Me Enamoré De Un Terrícola

Capítulo 21 Muriel y Francisco rumbo a Caracas e invitación a la fiesta de cumpleaños de Junixis

Son las 5:45 am en la isla de Margarita y Muriel ya está lista para partir con Francisco al aeropuerto Internacional del Caribe Santiago Mariño rumbo al aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, el vuelo en uno de esos cachorros medievales dura 35 minutos, ¡imagínate qué lento!, pero la cara de emoción de mi prima es contagiosa pues va a conocer Caracas la ciudad que vio nacer a los amores de nuestras vidas, bueno no me queda más que desearles lo mejor.

Eduardo esta vez maneja el carro para llevar a su hermano y a mi primita, la señora Concha se ha quedado en casa descansando pues últimamente como dice ella ha estado de lo más rumbera y necesita reponerse.

El aeropuerto aunque es bastante anticuado y los aviones son unos artilugios dignos de un museo medieval en la muy honorable y avanzada ciudad de Alaylux y el resto de las ciudades marcianas tiene sin embargo, ese encanto caribeño que lo hace tan especial; además el día luce un azul luminoso espléndido.

Francisco y Eduardo se despiden afectuosamente y yo abrazo a mi loca o no tan loca primita Muriel, comprendiendo que cada día descubro con amor lo mucho que la quiero, le digo sin embargo:

—Ve primita, cuídate mucho y no hagas locuras, ¿me lo prometes?

—Claro Kalena, te quiero prima… —nos abrazamos, pienso que solo vamos a estar dos o tres días lejos pero esos dos días me parece que van a ser absolutamente trascendentales y quizá marque un antes y un después y de pronto ya deben partir.

A Francisco le digo afectuosamente:

—Cuídense los dos y ya sabes hay que mantener la paz entre la Tierra y Marte, ¡je,je,je!

De pronto Eduardo y yo los vemos partir después de que muestran sus identificaciones, honestamente le agradezco mucho la diligencia a Junixis Dillinger, quien nos dio estas magníficas cédulas donde ambas figuramos como hermanas y es que ahora comprendo que a pesar de ser tan distintas, Muriel y yo somos hermanas del alma.

De pronto les grito por última vez para que ambos voltéen:

—¡Ey, al llegar a Caracas, nos avisan!

Ambos asienten y sus imágenes se pierden en el área de abordaje de estos cacharros voladores.

De pronto sólo somos Eduardo y yo y nos miramos como diciendo: ¿y ahora qué?, por lo que me adelanto y le digo:

—Eduardo, es muy temprano, será qué nos comemos unas empanadas de cazón en el local de doña Yuleisi, tú me has dicho ella hace las mejores, chico yo invito y así se nos pasa un poco esta tristeza por la separación…

—Pero Kalena, yo no estoy triste —veo que se seca una lagrimita e intenta disimular.

—¡No para nada se ve que estás triste…! pero entonces, ¿por qué tienes esos ojos tan húmedos?

—Esté, esté —veo que se rasca la cabeza—tengo sueño, eso es.

—Oye, no está mal que uno sienta amor por su familia, aunque se van a ausentar sólo por dos o tres días, esos días quizá sean trascendentales y marquen el inicio de algo diferente, ¿no crees?

—Es lo más probable, la vida está llena de sorpresas y vamos a comer empanadas que ya me entro apetito.

—Vamos pues Eduardo.

De pronto yo que me siento tan enamorada de él comprendo que quizá el viaje de Muriel y Francisco ayude a consolidar no sólo el amor de ellos dos, sino el de nosotros que ahora estamos solos y podemos conocernos mejor.

El puesto de empanadas

El cielo luce claro y luminoso, enseguida tomamos asiento en una de las mesas del puesto de empanadas de Yuleisi, este establecimiento es un muy acogedor kiosko de comida cuya fama de ser los el mejor en preparar las empanadas de la isla es legendaria, esté establecimiento de comida está estratégicamente ubicado frente al mar cerca de Playa El Yaque, el mejor lugar para hacer surf y windsurf y donde pedimos con toda confianza empanadas de cazón y unas maltas, y por primera vez en todos esos días podemos vernos a los ojos desnudando nuestras almas solos los dos, sintiendo como un manto de amor nos envuelve, la brisa marina le da un toque romántico a ese compartir de dos persona que a todas luces quieren salir de la zona de confort de solo ser dos amigos que recién se conocen pero que de algún modo se sienten predestinados al amor.

Vemos llegar a la playa a algunos surfistas y otros ya simplemente se desplazan entre las olas y eso me encanta, no hay un deporte así en Marte pero pudiera haber algo similar, algunos de nuestros ríos subterráneos son briosos y navegar sobre una tabla solo con fines recreativos me parece genial, de hecho pienso en Cilión, este es un deporte perfecto para él, de hecho le digo a Eduardo:

—Oye Eduardo, me parece genial este deporte acuático llamado surf?

Él enseguida me contesta:

—Sí, es muy lindo de ver, ¡Ay, pero te confieso Kalena que yo soy malísimo practicando surf o en mi caso más bien recibiendo tablazos, tragando agua y arena!, ¡je,je,je!

Caray, Eduardo, no me imagino que puedas ser malo en algo, pero tampoco creo que hoy sea el momento de probar surfear después de habernos comido tantas empanadas ¡je,je,je!

Entonces él me confiesa, ¿sabes quien es bueno surfeando?

—Eduardo, no tengo ni la menor idea…, acaso no será Francisco?

—Francisco, no surfea nada mal, pero el mejor es Junixis.

—Caray Eduardo, eso sí que me sorprende…

—Pero qué casualidad y hablando de él, mira a mano derecha… Es justamente Junixis bien dispuesto a surfear, ¿qué te parece si lo saludamos antes de que se lance al mar?

Enseguida le respondo:

—Me parece una excelente idea…

Ambos pagamos la cuenta y enseguida nos dirigimos a la playa donde Junixis mientras arregla su tabla, enseguida se percata de nuestra presencia y nos saluda efusivamente expresándose:

—Epale, ¿cómo han estado?

—Dorothy, espero que estés disfrutando tu estadía en Margarita.

Enseguida le contesto:

—Sí, la he pasado muy bien, acá la gente es muy amable.

—Así es Dorothy, no hay como Margarita, pero hablando de otra cosa: ¿dónde está Mary? Y ¿Francisco?



#2205 en Otros
#645 en Humor
#5641 en Novela romántica

En el texto hay: humor, amor, ciencia-ficción

Editado: 19.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.