Nota importante: todos los dialogos marcianos han sido traducidos de su honorable lengua llamada Lilin al español:
La hermosura del cielo rojizo que se cuela a través del ventanal de mi habitación me hace sentir nostalgia anticipada, pues mi padre me ha levanta muy temprano expresándome en tono solemne:
—Bueno días amada hija, como princesa que eres de nuestra muy importante ciudad marciana Alaylux, es tu deber llenarte de sapiencia acerca del planeta Tierra ya que ellos son nuestros vecinos más próximos.
Últimamente, mi equipo científico y yo mismo hemos hecho un exhaustivo seguimiento de las andanzas de los humanos que habitan el tercer planeta y hemos llegado a la conclusión de que ya las tecnologías de los terrícolas se han desarrollado lo suficiente como para que en cualquier momento los veamos aterrizar en nuestro amado Marte y dado su talante destructivo y aguerrido es importante prepararse para recibirlos dispuestos no solo para enfrentarlos mediante el uso de la fuerza, sino para escudriñar aquellos aspectos sociológicos y psicológicos que nos puedan ser de utilidad en caso de que al ingresar al planeta se pongan violentos, extraños…, o ¿quién sabe?
De hecho ya contamos con varios informantes en el planeta Tierra específicamente en La Florida y en Texas importantes estados que forman parte de Estados Unidos de América, pero hija, consideró que ya es hora de que sea tú quien empiece a asumir ciertas responsabilidades cónsonas a tu condición de la realeza.
Emocionada le contestó enseguida:
—Amado padre, muchas gracias por la inmensa responsabilidad que me concedes, no te defraudaré lo juro…
—Siempre a tu orden amada hija, partirás de Marte en una semana, así que ve alistando tu equipaje, ay…, una cosa más amada hija… Consideré pertinente que tuvieses compañía en tan relevante misión y por ello he designado que seas acompañada por tu prima Muriel.
Mi semblante enseguida cambia, no lo puedo creer, y valiéndome de mi confianza enseguida le expresó con preocupación:
—¡Qué!, ¡Con Muriel!, no me digas eso papá, Muriel es algo alocada, la adoro, es mi familia, pero padre… Dios me va a tocar cuidarla más bien a mí, me va a causar grandes distracciones y preocupaciones… ¡Alteza, papá por favor! La última vez que salimos juntas mi prima dejó a la corona marciana muy mal puesta al tomar licor en uno de nuestros bares y salir en estado de ebriedad en los brazos de uno de los cónsules del Monte Olimpo, papá por favor…¿De dónde sacaste esa idea tan inoportuna?
Con ojos suplicantes miro a mi papá, no voy a poder investigar adecuadamente la vida de los terrícolas y sus intenciones de ampliar sus horizontes espaciales teniendo que cuidar a mi prima, prima que lo único que piensa es en divertirse, ¡Diosa madre, asisteme, te lo ruego!, déjame convencerlo de que ella no es apta para la misión.
—Su excelencia, papá, papá, por favor, prefiero ir sóla antes que con la salida de mi prima.
—Lo siento así son las cosas, además tu tía Mirna día y noche me ha suplicado que por favor le ayude a lograr que Muriel mejore en disciplina, buenos modales y en sapiencia, por lo que pensé que esta misión la ayudaría a formarse una idea de su importancia en la realeza marciana, haciéndola más responsable, sería y aplomada…Y por supuesto que tenga una compañera adecuada como tú mi amada hija; tú mi princesa adorada que eres la joya de la corona, además recuerda, Mirna es mi adorada hermana mayor, así que te estoy dando una orden ineludible.
Papá desoye mis encarecidas súplicas, mi mohín de desventura y vuelve a hablar:
—Por cierto mi amadísima Kalena, ambas van a llegar a un lugar en la tierra que se llama La Florida, donde se encuentra una un sitio llamado Cabo Cañaveral, lugar desde donde se hacen importantes experimentos de lanzamientos espaciales y desde donde salió la primera nave que aterrizó en la luna.
Mientras mi padre me habla pienso brevemente: «Ahora si me fregué, mi prima y yo somos como el aceite y el vinagre, no sé cómo nos llevaremos? … ¡Ay Dios!, este viaje promete… »
Mi papá de pronto culmina su monólogo dándome un cálido beso en la frente y sale de mi habitación, sabe que no me siento contenta con su decisión, pero así se vive en esta realeza marciana, se vive por y para el deber, así que me toca viajar al planeta Tierra con la más loca de todas mis primas, sinceramente hubiera preferido viajar con mi hermano que aunque es 6 años menor que yo y tiene sus arranque de ironía y bromas pesadas es mucho más maduro que ella. No, no no…. ¡Qué problema me han echado encima!
Y pensando en este viaja a La Tierra, planeta que no sólo estudié en la escuela sino en el instituto superior, me vienen a la mente hermosas imagenes de paisajes memorable del planeta llenos de colorido y sobre todo de la raza que allí se erige de modo imponente: los humanos terrícolas, humanos que ignoran que sus orígenes están justo en este planeta, el planeta de los eternos arreboles.
Bueno, como dice un refrán más que legendario: "Donde manda capitán no manda Marinero" me toca preparar el equipaje y ya veré que hago con mi "adorable primita" , caray, ¿qué nos tocará vivir? Yo jamás en mi vida he estado en el planeta Tierra.
Ya en la noche llamaré a Muriel… ¡Rayos!, este viaje pinta que va a ser todo un desafío, tengo un presentimiento de algo inexplicable, sin embargo, por ahora toca disfrutar mis últimos días y noches marcianas, en mi amada y moderna ciudad llamada Alaylux que se encuentra en medio del Valle Marianis al que gracias a Dios aún no han llegado las sondas espaciales terrícolas que son las que nos han obligado a estar alerta e intentar ocultarnos de los humanos terrícolas que históricamente han sido una amenaza para cualquier planeta del sistema solar por su talante violento en general, aunque no se puede negar que por lo que nos cuentan nuestros informante más experimentados son seres que también tienen cosas muy buenos; bueno en conclusión habrá que ver…, Por ahora a descansar el resto del día y disfrutar sobre todo las restantes noches estrelladas marcianas donde las estrellas brillan como diamantes en la inmensidad del cielo en la siempre presente compañía de Deimos y Fobos.