Me Enamoré De Un Terrícola

Capítulo 27 Comunicaciones con Marte y ya somos novios aprobados por la familia

Abro mis ojos envuelta en esa luz rojiza tan propia de la aurora que tanto me recuerda a mi amada ciudad natal Alaylux, pero rápidamente caigo en cuenta de que estoy en el planeta Tierra al sentir ese olor a salitre que entra en la habitación y ese muy tenue sonido del ir y venir de las olas que tanto me fascina, lo que si toca hoy, es conversar seriamente con nuestra familia acerca de nuestra situación sentimental.

Muriel y yo nos pusimos de acuerdo en que no vamos a regresar a Marte sin nuestros adorados, preciosos, angelicales y espléndidos novios: Eduardo y Francisco…

Brevemente recuerdo que Muriel y yo en Marte éramos dos almas que vivían desencontradas y desde la más tierna infancia discutíamos por todo, nos peleabamos por las muñecas, no nos comprendíamos para nada, siendo dos seres extraños apenas unidos por el azar del vínculo consanguíneos, donde cada una de nosotras llevaba su vida totalmente distanciada la una de la otra.

Ahora en cambio, nos hemos convertido en las mejores amigas y confidentes y además ahora estamos unidas para darle acceso a la realeza marciana a nuestro pretendientes terrícolas, con respecto a este último punto solo puedo decir: ¡Oh, la vida y sus inesperadas sorpresas!

La señora Concha nos apoya en todo y dice que el amor es el sentimiento mágico más maravilloso que existe en el universo y que gracias al amor, ella a pesar de que su Felipe ha fallecido, ese sentir le permitió no solo ser madre sino que actualmente ese amor le va a permitir convertirse en abuela lo cual actualmente la llena de una felicidad infinita, de hecho ayer nos mostró unos preciosos escarpines y un abriguito que ella misma ha tejido para el bebé, así que nos pide animarnos, así como nos invita a que seamos pacientes y aguardemos el momento indicado para mostrar la fortaleza de nuestro amor a nuestras familias marcianas.

Mis cavilaciones se ven interrumpidas pues Eduardo tan bello me acaba de enviar un mensaje por WhatsApp que dice:

Eduardo: Amor tú bien sabes que me gusta escribir como pasatiempo, así que te escribí un poema en verso libre para ti, se qué no soy el mejor escritor, pero te aseguro cariño que escribo con el corazón 💕

Kalena: ¡Ay mi amor que tierno eres! 🥰

Eduardo:

¿Quién diría que en los cielos encontraría el amor?

Justo en aquel pequeño punto rojizo que se erige imponente en la inmensidad de las noches terrícolas.

Marte es el planeta que me ha regalado el amor.

Marte es el planeta de los eternos arreboles que vive a lo profundo de mi alma como un sueño que promete eternizar la felicidad.

Marte es la cuna de mi vida y mi alma tiene tatuada a condición de perpetuidad un solo nombre que como un susurro es un canto lleno de amor y alegría que flota en el universo: Kalena

Sí bien no había terminado de leer el poema de mi amado, enseguida mis ojos se llenaron de lágrimas de amor, honestamente este poema me llega directo al corazón, por lo que en breve mis dedos se desplazaron por el teclado del dispositivo móvil colocando:

Kalena: Gracias 💕💕💕💕💕💕

Kalena: Asómate al balcón que te quiero ver ya mismo, no puedo esperar más.

Emocionada me miro al espejo, me acomodo el cabello, salgo de la habitación y voy al balcón donde ambos nos vemos sonrientes desnudando nuestras almas enamoradas y nos tomamos de las manos, esbozando tiernas sonrisas y entonces Eduardo me dice:

—Cariño, no puedo vivir sin ti, ven a vivir conmigo a Caracas.

Yo emocionada le respondo:

—Amor quiero vivir contigo por siempre, pero tengo que cumplir con la misión encomendada es una cuestión de honor, yo me comprometí con mi padre y mi familia a determinar en que momento una misión terrícola tocará suelo marciano, sin embargo dadas las circunstancias, voy a hablar con papá y así muy pronto estaremos juntos…, que no importa si en Margarita o Caracas o en algún otro rincón en el planeta Tierra o en Alaylux en Marte, lo relevante es encontrar el tiempo y el espacio para estar juntos y amarnos en los momentos felices más también en los momentos duros que nos toque vivir en la vida.

Nos estrechamos las manos, de balcón a balcón derrochando miradas llenas de profundo amor.

Y yo agrego:

—Mi amor, nadie nos va a poder separar nunca.

Él enseguida me responde:

—Así es mi amor, nadie nos va a poder separar, así yo sea un simple terrícola que pretende el amor de una princesa marciana…

Por cierto amor, la verdad tengo hambre, ¿qué te parece si nos escapamos a comer unas arepas con pulpo o unas reina pepeadas en el local del señor Simón?

—Donde quiera que sea si es contigo Eduardo yo soy feliz, y voy contigo hasta más allá de Neptuno e incluso más allá de Plutón.

—Bueno, pero volviendo a la realidad Eduardito, dame un momento para arreglarme y como es tan temprano, compramos arepas para todo el mundo y así al llegar nos desayunamos los cinco en el departamento de ustedes ¿qué te parece?

—Excelente mi amor,

—Bueno, arepas para todo el mundo…

En breve ambos nos vemos en el pasillo, nos abrazamos y nos besamos tiernamente en los labios y no tardamos mucho en salir al local del señor Simón, dónde venden las arepas más grandes y sabrosas de toda la isla de Margarita, todo un manjar suculento que definitivamente voy a imitar al llegar a Alaylux, así que bienvenidas las arepas rellenas en cada rincón marciano…

Comunicaciones con Marte después de la gran comilona

Después de la gran comilona que nos echamos todos de arepas rellenas, todo un banquete de reyes, es que no hay como las arepas rellenas honestamente, además las acompañamos con un bienmesabe preparado el día previo por la señora Concha, el bienmesabe es una deliciosa torta con un indescriptible sabor a coco capaz de deleitar los paladares más exquisitos del sistema solar, definitivamente creo que Muriel y yo vamos a llegar más rellenas a Marte, ¡je, je, je!

Pero el caso es que mientras nuestros amados y la señora Concha se toman un descanso en las sillas de playa del balcón del departamento de playa de los chicos, Muriel y yo sentadas cómodamente en el sofá de la vivienda, planificamos lo que vamos a conversar con nuestra familia y donde definitivamente les vamos a plantear que no vamos a abandonar el suelo terrestre sin llegar a algún tipo de acuerdo que devenguen en que ellos sean reconocidos como nuestras parejas formales.



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En el texto hay: humor, amor, ciencia-ficción

Editado: 19.11.2025

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