tan poderosa como cree, mi familia lo es más.

— No se trata de quien es más acaudalado, entiendan... si Trunks no interviene, Robert hubiera matado a ese gatito.

— Es solo un callejero, hay muchos por todas partes. Hubiera sido mejor sacarlo de este mundo, así terminaría con el sufrimiento de ese sucio animalejo — dijo la mujer.

— Como dice la Sra. Aurora, Presidenta del Centro de padres, era solo un gato callejero.

— Ya veo, Trunks, vamos a llevar al gatito a un veterinario, no tiene sentido quedarnos aquí.

— Ya sabe, está suspendido y que su madre venga a verme.

Limax y el niño de pelo lila salieron dando un gran portazo, los que quedaron festejaban.

— Gracias Sr. José María por todo — la rubia reía feliz, ya esa científica de pacotilla no le quitaría la presidencia del Centro de padres, había escuchado a varios padres que querían proponerla para el siguiente período.

— De nada Sra. Aurora, solo buscaba una excusa para suspenderlo, y si es posible expulsarlo, es un mal elemento que solo recibimos pensando que la familia Brief sería de nuestro nivel.

Esa noche Limax habló con Bulma, quien aprobó el plan que le presentó el namek adolescente.

— Discúlpame mamá, sé que no debí haberlo golpeado.

— No me gusta cuando peleas, pero en este caso lo comprendo, y me parece bien lo que hiciste, Limax se encargará de buscarte otro colegio.

— ¿Puede ser el de Goten? — sugirió Trunks esperanzado.

— Queda muy lejos, pero el nuevo será mucho mejor, lo prometo, gracias por todo amigo, siempre culpaban a mi niño de todo en el colegio, y yo creyendo que era verdad, lo siento hijo.

— No importa mamá — igual algunas veces si fui el culpable, pensó para sí.

Esa noche Piccolo habló de nuevo con el adolescente namek.

— ¿Cómo has estado?

— Controlándome para no destruir a un par de idiotas — estaba muy molesto..

— ¿Qué pasó? — cuando le contó, el mayor quedó silencioso un rato — me parece bien lo que planeas, pero no crees que eso atraerá muchas miradas sobre ti.

— Si lo hago bien, nadie me vera, pero aunque sea así no me importa, no dejaré que a Trunks lo quieran hacer el malo en todo esto — sé como se siente, lo protegeré aunque tenga que encarar a esa gente, que tonto, debí hacerlo hecho yo cuando Mario me lo sugirió — no dejaré que esos se salgan con la suya, odio a la gente así, por favor, no le cuentes a Vegeta.

— No lo haré, eres muy valiente.

— No tanto — recordó cuando lo molestaba Susana y prefería no decirle a nadie.

— ¿Por qué lo dices? — algo me esconde.

— Nada... nada, debo irme, mañana tengo que hacer muchas cosas muy temprano.

Al otro día cuando llegó el Director había una protesta fuera de su colegio.

— ¿Qué pasa? — le preguntó a la Sra. Aurora, que estaba furiosa con los insultos que recibía ella y su hijo.

— Son grupos animalistas, esa gentuza de ayer les pasó el video de mi niño jugando con ese sucio animal. Ahora quieren poco menos que lincharnos. No los entiendo — abrazaba al niño, aterrada.

Cuando la Sra. Aurora y el Director lograron pasar entre la multitud, recibiendo insultos, se encontraron en la entrada con Limax, que ahora iba con un pantalón café, camisa blanca, y un gorro negro en su cabeza, los otros dos lo llevaron al patio.

— Ya me iba, vine a... — no pudo decir nada más, el hombre estaba furioso.

— Usted tiene la culpa, no debió entregarles las imágenes ¿Y cómo las obtuvo?

— Que importa — el día anterior nadie se dio cuenta que Limax le pasó al hijo de Bulma su nuevo iphone, y él desde lejos grabó todo.

— Eso no puede usarlo como prueba en una demanda, seguramente la obtuvo de forma ilegal, todos ustedes son una gentuza, acá sólo deben venir lo mejor de lo mejor, debí suponer que si un niño usa solo el apellido de su madre no era de nuestro nivel, y con un cuidador que usa ropa rosada, que más se puede esperar, Trunks está expulsado.

— No lo puede expulsar, ya lo retire de su colegio, no fue un gusto conocerlo — salió avergonzado, suspiro nervioso. Entró al auto volador, por una ventana se introdujo un dron que reposó en las piernas del medio sayayin que estaba dentro, y se fue raudo.

Cuando era la hora de salida, a los animalistas se unieron gays y lesbianas, y los padres y madres solteras, que luego de ver el nuevo video que se subió a las redes, tomado desde el aire con el dron, protestaban por el Director que se expresó mal de Limax por lo del color rosado de su traje de deportes, y de los niños que tiene el apellido de un solo padre, la consigna era que en ese lugar solo iban los hijos de snob y clasistas.

Al otro día el colegio quedo casi sin alumnos, nadie quería que los vincularan con el Director y la Sra. Aurora.

— Gracias por escucharme y apoyarme — Trunks estaba contento en casa, al siguiente día empezaba en el otro colegio, tenía al gatito rescatado en brazos, le ronroneaba al niño, estaban mirando la noticia de la protesta por televisión.

— No es nada, odio que crean que porque a uno le gustan las artes marciales, quiere decir que resolvemos todo a golpes, eres un gran niño.

— Y tú igual, tuviste una gran idea.

Cuando volvió Bulma, ya Trunks estaba asistiendo a su nueva escuela, allí era bien considerado y querido por todos.

— Te echaré de menos, amigo — el niño lo abrazo triste, había pasado buenos días a su lado.

— Vendré cuando pueda.

Los meses siguientes fueron tranquilos, la relación de ambos namek guerreros creció mucho, ya Piccolo ni se acordaba de lo que le había pedido el Gran Patriarca, se sentía muy cómodo con Limax, era como si nadie nunca antes lo había comprendido totalmente.



#14269 en Novela romántica

En el texto hay: inseguridad, amor

Editado: 14.06.2022

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