capitulo 2: Las estrellas y las flores.

Capítulo 2: Las estrellas y las flores.

 Dicen que cada flor tiene un significado, y no se equivocan, todas las flores tienen algo que decir: varían en su color, textura, altura, pero su significado no cambia. No es algo cambiante, o que se altera. Soy devota a que cada flor está en este mundo por alguna razón. Ya sea para simplemente decorar un jardín o ser regalada por alguien. Hay millones de significados, que hasta a veces dan miedo.

 Las personas no entienden lo que los pétalos nos quieren decir, toda mi vida me han tachado de loca por saber qué sienten las flores. Lo irónico es que yo nunca me sentí como una loca.

Despertar temprano nunca fue una de mis actividades favoritas, pero ahí estaba yo: en la cocina de mi departamento, con una taza de café en manos para irme directo a abrir la florería. Mis horarios son demasiado cambiantes, hay días en los que puedo entrar a mis clases de nueve a doce, o de siete a once. De cualquier forma, soy yo la que se encarga de abrir la florería, y esperar a que Emy llegue.

— ¡Ya me voy! Hoy entro a las nueve, así que vengo temprano.

Salí del departamento sin recibir respuesta, lo más seguro es que ella llegue casi a la hora de irme. No es novedad que Emily —a pesar de levantarse temprano— tarda demasiado en su aspecto, en cambio yo, con un simple jeans, remera y un moño, ya estoy.

Me puse a acomodar las flores, regarlas y cambiarle la tierra. Disfruto tanto estar entre ellas, sentir sus cálidos pétalos. El idioma de las flores, es tan complejo y tan alucinante que es inevitable no interesarse por él.

Llegada las nueve, entró corriendo Emily directo a ponerse el delantal. Tomé mis cosas y salí del lugar prometiéndole que llegaría temprano. Mis horas en la universidad no eran tan emocionante, tenía algunos amigos, pero no eran tan cercanos

Siempre fui buena haciendo amigos, pero como que de alguna forma u otra, siempre optan por irse.

Las clases pasaron sin demoras, nos explicaron cómo serían nuestros momentos de residencia y cómo debíamos hacerlo correctamente. Cuándo eran las once, salí de la universidad y me dirigí al local. Estuve con Emily hasta que tuvo que irse, comencé a limpiar un poco la tierra para que se vea más presentable para la entrevista. Estaba acomodando las orquídeas cuando escuché el ruido de la puerta.

—Bienvenido ¿En qué puedo ayudarle? —dije con mi mejor sonrisa, era un chico, parecía cerca de mí edad no debía pasar los veinticinco años.

—Hola, ¿está Emily? Vengo a la entrevista.

Sin dudas mi cara era de total sorpresa.

—Parece que Emily no te avisó, pero no va a poder estar. En su lugar te la tomaré yo, por favor toma asiento. Mi nombre es Eloisa por cierto.

—Un gusto. —dijo colocándose enfrente del pequeño mostrador. Dejó sus pertenencias a un lado para ponerse cómodo.

—Muy bien ¿Nombre?

—Max Veigan.

— ¿Edad?

—Veinticinco.

Asentí con una sonrisa. Había adivinado bien.

—Dime Max ¿Por qué quieres trabajar acá?

—Bueno, necesito un empleo, Emily me comentó que ella necesitaba un empleado y acá estoy.

—Okey, ¿Estudias?

—Sí, va, soy astrólogo y estoy en una investigación con los astros y demás—. Pasó su mano por su nuca, en un signo de completo nerviosismo.

—De acuerdo ¿Tienes alguna idea de plantas, flores o algo?

—No, pero de adolescente ayudaba a mí madre con el jardín ¿Eso cuenta?

Suspiré, viéndolo a los ojos. Era un chico atractivo, no voy a negarlo. Creo que podría servirme de algo.

—Estás contratado—. Avise con una sonrisa.

— ¿En serio?

—Así es, comienzas ahora, te explicaré un poco como son las cosas aquí. Y aprenderás el idioma de las flores.

— ¿El idioma de las flores? —pregunto confundido.

—Así es, ponte un delantal, tenemos mucho que hacer.

Pasamos el resto de la tarde acomodando, sacando y arreglando las flores. De a poco le explicaba el significado de cada flor y le comentaba un poco con respecto a los colores y demás.

—Mira, tú te encargas de atender. Es decir, serás la cara visible de este lugar. Mientras que yo voy a estar atrás ocupándome de las flores ¿Si?

Asintió con la cabeza, sonriendo genuinamente.

—Lamentablemente vas a tener que estar todo el día, vendrás a las 8:00 y te irás al mediodía para almorzar, vas regresar a las 15:00 pm, y te quedas hasta el anochecer. No te preocupes no estarás solo, siempre va a ver alguien con vos, ya sea Emily o yo. Aunque ella, solo cubre el horario de mañana ya que es cuando yo voy a la universidad.