Me despierto con el sonido de la alarma, es hora de volver a la realidad. Los días de incapacidad han acabado por lo que significa que tengo que volver a la empresa.
No sé cómo sentirme, siento muchas emociones, nervios, temor, emoción y ansiedad al saber que de pronto lo vea. Me levanto de la cama y voy al baño, hago mis necesidades, cepillo mis dientes y entro a la ducha a bañarme.
Cuando termino, envuelvo una toalla en mi cuerpo, salgo del baño y me visto con lo que elegí ayer en la noche, falda de tubo negra, camisa blanca manga larga con botones, medias veladas negras y zapatos negros.
Peino mi cabello y me hago una trenza sencilla en él, me pongo las lentillas, aplico perfume, protector solar en mi cara y un bálsamo hidratante de labios. Recojo mi bolso y salgo de la habitación, afuera todo el lugar se encuentra en silencio, avanzo a la cocina y sonrío al ver la nota de mi amiga.
"Hola Kate, si estás leyendo esto es porque ya te levantaste, te dejé el desayuno en el porta de comida, nos vemos más tarde."
Tomo el recipiente y veo que es puré de papas, mi favorito. Me doy un tiempo para desayunar, como hasta que termino, me sirvo un vaso de agua y lo bebo.
Agarro el bolso y salgo del apartamento, no sin antes ponerle seguro a la puerta. Camino hasta llegar a la parada de buses, dónde espero pacientemente a que pase. Cuando esté llega, subo, pago al conductor y me siento en una de las sillas. Miro a la ventanilla, todavía tengo los nervios que había ignorado un poco en todo este tiempo, no se que vaya a pasar el día de hoy, pero ruego a Dios para que todo esté a mi favor o por lo menos que no pase nada malo.
Bajo del autobús cuando llega mi parada, suspiro y doy pasos hacia la empresa, saludo a mis compañeros de trabajo y camino rumbo al ascensor.
Me detengo cuando lo veo entrar al ascensor de espaldas a mi.
Es ahora o nunca Kate, tienes que decirle.
Apresuro el paso casi corriendo, mi respiración se agita pero antes de llegar hasta él, las puertas del ascensor se cierran casi en mis narices.
Estuvo tan cerca.
Me lamento al saber que no pude contarle nada, lo tenía justo frente a mis ojos, tenía la oportunidad de decirle y todo se arruinó.
-oye ya el ascensor abrió -grita alguien con burla.
Muevo mis pies hasta llegar adentro de este, respiro profundo tratando de controlar los furiosos latidos de mi corazón. Las puertas del ascensor se cierran, miro mi reflejo en el espejo veo todo lo que no quería ver en mi.
La Kate que tiene nervios, miedo y angustia al saber que va a tener que cargar con este peso un poco más. El peso de querer decirle todo a Oliver y la angustia al saber que no pude decirle a pesar de tenerlo a unos pasos cerca de mi.
Salgo del ascensor cuando las puertas de este se abren, llego a mi cubículo y acomodo mis cosas en él. Continúo con el trabajo que dejé antes de la incapacidad.
Duro trabajando hasta que llega la hora de almuerzo, mis ánimos son tan bajos que no me provoca comer en estos momentos, así que trabajo de nuevo.
Lleno los documentos, traigo cafés y reviso documentos, en eso se basa mi día de trabajo. Recojo mis cosas cuando la hora de trabajo termina. Ya casi todo el mundo se ha ido, solo quedan tres compañeros en el lugar.
Entro en el ascensor y espero a llegar, salgo cuando las puertas se abren y camino hacia la salida del lugar.
Veo el cielo, parece que va a caer una tormenta en menos de nada.
Camino a la parada buses, paso por un parque y me detengo cuando veo a mi ex besandose con otra chica, no sé si es el embarazo o porque en realidad me duele todavía, pero siento como se aguan mis ojos y fuerte dolor en el pecho.
Me trago el nudo de la garganta y siento como las lágrimas descienden libremente por mis mejillas. Empieza a llover y poco a poco aprieta, haciendo que me moje toda. Corro hacia un techo para cubrirme, estando ahí lloro sacando todo.
Pensé que ya no me afectaría verle, pero me doy cuenta que no, todavía sigue abierta la herida y por más que tratar de ignorarla duele y mucho.
Lloro hasta desahogarme, hasta que ya no siento nada, hasta que ya no quedan más lágrimas por derramar y hasta que logro calmarme.
Limpio mis mejillas y veo el panorama a mi alrededor. La lluvia golpea con furia contra el asfalto, por lo que me temo que no va a escampar.
Veo como un carro se estaciona en la carretera y de él baja Oliver con un paraguas, corre hacia donde estoy y yo no sé cómo sentirme al respecto.
-Kate ¿que haces aquí? Salimos hace rato de la empresa -veo preocupación en sus ojos.
-yo salí de la empresa y justo comenzó a llover -digo con voz ronca.
-ven te llevo a casa -pone su mano en mi brazo y me estremezco.
-no, no es necesario -me niego.
-no seas terca, yo te llevo a casa.
Me rindo, no tengo a dónde ir y no creo que deje de llover. Oliver abre el paraguas y me hace un lugar para que pueda cubrirme. Caminamos hasta su carro, él abre la puerta de copiloto y entro, luego va a y se sienta en el asiento del piloto.
Cierra la puerta y enseguida arranca, lo miro y le digo:
-disculpa por mojar tus asientos -mi voz se siente ronca todavía.
-no te disculpes, no es ninguna molestia -sus ojos conectan con los míos y yo trago saliva apartando la mirada.
Miro por la ventana sintiendo como poco a poco los latidos de mi corazón se empiezan a acelerar al ser consciente de que estoy en un lugar cerrado, a solas con él.