pruebo un bocado de mi desayuno pero las náuseas no me dejan tragar ya que es cuestión de segundos para que lo este vaciando todo en el vater.
bajo la cadena y me lavo los dientes, el sabor amargo desaparece a medida que me cepillo. enjuago mi boca para luego salir del baño. al otro lado de la puerta una Bárbara está con en cejo fruncido preocupada.
-¿que te pasó?
-no lo sé, estaba desayunando y de repente me entraron arcadas.
-anda amiga no deberías de ir al trabajo hoy, ¿quieres que llame por ti?
niego.
-no, hoy no voy a faltar, sabes que si falto me quitan un día de trabajo, no puedo permitirme eso el semestre no se va a pagar solo.
ella suspira.
-es estúpido pelear contigo, solo cuídate y prométeme que si luego te sientes peor o sigues vomitando te vas a venir.
-esta bien, no es nada grave ya se me pasará.
tomo la cartera y me despido de ella para luego ir al trabajo, llego un poquito tarde lo cual hace que mi jefe de planta se enfade.
-Katerine, no puede venir tarde, usted no es inversionista o gerente para darse esos lujos.
-sucedió un percance con mi salud, lo siento no volverá a suceder.
-no me importa si eso es verdad o no, se va a quedar llenando 100 documentos más.
-pero si me faltan 70 más.
-no estoy para quejas más, hago lo que se le pide que para eso se le paga.
bufo vencida y él me entrega los documentos, si fueran en computadora el trabajo sería menos pero es a mano.
empiezo manos a la obra, cuando dan las horas del almuerzo veo que no voy ni por la mitad de documentos, creo que está vez tampoco voy a poder almorzar.
continuo y paro un momento para tomar agua al sentir mi boca seca, no he comido nada y me está entrando el hambre pero se que debo continuar con esto si quiero salir temprano, así que ignoro a mi estómago y continuo.
cuando dan las 4 de la tarde ya voy por la mitad, estoy exhausta, si fuera un dís normal solo me faltarían tres horas para salir de trabajar pero como todavía me falta la mitad no se a que hora voy a salir.
continuo rellenando. las personas empiezan a irse y Marcos mi compañero, al ver que no hago el amago por irme se acerca a mi puesto.
-hola, ¿por qué no has recogido tus cosas?
-no he terminado, me falta la mitad.
-ok, puedes terminarlo mañana.
-no tiene que ser hoy o sino no puedo irme.
-adivino, fue el imbécil de Adner.
asiento.
-es que llegue tarde hoy.
-pero eso no le da derecho de ponerte a hacer cosas que no te competen -habla con rabia -no.se que se cree pero desde que ingresé a esta empresa no ha hecho más nada que mandarte en todo, deberías quejarte y así ojalá lo despidan.
-no eso no lo puedo hacer Marco, con esto voy a pagar mi primer semestre en la universidad ya que dentro de poco entro, con quejarme lo que puedo lograr es que me bajen el sueldo y verdad no quiero eso -digo cansada.
-si quiere me quedo a ayudarte.
-no Marco, en serio terminaré esto rápido y me iré a mi casa no te preocupes.
-bueno, pero me llamas cuando llegues.
-esta bien.
él se va a y yo comienzo a terminar. cuando el reloj da las 10 de la noche todavía me faltan 20 documentos. mis manos duelen y mi cabeza está cansada y agotada, y para más remate yo estoy con sueño y hambre.
-Kate -la voz de Oliver me hace mirarlo -¿que estás haciendo aquí? ya la jornada de trabajo terminó.
-lo se, es solo que mi jefe me dijo que si no termino de llenar los documentos no podía irme.
-¿quien te dijo eso?
-Adner Mejia.
-pero, tu único jefe soy yo Katerine, porque no veniste a quejarte si estas sufriendo de explotación laboral.
-porque me bajaría el sueldo y necesito el dinero.
-no se te bajaría el sueldo.
-no quiero problemas señor, yo debo terminar esto.
él pone la mano en el documento impidiendo que escriba.
-tu no vas a hacer nada, porque ahora mismo me vas acompañar a la oficina de él.
-no, ya se fue.
él se ríe.
-tiene el descaro de asignarte una tarea pero no está aquí para supervisar todo.
yo lo miro sin saber que decir, no quiero meterme en problemas de verdad no quiero que me despida.
-vamonos Kate, tu jornada ya acabó.
-pero él dijo que yo...
-dije que tu jornada ya acabó, aquí el da las órdenes soy yo no él.
asiento y recojo mis cosas. nos metemos en el ascensor.
este mientras va marcando los pisos yo espero con impaciencia que las puertas se abran, es ahí cuando mi estómago ruge.
cubro mi cuerpo con mis brazos y cartera debido a la vergüenza.
-Katerine -me mira serio -¿no has comido nada, cierto?
-no me dió tiempo.
-vamos a un restaurante.
-no, ¿cómo cree?
-no es una petición, es una orden.
me quedo callada a lo que eso implica y decido no poner objeciones al fin y al cabo me estoy muriendo del hambre.
llegamos a su carro y nos montamos, él conduce al primer restaurante que queda cerca lo cual se ve muy elegante para mi billetera y empiezo a orar para que no pida algo salido de mi presupuesto.
-esperame aqui.
sale del carro y entra al lugar, mi celular se alumbra anunciando una llamada de Bar.
-hola.
-¿dónde coño estás? Katerine.
-estoy con Oliver.
-¿que?
que idiota Kate no le habías dicho que te lo encontraste.
-es una larga historia.
-quee vas a contar toda oíste, ahora te dejo para que disfrutes tu noche de pasión, usa protección.
Dios mío.
-que cosas di... -pero colgó.
guardo el celular y luego de nada aparece Oliver con una bolsa en sus manos.
-aqui está la comida.
pensé que íbamos a comer enseguida pero no, él empieza a conducir a vaya saber dónde.
-¿adónde me llevas?
-a mi casa.
me quedo muda, ¿para que me va a llevar a su casa?
llegamos y él abre la puerta para que yo pueda bajar.
luego de llegar a su casa me quedo mirando la casa, es muy bonita y acogedora. Oliver se va a la cocina a servir y yo observo todo a mi alrededor.