Esos primeros roces con su piel me hacían querer más, más de ella y su ser. Pero al mismo tiempo sentir como el universo se burla de ti con una de las bromas mas crueles inyectando en tu corazón amor, ilusiones y deseo al permitir que caiga en manos de alguien igual a ti.
Fue inevitable desprenderme poco a poco de las ganas que tenía de decirle lo bonita que lucia con esa sonrisa y esa mirada. Estar ahí entre sus brazos me hacia sentir como si jugara con fuego pero sin quemarme, era una sensación tan tranquilizadora.
No se en que momento me quede dormida, al despertar ella no estaba en la habitación, sentí que mi corazón saldría de mi pecho para ir a buscarla, me regañe por ese impulso, ella ya era mayor, en ese entonces una hija de 9 años... toda una vida hecha. Yo en cambio recién comenzaba a vivir, descubrir y aventurarme.
Me levante de la cama ya era de tarde y se abrió la puerta dejando a mi vista una sonrisa hermosa, era ella con el pelo en una coleta, una camisa blanca y pantalón de mezclilla... se me escapo un suspiro al verla.
- Hola, veo que ya estas mejor Ale - dice entrando.
- Hola Profe, pensé que ya te habías ido.. - dije nerviosa.
- Vine a ver como estabas, haz dormido mucho Ale - me ayuda a pararme con delicadeza.
- Gracias Profe, me retiro a mi habitación con las demás - dije mirándola.
- Está bien, descansa - me deposita un delicado beso en la mejilla y quedo paralizada.
- Profe... - digo temblorosa - hueles bien..- sonreímos y salgo rumbo a mi habitación toda sonrojada y feliz. No se que pasó pero mi corazón estaba de fiesta en mi pecho... podría jurar que sentía mariposas locas en el estomago por ese beso.
En la habitación me preguntaban las demás chicas como estaba, que había pasado hasta incluso si estaba embarazada, por que la cuñada de una de las chicas tenia esos desvanecimientos los primeros meses del embarazo.
A estas alturas un embarazo podría ser la razón de algunos de mis malestares ya que en el colegio aceptan chicas en gestación pero no sería mi caso pues soy virgen y el espíritu divino no vendría a elegirme como la próxima Maria por así decirlo.
Le tengo un miedo a mi primera relación sexual... no quiero equivocarme e iniciar muy temprano mi vida sexual pues solo tengo 15 años a esta edad tres amigas mías ya habían parido.
Las demás chicas estaban cuchicheando cuándo me acosté en mi cama con sabanas color azul cielo cuando una chica del segundo año alta, pelo negro y ojos verdes entro como un tornado llevando todo detrás de ella dirigiéndose a mi, la razón no la sabia hasta que se lanzo sobre mi con mucha fuerza y violencia abofeteándome.
- Estas loca o que? - dije empujándola hacia el suelo con mucha fuerza, al caer se escucho un ruido muy fuerte como si una bolsa de papas cayera al suelo. Rápidamente me levante de la cama preparándome para defenderme de cualquier otro golpe.
- No te acerques a ella, me costó mucho que me dirija la palabra - se levanta y me hace una seña de te vigilo. Salio como si nada de nuestra habitación, las demás chicas quedaron petrificadas por lo rápido de todo lo sucedido.
Mi cara se sentía acalorada la parte del golpe, fui al baño me moje la cara y me dirijo hacia la Dirección, al pasar por los pasillos, escuche la voz de Adelaine que venía de una de las aulas... me acerque y estaba con Stefany, la que me había abofeteado minutos antes, la regañaba.
- Qué hiciste que Stefany?- la miraba como si fuese a quemar la viva si pudiera.
- Vi que la miras mucho, ella te gusta y no quiero que te acerques a esa... yo estoy aquí para ti - dice con rabia en la voz a lo que Adelaine responde.
- No somos nada y no lo seremos niña enferma, te lo he dicho antes y te lo vuelvo a decir. - Se voltea y me ve.
Se adelanta unos pasos de la puerta a lo que Stefany se pone frente de ella dándole un beso.
Mi corazón estaba por estallar de la rabia pero no era mi problema así que me retiré a la habitación, ignore a todas mis compañeras y me metí a la cama antes de eso me tome una de mis pastillas para dormir que tenia en la mesa de noche con una botella de agua sufria de problemas para dormir desde los 10 años.
A los pocos minutos me dormí.