Adley se encontraba sentada en el gran salón del castillo resguardada de la fuerte lluvia. tomando una taza caliente de café muy a gusto. Con delicadeza apegaba la taza a su nariz, para percibir el placentero aroma que emanaba, lo bebía despacio sintiendo su sabor amargo en cada sorbo que daba.
El frio aumentaba y la lluvia caía con más fuerza, Derek toma de la mano a Scarleth, ambos corren y la lleva dentro de una cueva para que no se mojara, ambos esperaron por diez minutos para ver si la lluvia cesaba, Derek miraba a Scarleth toda mojada sentada en una esquina tallándose las manos y como de sus labios salía humo blanco cada vez que exhalaba con su boca.
Derek salió de la cueva sin decir nada hacia el bosque.
- ¡Derek! ¡¿a dónde vas?!
- Quédate aquí, voy a traer un poco de ramas para prender una fogata y puedas secar tu ropa.
Scarleth no quería que Derek saliera, todo estaba oscuro y cubierto por neblina, el panorama estaba terrorífico y la idea de quedarse sola en una cueva le daba mucho miedo
- ¿Acaso tienes frío pequeño dragón? Ven, si quieres te abrazo.
Derek sujeta las manos delgadas de Scarleth y le dice - yo no, pero tús manos y labios están morados por el frío. Solo espérame aquí un segundo.
Derek se da la vuelta para salir y Scarleth le sujeta por la espalda de la camiseta y le responde - No hace falta que busques eso, la lluvia no se hizo para huir o escampar de ella, eso es solo para personas aburridas, pero tú y yo somo diferentes. Ven.
Scarleth sale corriendo y se resbala por el lodo, Derek camina hacia a ella.
Scarleth le da su mano y con la otra coge un puñado de lodo y le refriega en el rostro.
Derek lanza una maquiavélica risilla, coge lodo con sus dos manos y va tras de Scarleth
Ambos se caen al suelo, uno encima del otro intentándose embarrarse más, Derek sujeta de las muñecas a Scarleth contra el piso para inmovilizar sus manos que se encontraban cubiertas por lodo.
Con la luz de los relámpagos los ojos azules de Derek brillaban en la oscuridad.
Derek la mira directamente a los ojos, luego a sus rosados y mojados labios, sus agudos sentidos se pusieron sensibles a los ruidos, escuchaba claramente su agitada respiración y su corazón que latía con fuerza; curioso al fuerte sonido coloca su mano en el pecho de Scarleth y siente el golpeteo una y otra vez. Derek sentía una fuerza de atracción inquietante, al estar encima de ella sentía el calor de su cuerpo.
Scarleth se levanta levemente del suelo, cambia de lugares, se coloca encima de sus piernas y con sus brazos rodean sutilmente el cuello de Derek y lo besa.
Los ojos de Derek brillaban más y su mirada se veía más imponente como la de una bestia a punto de cazar bajo la oscuridad, desabrocha la blusa de Scarleth con su garra afilada cortando cada botón sin lastimar su piel.
Sebástian entra abruptamente al castillo, todo mojado por la fuerte lluvia.
- Mamá ya es hora de hablar sobre Derek, siento que ese demente está muy unido a la humana.
Adley preocupada al ver a Sebástian, empapado, con su rostro pálido, ojeroso y labios agrietados, se levanta de su asiento, se aproxima hacia a él, le seca el rostro con su manga.
- No podemos hacer nada hijo, ella deberá quedarse aquí, no podemos dejarla ir. Si la dejamos y revela nuestro paradero será peor y si se fuera sé que Derek ira tras ella.