Capítulo 1.
Cumpleaños.
Angie.
18 años.
Una edad que todas deseamos cumplir desde pequeñas. Una edad, que parece ser la cumbre para ser completamente libres, y hacer lo que queramos sin limitaciones. La edad mágica... con la que imaginamos que al cumplirla ya tendríamos todo de manera fácil. Soñamos con nuestro carro propio, con vivir solas, con vacaciones sólo con amigos a cualquier parte, sin necesidad de pedir permiso a nuestros padres.
Pero la realidad, es que no es así.
Yo siempre decía " Cuando cumpla 18, ya tendré mi propia casa, y seré independiente."
Fui una completa ilusa.
Hoy es mi cumpleaños número dieciocho, y acá me encuentro; en casa de mis papás, a los cuales aún debo consultarles si puedo salir con amigos, e ir a fiestas, que pagan mis gastos, mis estudios, en fin... no soy para nada independiente. Además, dicen que aún estoy chica para trabajar.
Ya se imaginarán lo protectores que son conmigo.
— Éstas son las mañanitas que cantaba el rey David, a las muchachas bonitas se las cantamos así... — la puerta de mi habitación se abre, y las personitas ya mencionadas entran con un pequeño cupcake que tiene una velita en el centro.
No puedo evitar sonreír al verlos.
Alexa y Guillermo Salvador. Mejor conocidos cómo; Mamá y papá.
Me atrevo a decir que tengo a los mejores padres del mundo. Papá, es el típico hombre que aparenta ser extremadamente serio y amargado, pero es totalmente lo contrario, es el más dulce, tierno y cariñoso del planeta. Y mamá, bueno... es la más amorosa, consentidora, y tierna que existe
No sé que sería de mí sin ellos.
Amo que me despierten así.
Aunque, hoy no es uno de los cumpleaños más felices. Mi hermana, se fue a vivir con su novio a España hace un par de semanas. A él le salió una buena oferta de trabajo, y no dudó en aceptarla, así que le propuso irse juntos, y ella felizmente dijo que sí.
Mis papás siempre nos han dejado tener la libertad de decir que hacer, siempre y cuándo nos haga felices. Así que cuándo les dijo, la apoyaron completamente.
Fer, es la mayor de mis hermanos, por lo tanto, soy muy apegada a ella. Más allá de ser mi hermana, es mi mayor confidente, y mi mejor amiga. Aún estoy asimilando que no la veré por un tiempo. Y no puedo evitar entristecerme... es el primer cumpleaños lejos de ella.
Pero bueno... se supone que es un día feliz ¿no?, así que mejor alejo esos pensamientos.
Suspiro, y les doy una sonrisa de boca cerrada a mis papás.
— Apaga la velita, chiquita — papá extiende el cupcake que traía, y la apago. Deja un beso en mi mejilla y sonríe. — Feliz cumpleaños, mi cielo.
— Gracias, papi.
Mamá se acerca, y besa mi frente - Feliz cumpleaños, mi amor.
— Gracias, má. — la abrazo.
— Mi bebé creció muy rápido — lloriquea nostálgica.
No puedo evitar soltar una risita.
— Sigo siendo tu bebé, má. — digo divertida mientras dejo leves caricias en su espalda. Mamá se separa, y me sonríe.
— Y así será por siempre.
— Bueno, mi amor, te dejamos para que termines de despertar. Y no tardes, el desayuno que te preparó mamá se enfría. — dice papá antes de besar mi frente.
Ambos salen de la habitación, dejando la puerta abierta. Sonrío.
— ¡Feliz cumpleaños, fea! — grita una vocecita desde la cocina. Y suelto una carcajada.
André, mi hermano menor. Mi enano favorito. Aunque no le gusta que le digan que es pequeño, porque según él, ya es todo un hombre.
8 años tiene.
— ¡Gracias, enano! — le respondo de la misma forma.
— ¡Que no soy enano! — reprocha.
Niego con la cabeza, divertida. Y vuelvo a recostarme.
Sí, soy una morsa perezosa.
Extiendo mi brazo para tomar mi celular.
Comienzo a revisa mis redes sociales, hasta que llego a una notificación de facebook que hizo que mi pobre corazón casi saltara del pecho.
Diego.
El chico con el que tengo un crush desde hace casi un año, acaba de felicitarme.
Les hago un resumen:
A Diego lo vi cuándo llegó a mi colegio para llevarle un regalo sorpresa a Danna, su novia.
Sí, tiene novia, jeje.
Una de las chicas más lindas y populares del colegio, y también del pueblo, para variar.
Desde el momento en que mis ojos lo vieron entrar al colegio, y detallaron esos ojos color miel tan hermosos, me flechó. No obstante, él no sabía de mi existencia.
O eso fue lo que pensé.
Un día, yo estaba en Facebook, y de pronto me llegó una solicitud de amistad.
Era de él, y yo casi muero en ese instante.
Con el pasar de los días, comenzamos a interactuar. Y pues... digamos que somos amigos virtuales.
Sonrío cómo tonta cuándo leo:
Diego Baeza: Felicidades, Ángel (Así me decía desde que empezamos a interactuar, y sigo sin entender porqué). Que pases un día maravilloso, y que cumplas muchos años más ❤ "
Leo mil veces el mensaje, antes de dejar mi celular a un lado, tomar una almohada, y ahogar un grito en ella. Muerdo mi labio inferior ahogando una sonrisa que amenaza con salir.
¿Ésto de verdad está pasando?
¿Mi crush realmente me ha felicitado en mi cumpleaños?
Jamás imaginé que él me felicitaría en mi cumpleaños. Digo... soy inexistente para él, y ver eso es algo que no esperaba.
Suelto un suspiro, y una sonrisa se forma en mis labios.
¡MI CRUSH ME ESCRIBIÓ EN MI CUMPLEAÑOS!
Y ahora no sé que responder.
Bufo frustrada, y me lanzo bruscamente hacia atrás.
Ay, no.
∘❀∘❀∘❀∘❀∘❀∘❀∘
— ¡Feliz cumpleaños, bestie!— Mi mejor amiga me abraza a penas le abro.
— ¡Gracias, bestie!
— Bueno, a darnos prisa, hay que ponerte hermosa — me da una leve palmada en el trasero, y se adentra a mi casa.
— Vamos, aún no sé que ponerme — hago una mueca de disgusto.
— Tranquila, yo te ayudo.