Me Enamoré De Un Terrícola

Capítulo 6 Cómodo viaje en la nave y descenso en la cápsula espacial.

Bueno es hora de revisar nuestra documentación terrícola, me dispongo a llamar a Muriel que está distraída en la contemplación del espacio, ya estamos bastante próximos a evacuar la nave que tan buenamente han manejado Ron y Ran, quienes son muy divertidos y cariñosos con nosotras, de verdad papá tiene a disposición los mejores pilotos espaciales de todo Marte, ahora comprendo porque viaja tan confiado a los diversos países dispersos en el territorio marciano, en su mayoría inmersos en las profundidades de la tierra o ocultos entre valles; pero también confía en ellos haciendo viajes más largos en la compañía de mamá específicamente a Próxima Centauri b en la constelación de Centauro.

Intentó llamar su atención pero todos mis llamados son en vano, caray, se ve que está inmersa en sus recuerdos más allá de mirar hacía el espacio, caray, seguro que está pensando en hombres, su última conquista de verdad era un hombre muy guapo de ojos vino tinto y alargada figura que de verdad era una belleza ¡Ah, Muriel y sus conquistas!, debería escribir un libro sobre cómo abordar y conquistar exitosamente a los hombres, seguro sería un éxito, pero es hora de poner atención en este viaje de trabajo, la diversión es algo totalmente secundario y así tengo que hacérselo saber hasta el cansancio.

—¡Muriel, Muriel, Muriel…, Llamando a la señorita Muriel a volver a la nave!

—Sí, sí Kalena, te escucho, chica, no soy sorda afortunadamente, simplemente me estaba dando un momento para contemplar esta preciosa vista al espacio y bueno pensando en los seres humanos y bueno tú sabes…

—Cariño, sé que anhelas divertirte, pero vinimos a trabajar, no lo olvides…

—Kalena, créeme que no lo olvido…, bien, ¿para qué interrumpes mis meditaciones contemplativas?, que para mi son muy importantes.

Esa Muriel es un caso, hace una mueca con los labios de fastidio pero hay que concentrarse.

—Muriel, es hora de que revisemos nuevamente la documentación con que nos identificaremos en el futuro en La Florida y especialmente en el Centro Espacial Kennedy ubicado en las adyacencias de Cabo Cañaveral, como ya habíamos dialogado previamente, nuestro objetivo es investigar en el Centro Espacial Kennedy las andanzas de los terrícolas con respecto a sus avances en materia aeroespacial, sin embargo Muriel para tu satisfacción, es un lugar que queda ubicada en la costa este de Florida donde hay también playas que vienen siendo como nuestros lagos subterráneos llenos de agua que fluye, pero al contrarío de Marte esa masa de agua está al aire libre, conocer el mar sí me emociona honestamente Muriel; también en La Florida hay museo y restaurantes, así que en nuestros tiempos libres, si es que algo de tiempo nos queda, no la vamos a pasar nada mal.

Ella me mira encantada con esos ojos violeta que delatan un alma alegre y jovial, pues sabe que de algún modo encontraremos algo de tiempo libre para nosotras y ella va a poder divertirse en sus momentos de solaz, entonces yo saco de mi bolso lo que los terrícolas llaman: tarjetas de pasaporte, que va a ser nuestra identificación durante los tres meses que vamos a pasar en la Tierra. Entonces le digo con seriedad:

—Muriel, en la tarjeta de pasaporte el nombre que te identifica es: Mary Smith —Ella trata de pronunciar correctamente su nombre y apellido y eso le causa gracia.

Y enseguida me dice:

—A ver prima, que nombre te han asignado a ti, ¡ja,ja,ja!, el mio suena muy gracioso… menos mal que ya nuestros chips de idiomas están activados.

A mi también me hace gracia como suena mi nombre y sonriendo le contestó:

—Bueno prima, allí va el mío: Dorothy Mitchell, de verdad suenan algo raros estos nombres prima, a ver qué más, qué más, bien prima supuestamente somos oriundas de Kansas, caray: ¿por qué de Kansas?

Enseguida Muriel me responde:

—Yo sé la razón prima, a mi tío y a mi mamá los abuelos les leían en la infancia un cuento de origen terrícola que uno de los informantes de aquel entonces les trajo de la Tierra por estar de moda que se llama, a ver, a ver si recuerdo: Dorothy Y El Mago De Oz.

Impresionada le respondo:

—Caray Muriel, me sorprendes…, ahora comprendo y de verdad me recuerdo de haber visto en la biblioteca de papá ese ejemplar… Bueno las ocurrencias de papá y tía Mirna, vaya si su imaginación es prolífica, es más ahora que recuerdo papá me leyó ese cuento en mi niñez, ah…, por eso me puso Dorothy a mí, ¡je, je, je!, qué ocurrencias…

Ambas de pronto guardamos silencio y nuestros ojos se fijan en el precioso planeta llamado Tierra que nos impresiona con ese colorido tan azúl, blanco y marrón tan característico, respiro hondo, en cualquier momento abandonaremos la nave y nuestra cápsula espacial se desplazará invisible y muy seguramente de forma grácil por entre las nubes de aquel planeta tan azul. Planeta azul lleno de secretos y quién sabe qué viviremos Muriel y yo en esta misión marciana?… brevemente y silenciosamente Muriel toma mi mano y nuestras miradas se cruzan deseandonos lo mejor en esta aventura que se llama vivir la vida sin importar de qué planeta seamos, la vida siempre es una caja de sorpresas con música propia.



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En el texto hay: humor, amor, ciencia-ficción

Editado: 01.11.2025

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