Me Enamoré De Un Terrícola

Capítulo 15 Arreglo del dispositivo de comunicaciones y contacto con Alaylux en Marte

Los cinco abordo del carro de Francisco y Eduardo, recorremos la vía que los llevará al taller del muy noble señor Sergio, la vista al mar con ese ímpetu tan característico me hace suspirar enamorada, creo que al regresar a Marte es justamente el mar de los lugares que más extrañaré, pero hoy es hoy y toca disfrutar cada momento presente.

Luego de estar en la vía por 10 minutos contemplando ese mar que parece acompañarnos amigablemente durante el trayecto, observamos preciosas palmeras llenas de lo que parecen abundantes cocos, finalmente llegamos al taller de don Sergio un lugar sumamente pintoresco ya viéndolo con mayor objetividad. Sergio enseguida, muy amablemente nos recibe a las puertas de su galpón y luego de un intercambio bastante amistoso de efusivos saludos que incluyen extraños simbolismos con las manos nos introduce al interior del galpón mecánico, donde al menos dos clientes nos observan como bichos raros, pero a la vez en sus pupilas se dibuja un naciente deseo algo desconocido para mí al vernos con nuestros atuendos playeros algo diminutos, caray sus miradas se tornan llenas ¿quizá de pasión? razón por lo que Eduardo disgustado les dice:

—Caray, señores sean más respetuosos con las señoritas, háganme el favor… —hizo un mohín de disgusto.

Yo les puse cara de desconcierto y recordé las miradas furtivas de Rino en aquel tiempo de coqueteos mutuos perdidos en los mares del destiempo.

Luego observo por el rabillo del ojo que ambos se enfocan en sus vehículos nuevamente y me pregunto: ¿será que estos señores están solteros y buscan pareja?, aunque se ven de la mediana edad y uno de ellos me fijo brevemente tiene un aro en el dedo anular que en Marte es símbolo de pureza matrimonial…, caray estos humanos terrícolas son tan variopintos, tan emocionales, tan, tan todo…, yo pensaba que sería más fácil escudriñar los aspectos

psicológicos y sociológicos de los humanos terrícolas, pero son tan distintos y definitivamente sus mundos íntimos se erigen como muros inexpugnables y como sociedad se muestran hasta los momentos bastante amistosos aunque no comprendo muchas de sus actitudes, bueno aún estoy recién llegada, por lo menos Muriel se ha portado a la altura y afortunadamente no le ha hecho alguna propuesta indecente a alguno de estos terrícolas

De pronto Eduardo me pone la mano derecha sobre mi clavícula y me dice suavemente después de un largo bostezo:

—Kalena, querida pasa a esta pieza al fondo del galpón, Sergio debió mover el módulo espacial, pues unos guardias vinieron a meter sus narices en el taller mecánico para sacarle dinero, lo que no es inusual en estas latitudes e incluso osaron descubrir la lona que cubría la nave y se llevaron la gran sorpresa al ver la cápsula espacial, pero gracias a Dios Sergio ante las preguntas y el recordatorio del avistamiento ovni que también estos guardias observaron, los mareo dándoles unas cervezas, unos dólares y además haciéndoles creer que en realidad ante sus ojos estaban contemplando una importante escultura en bronce elaborada por su reconocido primo: David Alberto Urdaneta Aristiguieta reconocido artista plástico promesa de las bellas artes venezolanas, así que así están las cosas Kalena…

Enseguida le respondí más que agradecida sintiéndome en deuda con todos:

—Caray, mi muy estimado Eduardo, estoy en deuda con todos ustedes —le doy un fuerte apretón de manos y de pronto siento un delicioso pudiese decirse corrientazo que recorre todo mi cuerpo haciéndome dirigir mis ojos hacia aquellos preciosos ojos café que parecen albergar lagos de amor anhelantes y ¡Ay Diosa Univa ay!

La voz de Francisco nos trae de vuelta a la realidad:

—¡Ey, ustedes dos, es hora de intentar reparar el equipo de comunicación de la nave, vuelvan a la realidad!

Eduardo y yo nos zafamos con dificultad de nuestras intensas miradas algo escrutadoras y seguidos por Francisco, Sergio, Muriel y la buena señora Concha, vamos hacía el nuevo refugio de nuestra cápsula espacial con la intención de reparar nuestro equipo de comunicaciones, para así ponernos en contacto con nuestros familiares.

Llegamos a un área ubicada al fondo del galpón bastante oscura y sin embargo don Sergio tan amable de pronto encendiendo unas intensas luces que nos ciegan a todos enseguida vemos cubierta por una lona color negro a nuestra magnifica cápsula espacial, obra de la ingeniería marciana, enseguida todos colaboramos para sacar la lona y yo con las herramientas que tenía a mano acompañada de mi prima y mis nuevos amigos nos introducimos en la nave, ellos quedan deslumbrados y muy silenciosos al observar la elevada tecnología de que dispone la cápsula espacial, recordatorio además de que Marte no es ese planeta que se puede contemplar desde la Tierra como un punto rojizo tenuemente iluminado en las noches oscuras terrícolas, punto tenue que la mayoría de los terrestres considerab un planeta desierto donde sentar las bases de una nueva colonia humana, y sin embargo, ahora mis nuevos amigos bien comprenden que Marte es un planeta que esta lleno de vida, un planeta donde hay sereshumanos como ellos mismos; la señora Concha se persigna y sé en en el fondo por su mirada curiosa que en este instante se han puesto a prueba su sistema de creencias religiosas, razón por la que luego tendré una amplia conversación con ella al respecto, pues son más las cosas que los humanos marcianos tenemos en común con los humanos terrícolas que las diferencias, al fin y al cabo todos somos hermanos en el universo, pero por ahora a lo que vine, a trabajar para restablecer las comunicaciones con mi hogar Marte, aunque extrañamente a mi corazón viene esa sensación de sentir a la Tierra como un hogar más.

Sin embargo, en breve les digo a todos lo más cariñosamente posible:

—Queridos terrícolas, por favor necesito que desalojen la cápsula espacial para poder sentarme a trabajar con la calma requerida, en este caso sólo me va a acompañar Muriel quien me puede prestar su valiosa colaboración.



#2026 en Otros
#589 en Humor
#5297 en Novela romántica

En el texto hay: humor, amor, ciencia-ficción

Editado: 01.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.