Henrry se despierta desorientado con un fuerte ardor en la cabeza, atado sus dos manos por dos cadenas gruesas que sujetaban desde el tumbado del cuarto sombrío y frio hecho de concreto, al frente se encontraba Steve sujetando el látigo que pertenecía a Moscu.
Henrry mira a Steve y le lanza una risa maquiavélica – ¿Qué vas a hacer? ¿ vas a golpearme, enfermo? ¿En qué época crees que estamos para atarme así, no te parce más eficiente matarme?
- Aun que me tientas Henrry, debo informarte que te necesito vivió para poder atraer a Scarleth y así de seguro vendrá Derek.
- ¿Qué es lo que busca del Dragón? – pregunta Henrry.
- Lo que todos anhelamos en la vida. El poder, si logro tener a un dragón bajo mi mando podré gobernar este mundo que esta destruido, yo me encargare de arreglarlo. Acabare con los broncotrons.
- Estas demente, ¿cómo piensas acabar con los brocontrons?. Están por todos lados y se siguen reproduciendo como ratas, es una plaga con la que tenemos que convivir.
- Ahí es cuando tú te equivocas. ¿No viste cuando capturamos al pequeño dragón como de un rugido trajo a miles de broncotrons hacia la fortaleza?
- Si capturamos a un dragón y hacemos que trabaje para nosotros, lograremos que reúnan a los broncotrons y podremos eliminar grandes cantidades de broncotrons y lograremos acabar con ellos. Henrry reaccionó ante la idea de Steve, se quedó completamente atónito. – Vez, ahora no piensas que estoy tan loco, únete a mí, necesito de tu ayuda, es para una buena causa y a cambio olvidare todo y podrás traer a Scarleth de regreso, claro si está viva.
- ¿Y piensas que yo soy un traídor, que vende a sus amigos? Jamás te facilitaría las cosas, escuche la grabación y se lo que haces, destruiste muchos hogares, dejas a muchos niños sin padres, solo para utilizarlos como a tus perros que darían la vida, nunca te importaron sus vidas.
- Eso no es cierto, yo no obligue a nadie y tampoco fui yo quien los mato, entraron por voluntad.
- ¡Ellos lo hicieron por gratitud!, quería ayudar a los más indefensos, porque tu inspirabas con palabras vacías, te llenabas la boca sobre "ayudar a los desafortunados" cuando lo único que te importaba era regir y hacer tu voluntad, simplemente te parabas al frente a dar órdenes disfrazados de discursos motivadores para que imbéciles como nosotros siguiéramos tus propósitos como fieles mascotas.
- Henrry, piensas que todo es mi culpa, pero lo que no concientizas es que la gente es libre de pensar y actuar, si las personas se dejan influenciar sigue siendo su propia culpa, no la mía.
Henrry frustrado y lleno de impotencia quería abalanzarse sobre Steve a golpearlo hasta la muerte, pero las enormes cadenas no le permitía ni siquiera acercarse, su garganta cargaba un enorme nudo, que le impedía gritarle a Steve, quebrado le dice. - No tienes idea de lo cansado que fue para mi entrenar a todos los niños que traías para que pudieran defenderse, verlos a la cara y repetir las mismas palabras que nos decías para que se armaran de valor y salir por las calles a correr riesgos de ser rodeados por los broncotrons y ver morir despellejados a colegas con los que creciste, conviviste y compartieron un monto de cosas juntos. Ahora me siento un miserable por haberte seguido y no te perdonare por matar a Michael. ¡No te lo perdonare!
Steve suspira y lanza una mueca de quemeimportismo y responde - Piénsalo bien Henrry; lo hecho, hecho esta y no ganaras nada recordándolo, es mejor pensar en el futuro, puede que cuando cambies de parecer y quieras rescatar a Scarleth ya sea demasiado tarde y eso no será mi culpa. Lo que te propuse es un bien en común, seremos libres cuando acabemos con los Broncotrons e incluso podremos ya no vernos jamás, tu tomaras tu camino y yo el mío, mientras tanto solo te necesito como cebo.
Nataly apuntaba a Steffy con su pistola - ¿Dime dónde está Margaret?
- Le juro que se fue, no dijo a donde, solo se marchó.
- ¡No te creo! Cuando me noqueó con un cabezazo escuche claramente que no quería irse. Por última vez ¿A dónde se fue? si no me dices te juro que tu familia y la de ella se verán afectadas, me encargare que los echen de aquí.
- ¡No! Por favor, lo único que me dijo, si de algo le sirve es que fue buscar a Scarleth.
- ¿A dónde?
- ¡no lo sé, no lo dijo!
- De todas maneras, la ayudaste a escapar, solo tú tienes la tarjeta que abre esta puerta, ahora por tu culpa tú y tu familia no comerán por dos días. Yo me encargaré de pasarle el mensaje a Steve de lo que hiciste.
- ¡Por favor! Yo no hice nada, lo juro, ella me apunto para escapar.
Ha pasado tres horas de la fuga de Margaret y las patrullas por toda la costa no lograron encontrar nada, Steve le quito el puesto de portera a steffy, en su lugar coloco a sus hombres de confianza, la guardia.
Sin más que hacer Steffy visito a sus padres, les conto todo lo sucedido y se recostó a llorar en el regazo de su madre. Su madre le dijo que no llorara, le aclaro que no estaba enojada y su padre tampoco, ellos confiaban plenamente en sus decisiones. Steffy aliviada de haber podido desahogarse, se dirigía a su habitación. – soy una mala hija- se dijo así mismo, nuevamente volvió a sentir culpa, caminaba arrastrando sus pies, con una postura encorvada. Al llegar a su habitación ve a dos guardias de Steve vigilando su puerta. - ¿Qué hacen parados en la puerta de mi habitación?
- Órdenes del comandante Steve – respondió uno.
Steffy entra a su habitación sin reclamo alguno, cierra la puerta y ve que su habitación se encontraba tal como lo dejo esta mañana.
- Margaret – susurra Steffy. No hubo respuesta, cansada se retira los zapatos, se saca su chaqueta, abre su armario para guardarlo y ve a Margaret en posición fetal durmiendo.
Steffy le tapa la boca y Margaret se despierta asustada. le hace señas de que no diga ni una sola palabra a Margaret, en su celular le escribe diciendo *no hables fuerte mi casa está siendo vigilada, te están buscando*