XVII

El pitido de la alarma hace que dé un brinco en la cama, no me pregunten como lo hice ni yo misma se. Abro mis ojos lentamente y estiro el brazo para apagar la alarma, meto mis pies en las pantuflas y camino hasta el baño.

ahí hago mis necesidades y me observo en el espejo, ayer casi no pude dormir mucho, mis ojos son la prueba de eso ya que se encuentran con ojeras e hinchados. Me apuro al acordarme que voy a llegar tarde al trabajo.

Voy a entrar a la ducha cuando recuerdo que hoy es sábado. Me echo a reír ante mi estupidez. ¡Dios dónde tengo la cabeza!

Por fin entro a la ducha y dejo que el agua fluya por mi cuerpo relajándome y quitando toda tensión de este.

Hoy viene mi madre, aún no la tengo frente a mi y ya los nervios están presentes. No sé cómo le voy a explicar todo lo que sucedió en esa feria, de solo pensar en que pudo haber pasado esa noche, hace que me ponga roja de vergüenza.

Termino de ducharme y envuelvo mi cuerpo con una toalla, me detengo en el lavamanos y empiezo a cepillarme los dientes. A mi mente vienen todos los sucesos de ayer, me siento tonta por llorar por eso, pero, ¿que se hace con los sentimientos? me dolió bastante verlo con esa chica besándose, de verdad no soporté ver eso.

Camino de nuevo a la habitación y justo cuando voy a vestirme mi celular suena anunciando un nuevo mensaje.

Es mamá.

Mami: "hija ya solo me faltan dos horas para aterrizar, me tienes con ansiedad por saber que es eso tan importante que me tienes que decir."

Trago saliva al ver el mensaje y respondo rápidamente.

Kate: "ya pronto sabrás madre, avísame cuando estés a punto de aterrizar."

Dejo el celular y entro de nuevo a la habitación, arreglo mi cama y recojo la ropa sucia que se me olvidó colocar en el cesto estos últimos días. La tiro en el cesto y peino mi cabello sintiéndome aún ánimos de hacerlo. Miro la ventana que da al balcón de mi habitación.

El día está nublado, parece que pronto va a comenzar una tormenta eléctrica, aún así, tomo zapatos deportivos y un buzo de tela para abrigar. Por último, agarro los audífonos y mi celular.

Salgo de la habitación y me encuentro con Bar en una pijama de conejitos.

-¿a dónde vas tan temprano? -me mira y alza una ceja, si no fuera por su taza de café cubriendo su cara me echaría a reír por lo graciosa que se ve.

-a caminar y despejar la mente.

-¿quieres que vaya contigo?

niego enseguida.

-no, quiero pensar un rato y estar sola. por cierto, hoy viene mi madre...

Ella para un momento de tomar café para mirarme, sus ojos denotan preocupación.

-y ¿estás bien con eso?

-si, supongo, no se cómo le voy a contar Bar, mi mente está hecha un lío, no sé cómo voy a hacer para mantener un bebé, todavía no logro tener la estabilidad que se necesita y todo es un caos... -mi voz se rompe haciendo que por mis mejillas se derramen un par de lágrimas.

Bárbara llega a mi y me abraza.

-oye, se que todo esto es difícil, el embarazo, no poder estar en la universidad y no tener el padre de tu hijo o hija al lado. No sé que es estar en tu lugar pero me puedo imaginar cómo te sientes, no estás sola Kate me tienes todavía a mi y si tú mamá no quiere verte aqui estaré yo para apoyarte -me sonríe y yo asiento -y si ese idiota no se quiere hacer cargo, no necesitamos de él ¿ok?

asiento dos veces.

-gracias Bar, no sé que haría sin ti.

-te perderias en este mundo de locos -bromea haciéndome reír.

-bueno ya me voy -le doy un beso en su mejilla y salgo de la casa.

antes de abrir la puerta para salir su voz me detiene.

-¿no vas a coger un paraguas para salir?

-no.

-ok, después no te quiero ver mojada.

Ruedo los ojos y salgo, cierro la puerta ya del otro lado y camino hasta el ascensor, me meto y selecciono el botón de la primera planta.

Salgo del pequeño trance de mi mente al escuchar el sonido del ascensor.

Llego a la entrada del edificio y empiezo a caminar, la gente me ve y supongo que es por mis ojeras, tal vez debí cubrirlas pero no tengo ánimos para hacer nada.

No sé cuánto tiempo llevo caminando de hecho creo que me perdí ya que no conozco el lugar. Miro a mi alrededor y estoy rodeada de naturaleza ¡cielos! ¿en dónde estoy?

No puedo creer que en serio me haya perdido. Quiero reírme de lo estúpida que me veo cuestionando lo evidente. Saco mi celular y veo la hora, va a ser medio día.

aún así, el cielo refleja una gran y fuerte lluvia. El cielo me escucha y empieza a lloviznar.

-no, no. No puedes llover en estos momentos, no tengo paraguas ni siquiera tengo dinero para devolverme -le reprocho al cielo como una niña pequeña.

Doy patadas al piso con mis pies como una niña pequeña.

-uy estúpido cielo.

Empieza a apretar y yo me quedo perpleja.

-Adiós mi celular se va a dañar -lo guardo inmediatamente junto con los audífonos en el bolsillo de mi pantalón.

en ese momento la lluvia aprieta hasta más no poder, creando así una gran tormenta. Los árboles se mueven con furia, las aves vuelan buscando refugio de la lluvia, el poco sol que estaba ha bajado y en su lugar una nube.negra se ha instalado en todo el cielo, logrando así que el ambiente se vea más oscuro.

Reacciono y empiezo a caminar buscando la salida al pequeño bosque en que me he entrado. ¡Dios! mi mamá, ahora que voy a hacer.

Empiezo a caminar en todas las direcciones, camino en dirección contraria a la que estaba, creo que así lograre encontrar la salida.

La lluvia no ha cesado, al contrario, sigue cayendo con vehemencia, los árboles la acompañan moviéndose sin parar hasta tal punto que creo que me van a caer encima. Ya estoy empapada y mi piel está erizada, caigo en cuenta en algo.

¡mi bebé! mis ojos se abren al pensar en él y no saber si está bien. empiezo a asustarme y de la desesperación corro hasta que logro ver una carretera. Llego y apoyo mis manos en las rodillas tratando de recobrar el aire, Dios siento que no puedo respirar.