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Emocionalmente, quería dejarlos pero me quedaba, y creo, al fin de cuentas, que solo me estaba castigando a mí mismo.
Estaba empezando a entender las dinámicas de los demás de a poco, las líneas que trazaban, las partes donde se difuminaban y cómo todo parecía un aglomerado de interrelaciones que para mí no tenían sentido.
Sabía lo que James y Penélope hacían, sabía que ese hecho probablemente no había sido algo aislado. No entendía porque, ¿por qué James se conformaba con Penélope?, ¿era Gia quien no correspondía sus sentimientos? ¿Era solo físico? ¿Era como mi relación con Penélope donde me conformaba con cualquier cosa? Yo también había sucumbido a las similitudes de la apariencia de las chicas una vez. Vinny me había parado, pero no sabía a donde hubiera llegado de no ser por él. ¿Hubiera satisfecho mis urgencias? ¿Hubiera prevenido mis actuares con Penélope en el viaje?
¿Me hubiera conformado con tener a una si no podía tener a la otra?
No era como si Penélope y Gia fueran intercambiables, eran parecidas, casi idénticas, sí, pero eso no las convertía en simples cuerpos a disposición a la falta de la otra.
Se sentía como si para James ese fuera el caso y aunque quería repudiarlo por su forma de verlas, también lo entendía. En el fondo, él y yo no éramos muy distintos.
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Al principio del segundo tercio del año tuvimos el primer descanso veraniego. Una semana completa para pasar dentro de Schola o fuera. Mi situación era clara, no tenía planes y aunque mi posición económica era la misma que la de Gia, ella tenía la oportunidad de viajar sin falta a donde los Holt fueran. Me sentía inseguro, no sabía si quería ser invitado una segunda vez a un viaje con ellos. Después de saber lo de James, ¿dónde me dejaba a mí? ¿El reemplazo de vacaciones? No sabía cómo se sentía Penélope respecto a James, tal vez estaba enamorada de él, o lo admiraba, o solo dejaba que la presión del líder del grupo la aprisionara en esos momentos.
Fue en una reunión de un lunes cuando mis planes se aclararon.
“Vamos a mi casa.” Ofreció James, parado detrás del sillón, con ambas manos en el respaldo, con la presencia impoluta de quien tiene el mundo a sus pies.
“Quería ir a la mía.” Dijo Vinny, sentado en su silla con los lentes en la punta de su nariz. “A pasar tiempo con mi familia.”
“Qué aburrido.” Se quejó Brandon. “Es el momento de relajarse un poco, no de complacer mandatos familiares.”
“Vengan conmigo.” Vinny hizo una contraoferta. “A mi familia no les importa.”
“¿A ver cómo tu mamá te trata como si todavía usaras pañales? No gracias.” Brandon revoleó los ojos. Noté que estaba limpio, no parecía drogado o borracho esa reunión. Estaba tranquilo, extendido en su sillón con un cigarrillo, exhalando humo al techo con su mano libre detrás de su nuca. “Prefiero quedarme acá.”
“Tengo la casa solo. Mis hermanas se van de viaje con mi madre.” Declaró James con una media sonrisa. “Podemos hacer lo que queramos.”
“Tengo ganas de un poco de aire fresco.” Dijo Penélope con una sonrisa y Brandon sucumbió a sus deseos más rápido de lo que pude deducir si la oferta de James era para todos o solo para algunos.
“Bien. Si Pen quiere ir, voy a donde vaya.” Declaró Brandon. En ese instante, finalmente la pregunta se formó en mi mente, de si Brandon sabía que su mejor amigo se cogía a su hermana.
Gia apareció en el umbral de la puerta, tarde, pero por lo menos apareció y me sentí agradecido con eso. “¿Qué discutimos?” Nos preguntó a todos sacándose el saco para quedarse solo en una corta remera informal y unos pantalones altos poco característicos en ella.
“¿Qué tenés puesto?” Preguntó Vinny.
“Me quedé sin ropa limpia. No molestes.” Ella se sentó debajo de James y levantó la mirada para encontrar sus ojos.
“No te preocupes, mañana llamo a alguien.” Le dijo James.
Gia conforme, se dirigió hacia Penélope. “¿Qué está pasando?”
“Estamos viendo donde pasamos las vacaciones.”
“¿No vamos a tu casa?” Gia posó su mano en el hombro de Penélope y se inclinó sobre ella para susurrarle algo, a lo que la segunda respondió riendo en voz alta y sin disimulo.
“Vamos a lo de James.” Le respondió entre carcajadas.
“¡Voto por lo de James!” Gia levantó la mano.
“Puedo organizar todo si están de acuerdo.” James nos informó.
Vinny fue quien dudó un poco, yo todavía no sabía si estaba invitado o no. “Está bien. Solo si podemos hacer una obra, y James… tenés que participar.”
“Las capacidades actorales de James son las mismas que las de una roca.” Rio Brandon.
“Lo importante es participar.” Acotó Gia.
“Todos vamos a participar, ¿Max?” Preguntó Vinny y me relajé. “Vas a venir, ¿no?”
“No sé. No… no consideré nada todavía. No sabía que estaba invitado.” Les confesé.
“Sos parte del club.” Me dijo James firmemente. “Obviamente estás invitado.”
Asentí con la cabeza levemente y me prendí uno de mis cigarrillos. Lamentablemente, sabía que iba a ir a donde fueran, los iba a seguir sin importar que, estaba demasiado adentro como para si quiera pretender intentar salirme.
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James organizó todo. Pero esta vez en vez de viajar en primera clase, como lo había hecho con los Holt y Gia me senté en un jet privado de los Toussaint que despegó desde el aeropuerto de la capital. En el cada uno de los miembros parecía completamente cómodo, como si hubieran pasado la mitad de sus vidas en jets privados, en su lugar yo me encontraba completamente incómodo, sin saber que era lo que hacía cada botón, cuando me podía parar o no del asiento y me sentía más fuera de lugar cuando la tripulante a bordo empezó a hablar conmigo. James, Vinny y Brandon me lanzaron miradas cómplices, Brandon hasta me señaló donde estaba el baño. “No te cojas a mis empleados.” Me susurro James a la pasada para volver a sentarse en su asiento luego de desabrocharse el botón de su traje. Brandon se quejó diciéndole que era un aguafiestas y eso llamó la atención de las chicas, quienes estaban compenetradas resolviendo el mismo juego de palabras.
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Editado: 23.08.2024