-Marco, ¡que alegría escucharte! ¿cómo has pasado? -me siento en la cama en posición de indio.
-pues ahora mejor desde que te escucho, ¿Y tú?
-ay no exageres, estoy bien gracias por preguntar -contesto con amabilidad.
-me alegro Kate. Quería preguntarte si ¿siempre me vas a aceptar la salida?
arrugo el entrecejo, un poco confundida.
-disculpa pero, ¿De qué salida hablas?
-oh bueno... Sabes que llevo invitándote todo este tiempo a comer y pensé que tal vez podrías ahora -noto nerviosismo en su voz, que tierno.
-ah si, ¿te parece este fin de semana?
-excelente -se hace un silencio en la llamada. -oye, perdón que me meta en tus asuntos personales, ¿Por qué ayer no viniste a trabajar?
Trago saliva buscando la excusa perfecta para esta situación.
-me encontraba indispuesta Marco -hablo lo primero que se me viene a la mente.
-¿Te pasó algo? -dice preocupado.
-no, no te preocupes por eso. Estoy bien, solo fue una pequeña fiebre.
-pero ya ¿Te sientes mejor? Si quieres puedo ir en estos momentos a tu casa y...
-Marco no, gracias por tu amabilidad pero en verdad, estoy bien -lo interrumpo para.luego añadir -ya no tengo fiebre.
-bueno, en ese caso... Supongo que te veo mañana en el trabajo ¿verdad?
-si, allí estaré sin falta.
-descansa, buenas noches.
De repente, me surge una duda.
-espera, ¿cómo conseguiste mi número de teléfono?
-tú me lo diste, ¿no lo recuerdas? -dice seguro.
Trato de hacer memoria pero, simplemente no recuerdo.
-bueno. Hasta mañana Marco, buenas noches.
-buenas noches linda.
Cuelgo la llamada y volteo un momento a la puerta, pero, me asusto al ver la figura de mi mamá en la entrada.
-¡Dios madre! ¿Qué haces ahí? -me toco el pecho debido al espanto.
Ella entra rápidamente a la habitacion y la cierra.
-Dime una cosa hija. ¿Por qué le mentiste a ese chico? -ella alza una ceja y yo me quedo muda.
-Mamá es complicado.
-¡todo te parece complicado! No me voy hasta que me digas la verdad de las cosas -se cruza de brazos, acercándose a la cama.
-no se que quieres que te diga, la verdad ya te la dije y es esa, que estoy embarazada -miro la ventana.
-y yo no te creo nada. Si, estás embarazada, pero ¿Quién es el padre hija? Merezco saberlo -dice exaltada.
-por favor mamá ya basta, si no te lo dije hace horas fue porque no estaba lista, ¿Acaso creés que ahora lo estoy eh?
-¡a mí no me vas a hablar así jovencita! -me grita y yo solo ruego que no despierte a Bárbara.
-solo entiende. Te lo diré, pero en estos momentos no.
-¿entonces cuando? -se sienta en la cama -cuando nazca el bebé y vengan más complicaciones -me suelta con crueldad las palabras.
-no, cuando yo vea conveniente contártelo.
-está bien. Solo espero que el padre se haga cargo porque óyeme bien Katerine -se acerca a mi rostro -si él no se hace cargo, voy yo misma a su casa y le formo un escándalo con su mujer. ¿Me entendiste?
-¡no te estoy pidiendo que te metas! -rompo en llanto.
-eres mi hija y no voy a permitir que pases por lo que yo pasé -se aleja colocándose de espaldas a mí.
-pero yo no quiero que te metas -le suelto por fin. -quiero manejar la situación, al fin y al cabo es de mi hijo de quién estamos hablando.
-haz lo que quieras Katerine. De todos modos ya yo te dije lo que haré, en caso tal de que él no quiera hacerse cargo. Buenas noches -sale de la habitación y yo me derrumbo en lágrimas.
Encojo mis rodillas y hundo mi cabeza en el hueco entre ellas. No puedo creer que haya llegado a esos niveles, pensé que solo me iba a apoyar y ya pero ahora veo que lo único que quiere es conseguir a Oliver.
No sé por cuánto tiempo duró llorando. Solo sé que logro quedarme profundamente dormida.
|•••|
Abro mis ojos producto del ruido de la alarma. Alcanzo mi brazo al despertador y lo apago. Me levanto y estiro mis brazos para luego entrar al cuarto de baño. Mi cara se encuentra con el espejo y sonrío porque puse desaparecer un poco mis ojeras. Pero, mis ojos están hinchados, al parecer lloré tanto anoche que ni me dí cuenta cuando me quedé dormida.
Me quito el pijama y entro a bañarme. Coloco el agua fría y me meto sin importar la impresión de mi cuerpo al recibir el agua fría. Hoy hay una junta en la empresa, dónde voy a estar al lado de Oliver como su asistente y secretaria. La que tenía renunció, por alguna extraña razón.
Termino y me hago un mini skincare. Me sorprendo por lo mucho que he cambiado desde que lo... Desde el día de la feria. Ahora me cuido más y he aprendido a amarme a mi misma. Tanto que a veces creo que es demasiado. En fin, cuando termino, cubro mis ojeras con corrector y coloco gel fijador en mis cejas. Aplico un poco de rubor en mis mejillas y por último, un gloss con un tono rosita.
Ya lista, meto todo en mi cosmetiquera junto a proyector solar y voy a por mi cartera. guardo todo ahí. Voy a cambiarme cuando mis ojos caen en la caja blanca que está al lado de la almohada.
Sucesos del día de ayer pasan por mi mente, recordando todo. Me acerco y abro la caja, comprobando que es verdad lo que tiene su contenido.
Tomo la carta pero el sonido de la notificación, anunciando un mensaje nuevo, me interrumpe.
Dejo la carta a un lado y abro el chat del mensaje de Oliver.
Jefe: Buenos días. No se demore tanto, recuerde que tenemos la junta a las 8 de la mañana"
Enviado hace 2 horas.
Miro la hora y son las 7:30 AM.
-¡Dios! voy llegando tarde.
Me pongo lo primero que consigo que es una falda de tubo negra, que me queda arriba de la rodilla junto a una camisa blanca manga larga. Mientras me voy poniendo la ropa, miro los cambios que ha tenido mi cuerpo, sigo estando delgada solo que mi trasero ha aumentado un poco y mi vientre también. Pero solo es una ligera curva, puede pasar como cualquier otro vientre normal. Mis ojos cae en mi pecho al notar que se ven un poco abultados pero no es mucho. En realidad no se percibe mucho el cambio, solo es como si los tuviera hinchados.