Me enamoré de ti

Especial Oliver 1/3

Habían pasado 2 horas desde que Hanya se quedó profundamente dormida, sigo sintiéndome una mierda por jugar con ella, pero las cosas con ella son difíciles y odio tener que justificarme con respecto a mis acciones.

Bebo de la botella de Whiskey hasta dejarla completamente vacía. Estoy ebrio lo sé y no me importa cuando tomo las llaves del carro junto a las del apartamento. Salgo dando un portazo, cierro con llave y entro en el ascensor. Ya estando en la parte del estacionamiento, subo en el automóvil y arranco a la casa de la chica que no deja de rondar en mi mente, y he tratado de borrar todo este tiempo a punta de tragos.

Pero no he podido borrarla y tal vez por estar en este estado, esto que estoy haciendo sea una mala idea. Solo deseo verla por un instante y quitarme estas malditas ansias por observarla, aunque sea solo para pelear con ella, la necesito. No sé cómo llego al edificio, total que me bajo y sintiendo como mi cuerpo tambalea entro en él. Camino hasta la recepción y me encuentro con un chico de alrededor de 30 años.

-Katerine Marshall, dígale... que estoy aquí.

El chico asiente y toma el teléfono, frunce su ceño y comparte unas cuentas palabras con la otra persona detrás de la línea.

-ok bueno. -cuelga y aprieto la mandíbula cuando veo que me mira con pesar-. Lo siento, ella no está en estos momentos.

Me echo a reír en su cara. Arrastro mis pies hacia el ascensor.

-¡OIGA! usted no puede hacer eso -el chico corre pero cuando quiere llegar, las puertas del ascensor se cierran en su cara.

¿Con qué tuviste que mentir? Vamos a ver qué tanto te dura eso, pequeña mentirosa. Marco en el piso de su apartamento, que por alguna extraña razón me acuerdo. Las puertas se abren y salgo, camino hasta toparme con la puerta. Toco el timbre y nadie responde, vuelvo a tocar rápidamente y nada. Empiezo a impacientarme y toco la puerta con mis nudillos.

-¿Quién carajos golpea así? -una chica castaña de pelo rizado abre la puerta.

Creo que me equivoqué de piso.

-¿Está Katerine Marshall? -lanzo una pregunta en respuesta.

-no y te sugiero que te vayas porque su mamá duerme.

Sonrío con burla.

-¿no puedes inventarte una excusa mejor? ¡que estoy buscando a Katerine! -grito sintiendo perder todo mi autocontrol.

-¡pues ya te dije que no está! por si no te has dado cuenta, chico estúpido.

Aprieto mis puños producto de la rabia y digo: -pues no me voy de aquí hasta que aparezca o se digne a darme la cara.

-¿qué es lo que quieres? -sale y cruza los brazos.

-quiero que le digas a tu amiguita que venga a darme la cara, tenemos cuentas que arreglar.

-¿Y tú crees que solo porque me lo pidas, yo lo voy a hacer? Que equivocado estás.

-mira, solo haz lo que te digo, si no quieres que forme un alboroto y se despierte la señora -espeto con rabia.

Ella bufa y asiente.

-está bien idiota, pero quédate aquí y ni se te ocurra entrar, porque lo lamentarás -me fulmina con la mirada y yo me río en su cara.

Estúpida.

Miro a los lados y los pasillos se encuentran vacíos, solo los alumbra la iluminación del foco. Meto mi mano en el bolsillo y lo reviso, me calmo cuando no veo ningún mensaje de Hanya. La chica aparece y apago la pantalla de mi celular.

-ya viene y dice que esperes.

-¿eso fue lo que te dijo? -me burlo.

-si, imbécil.

-bájale a tu tonito -le advierto.

-bájale tú, porque te recuerdo que estás en propiedad ajena y privada. No puedes venir aquí y dártelas de mandón -sus mejillas se calientan producto de la rabia.

Me encojo de hombros y no le presto atención. Marco el número de Kate y lo llevo a mi oído.

-¿Qué estás haciendo? -se acerca cerrando la puerta.

-lo que ves, voy a averiguar dónde está mi...

-¿tu qué? -pregunta y se ríe a carcajadas-. No seas estúpido, ella no es nada tuyo y tú lo sabes perfectamente.

Quiero protestar e insultarla pero me trago mis palabras porque sé, que lo que dice es verdad. La llamada se va a buzón y empiezo a asustarme.

-¿Dónde diablos está? -me exaspero.

-eso a ti no te importa.

-¡¿Quieres callarte la maldita boca y decirme de una buena vez por todas?! -la tomo de los hombros.

Ella se zafa con más rabia.

-quita tus mugrosas manos de mí y no, no te voy a decir nada.

-¿Por qué? -la pregunta sale de mis labios sin siquiera pensarlo.

-porque no te lo mereces Oliver -me sorprendo al darme cuenta que conoce mi nombre-. Kate te necesita de todas las formas posibles y lo único que has hecho tú es hacerla sentir miserable y que todo es culpa de ella. ¿Creés que voy a permitir que mi amiga se siga mortificando por tu culpa? Pues no fíjate.

-¿Eso te dijo? -aprieto mis dientes.

-no. Pero su rostro lo dice todo, ella no está siendo felíz y tú -coloca su dedo en mi pecho -no estás ayudando mucho, así que mejor lárgate de aquí porque no tienes nada que hacer aquí.

-eso no lo decides tú. Me voy a quedar aquí y a ti no te debo ninguna puta explicación.

-¡ah bueno, entonces espero que si se las des a ella! -dice y entra cerrándome la puerta en la cara.

Respiro profundo para no terminar de explotar y partir la puerta. Me agacho sentándome en el piso frío. Reviso el celular y veo llamadas perdidas de ella. Arrugo el entrecejo, al extrañarme de ver el historial. Mi mente empieza a atar cabos del porqué de su llamada. A lo mejor fue para decirme su excusa. Inclino la cabeza y cierro mis ojos, pero vuelve ella a mi mente, todo al parecer se trata de Kate y mi mente no para de torturarme con respecto a su cabello y sus curvas. Es que todo de ella logra matarme y lo que más me frustra, es que no puedo tenerla, no puedo acariciarla y sentir su calor. Me odio por hacerle esto a mi novia y más me odio por quedarme solo con recuerdos de ella de esa noche en aquella feria. Los sucesos de esa noche, no se me olvidan y lo único que deseo recordar, es lo que mi mente decide no darme, sus gemidos y jadeos, esos no los conozco. Abro mis ojos cuando veo que estos se están direccionando a pensamientos obscenos dónde ella es la protagonista de todos ellos y me concentro en mirar el techo blanco.



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En el texto hay: romanace

Editado: 23.03.2024

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