Mi celular comenzó a vibrar una, otra y otra vez, estire mi mano para alcanzarlo, pero no llegaron ni los dedos, con todo el dolor de mi alma me toco parame de mi calientita cama, para tomar el celular y ver de quien eran los molestos mensajes, era Henrry me dijo que me vería en el comedor en 30 minutos. Me puse lo de siempre unos shorts cortos y una blusa ligera que quedara bien con mi chaqueta jean, para rematar mi look me hice una coleta, mi cabello castaño cada vez estaba más largo y rebelde. Tomé las lleves de mi cuarto y Salí, caminaba hacia el comedor pensaba que ya ha pasado un mes desde que vi ese dragón en la playa y no lo he vuelto a ver.
Al llegar al comedor note algo raro, no había bulla, no había nadie. Ni siquiera Henrry, las luces estaban apagadas y las alarmas no sonaron. Buscaba mi pistola en la cintura, pero no la había llevado. Entré silenciosamente al salón viendo de un lado para el otro, me acerqué al interruptor para prender las luces, pero no funcionó, caminé más adelante y en una de las mesas del lado izquierdo vi un bulto en el suelo, era una persona.
Después de ver eso era lógico que estaba muerto, no me acerque más. Fui saliendo del comedor corriendo y prendí la alarma de emergencia, segundos después de que la pulsara sonó otra alarma de emergencia que venía de la zona 13, donde Henrry me llevó aquella noche.
Al parecer se les escapo alguna de esas raras especies, corrí hacia mi habitación para tomar el arma, pero a mitad de mi destino la sirena se silenció, por los parlantes habló el comandante Steve.
- Todos cálmense por favor, todo está bien, el problema ya se solucionó, vuelvan a sus actividades.
Escuchar eso me enojo tanto, a veces ponía en duda si realmente les importa el bienestar de la gente que vive en estas paredes o si lo único que le interesa es estudiar esas criaturas. Pero no soy nadie para criticar sus ambiciones de conocimiento, tal vez con sus investigaciones puedan ayudar algún día –pensé-
- ¡Cierto! Vi un cuerpo en el comedor, tengo que avisar cuanto antes.
Aumente la velocidad de mis pasos y en la mitad del camino escuche un grito de dolor, era la voz de Henry, en el patio donde trotamos cada mañana, con los compañeros de entrenamiento había un poco de gente acumulada alrededor de algo, me acerque rápido pasándome entre la multitud, vi a Henry sobre una camilla, su pierna estaba mordida, sangraba demasiado, me corrió un frio por toda mi espalda ver su pierna en ese estado.
Todo fue rápido, los camilleros se lo llevaron a la enfermería, yo quería seguirlo, pero mi amiga Margaret se acercó a preguntarme lo que había pasado, hasta eso ya lo habían subido en el jeep verde.
- ¡Scarleth! ¿Porque tocaron la sirena?
- Luego te cuento tengo que irme. – la deje sin explicación para poder seguir a Henrry.
Salí corriendo para la enfermería, estaba súper lejos, era al otro lado del campo de entrenamiento, empecé a correr, pero mi ritmo cada vez bajaba del cansancio, cuando llegué, no me dejaron pasar, Michael estaba esperando afuera, me senté a su lado esperando.
Vi que Michael estaba muy molesto, le pregunté, ¿cuál era su problema? Michael me contó sin darse cuenta de que me estaba revelando información confidencial y de esa manera afirmo mis sospechas, que en efecto se les había escapado una de esas criaturas que tienen cautivas en la zona 13.
El Broucotron es una criatura carnívora, su altura es como la de un niño de cuatro años, anda en cuatro patas, su piel es muy dura como la de un tronco, dan mucho miedo por sus dientes afilados y uñas largas como las de un perezoso.
-Scarleth: Como si no hubiera bastantes de esas vestías a fuera, trajeron a uno aquí. Solo espero que lo capturen.
- Michael: Sí, ya lo encerraron de nuevo, no te preocupes. Antes de que pasara esto Henry te tenía buenas noticias para ti.
- ¿Que noticias? -Pregunte.
Michael me dijo que ya acabé con mi entrenamiento, ya podía acceder a la zona 13 y al fin podría salir de la fortaleza a cazar con los demás, sentí una mezcla de emociones como de miedo y angustia, pero al fin podría cazar, defendería a las personas dentro de esa fortaleza y a mis amigos, no dejaría que a otras familias les pase lo que a mí me pasó.
La doctora salió, dijo que todo estaba bien, le cogieron 12 puntos en su pierna. -
- Ahora está algo desorientado por la pérdida de sangre, solo necesita descansar aquí por 3 días, luego podrá irse. Dijo la doctora
Michael y yo agradecimos a la doctora, pasamos a ver a Henry.
Me acerqué a su lado, lo cogí de su mano, sin decirle nada.
Henry con voz de moribundo - Tranquila no me voy a morir.
- Siempre tan sarcástico mocoso- le respondí
- Michel: Amigo debes tener más cuidado la próxima vez.
Michael y yo nos quedamos hablando un rato con Henry, Michael se fue, lo llamo el comandante Steve, el superior que se encarga de nuestro entrenamiento riguroso.