Me enamoré de Penélope

Capítulo 7

La invitación para la obra de Hamlet llegó tarde a mi departamento. Solo tenía una tarde para organizar mis estudios y dirigirme al anfiteatro de la zona sur del campus. Nunca había estado por esos lugares más que la vez que perseguí a Penélope sin objetivo en mente. Quería tener una conversación íntima con ella pero esa vez me había demostrado la falta de interés por su parte. En mi mente rondaba la idea de que tal vez, siendo como era, presentándome como me presentaba, no era lo suficiente todavía para ser parte de su círculo. Quería ser parte de él. Quería que Penélope me viera como a un par, quería que me tomara en cuenta y en serio como hacía con los otros. No me sentía completamente aceptado. 

¿Por qué James había accedido a incorporarme en el club? ¿Por qué Penélope se lo había pedido? Todavía no lo entendía. Lo hice con el tiempo, James se encargó de explicarme con lujo de detalles cada decisión colectiva que iba a llevarme a escribir este escrito. 

En ese momento estaba afuera, ellos eran “ellos” y yo era Max, quien se sentaba en el sillón para verlos interactuar con admiración desde su pequeño lugar recluido.

 Ir a ver la obra de teatro de Vinny era para mí una forma más de acercarme a su mundo, el mundo de los artistas, los creativos y emotivos. Había cosas de ellos que todavía no entendía y quería hacerlo. Era cierto que estaba en el club como una manera de reconectar con Penélope pero con el pasar de las reuniones cada uno de los integrantes había llamado mi atención de diferente manera. Quería verlos en acción después de tantos rumores, quería saber si lo que decían era cierto, quería verlos en sus hábitats naturales —el ala oeste— y quería comprobar con mis propios ojos si es que era verdad que eran excepcionales en sus respectivas disciplinas. 

Vestí un atuendo formal esa noche. Camisa y saco. Zapatos a estrenar negros. Fui caminando por Schola hasta encontrarme con una calle plagada de estudiantes que iban en la misma dirección, supuse que ellos iban a saber mejor cómo encontrar el anfiteatro y los seguí. Muchos estaban compartiendo una botella de alcohol y aunque me ofrecieron un sorbo me negué, ya que en ese momento no quería consumir nada que alterara mi percepción de la obra. Llegue al lugar, como muchos, veinte minutos más temprano. 

El anfiteatro replica perfectamente a uno de la antigua Grecia, era un lugar al aire libre donde podías sentarte en las escalinatas de piedra que daban al escenario principal que a su vez tenía un cortinado negro de pana y un par de reflectores apuntando hacia él. 

Cinco actos sin entreacto. Producir una de las más largas obras conocidas de Shakespeare casi al principio del semestre me parecía algo ambicioso y pretencioso pero Vinny ya llevaba cuatro años en su carrera y sólo quedaba intentar disfrutar de la obra sentándome en uno de los asientos delanteros. Esperando no quedarme dormido en el intento. 

Vinny se especializaba en teatro shakespeariano, era su pasión, decía. Le creía a veces pero me resultaba dificultoso entender cómo alguien tan progresivo como él encontraba placer en recitar las complicadas líneas de una de las obras de la época victoriana, aunque fuera una de las tragedias más influyentes en el idioma inglés. La obra iba a ser llevada a cabo en el idioma original y me sorprendió ver tanta asistencia, aunque fuera sabido que los estudiantes de Las Tres Torres hablaban por lo menos tres idiomas como base. Había cosas que todavía me sorprendían de haber sido aceptado en la universidad, como la extensión en el conocimiento del alumnado. 

Me senté al lado de un grupo de chicas que estaban hablando en francés y a mi lado opuesto tenía a un chico que llevaba consigo una enciclopedia de la mitología griega que era más grueso que mi antiguo diccionario. Notas y marcadores de página sobresalían de cada esquina. Posé mi mentón sobre mis manos que estaban en posición de rezo y esperé solo a que el espectáculo comenzara. 

Una voz finalmente empezó a pedir silencio en el espacio y todos se acomodaron en los asientos, la cortina finalmente se abrió para dar paso al primer grupo de actores, en el castillo real los guardias presencian el fantasma del difunto rey Hamlet. 

Acto 1, Escena 2: finalmente Vinny como el príncipe Hamlet vestido en un exuberante vestuario que no tenía nada que envidiarle a obras profesionales. “A little more than kin, and less than kind.” Dijo y con eso cada uno de los espectadores rugió en un aplauso que envolvió el escenario como una avalancha de halagos. Vinny pareció imperturbado con esto y continuó con la obra, ignorando que con cada línea famosa la gente hasta se levantaba de sus asientos para aplaudir y ahogar el sonido de las voces de los actores. 

Acto 3, Escena 1: “Ser o no ser, esa es la cuestión:” Recitó Vinny y aunque esperé a los aplausos para unirme, nadie pareció inmutarse. 

Si es más noble para el espíritu sufrir

Los golpes y dardos de la insultante fortuna,

O tomar las armas contra un mar de calamidades

Y, enfrentándolas, acabar con ellas. Morir: dormir;

No más; y con un sueño decir que acabamos.

Vinny extendió su voz, sabía cada línea como si fuera parte de su alma, y no había forma de —como me habían dicho en la fiesta— discutir lo indiscutible. Vinny tenía un talento natural. La pausa dramática que dejó entre “Morir” y “Dormir” que me estrujó el corazón y me lo demostró.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.