Capítulo 28 Partida a la Florida a cumplir la misión

Después de dos días maravillosamente románticos, donde ambos nos entregamos de lleno a la magia del amor, aparecieron Ron y Ran como habíamos acordado en la última conversación familiar. Ambos se encargaron de introducir la nave silenciosamente en la oscuridad de la noche usando el manto de invisibilidad, ocultandola específicamente en la parte sur de la isla de Cubagua, isla que en su momento albergó una gran riqueza perlífera y ahora está apenas habitada, su idea es recoger la cápsula espacial para llevarla a reparar a Alaylux y a la vez llevarnos a la Florida en las adyacencias de Cabo Cañaveral donde seremos recibidas por los informantes: Julius y Xian, quienes se encargarán de ofrecernos alojamiento y proporcionarnos todos los contactos necesarios para introducirnos de manera secreta en el Centro Espacial Kennedy

Bueno, al verlos llegar vestidos de modo cotidiano como cualquier habitante de la isla, mi prima y yo nos impresionamos un poco, pues vemos que Ron y Ran se sienten incómodos con la sencillez y la desnudes de sus atuendos playeros, además se nota que ambos claramente están agobiados por el inclemente calor; por supuesto yo y Muriel los recibimos cariñosamente, pero también estamos algo tristes pues nos veremos obligadas a separarnos por un tiempo de nuestros amados, pero a la vez nos anima la idea de saber que al culminar nuestro trabajo en el Centro Espacial Kennedy todos vamos a regresar juntos a Alaylux.

De hecho Eduardo nos dice bastante triste:

—Kalena, Muriel, igual nosotros tenemos que regresar a Caracas muy pronto por motivos de trabajo en nuestra empresa, el trabajo nos llama, además debemos planificar, organizar y adelantar labores para que así podamos irnos con tranquilidad a visitar Marte.

Por otro lado, Ron ha quedado absolutamente enamorado de la señora Concha, quien los días en que hemos empacamos nuestras pertenencias se ha dedicado a invitarla a salir a buenos restaurantes a cenar y bueno a cortejarla…, sus miradas cómplices los delatan y es que no hay edad para volverse a enamorar y Ron quien ya pensaba jubilarse e infortunadamente enviudó hace 5 años marcianos, está pensando muy seriamente en venirse a vivir a la isla con nuestra noble amiga, ¡oh, aquella tormenta que nos llevó a la isla de Margarita, definitivamente era una tormenta de amor!, ¡je,je,je! Y es que no se puede negar que definitivamente los terrícolas son los seres más bellos y dulces del universo, no cabe duda.

La noche del 22 septiembre del 2025 la cápsula previo aviso con Sergio, abandona de modo definitivo el taller rumbo a la parte sur de la isla de Cubagua, isla apenas habitada, fue un trabajo arduo donde incluso Sergio y su hermano Samuel el dueño de la tienda de celulares colaboraron para introducir la malograda cápsula en la amplia nave espacial que trajeron Ron y Ran especialmente para la ocasión, nave que fue escrutada detalladamente por nuestros buenos amigos ambos amantes de la astronomía y de la tecnología.

Después de una triste despedida donde sobran las lágrimas y los abrazos, la noche del viernes 23 de septiembre del 2025 partimos los cuatro rumbo a la Florida. Me sorprendo al comprender que especialmente Ron está más enamorado que nunca de la señora Concha y que de sus ojos brotan dos tiernas lagrimitas.

El plan es que una vez que nos dejen en suelo norteamericano, Ron y Ran van a regresar a la brevedad posible a Marte para llevar la cápsula espacial a reparación.

Pero ahora en el interior de la nave, triste y cabizbaja me resigno a adentrarme desde las alturas en la noche estrellada y honestamente no puedo dejar de llorar, y es que quiero estar noche y día con Eduardo Pocaterra, el terrícola que me ha arrebatado el corazón.

Muriel al verme llorosa también se pone a llorar y Ron igualmente luce muy triste, ¡Nuestros amores terrícolas, los amamos con el alma! no cabe duda alguna, ¡Oh, Diosa Univa, la Tierra es el planeta del Amor!

Aquella noche oscura es digna de contemplación por su hermosura, pero mi corazón está tan triste que en cada estrella e incluso en la imagen de la luna no hago más que ver el bello rostro de mi amado Eduardo. Ran en breve nos indica:

—Queridas señoritas, ya hemos llegado…, pronto la nave se estaciona en la oscuridad de la noche en la base marciana ubicada en un terreno colindante con la Cape Canaveral National Cemetery, lugar donde el silencio está siempre presente por la dignidad que merecen tan nobles fallecidos, pero lugar donde aterrizan las cápsulas espaciales y naves extraterrestres lejos del escrutinio terrícola hasta que la verdad definitivamente sea revelada y eso honestamente creo que no va a tardar mucho, de ese modo la humanidad va a vivir una revolución espiritual que cambiará completamente su cosmovisión.

Pero ahora Muriel y yo estamos listas para bajar de la nave y al descender por las escaleras presumimos que quienes nos reciben son: Julius y Xian.

Ambos se nos acercan a los efectos de rendirnos las usuales deferencias:

—Bienvenidas a la Florida estimadas princesas Kalena y Muriel —Xian y mi persona para servirles.

Nos expresa Julios muy amablemente, él es un señor de mediana edad que según me contó papá es un mestizo de madre marciana y padre terrícola.

Luego muy amablemente Xian nos expresa:

—Espero que esta vez sí hayan tenido un viaje confortable y sin inconvenientes…, la verdad

en lo personal, lamento muchísimo el mal momento que tuvieron que afrontar al aterrizar de emergencia en la isla de Margarita, cosa que en su momento les impidió llegar con bienestar a este destino.

Muriel y yo nos miramos algo tristes pensando que lo mejor que nos pudo suceder en la vida fue justamente aquel aterrizaje de emergencia y haber conocido a los amores de nuestra vida, caray brevemente me quedo muy pensativa, imaginando en cómo hubiera sido esa versión de Kalena y Muriel si nunca hubiésemos tenido aquel imprevisto aterrizaje "forzoso" de "emergencia" que nos ha llevado a vivir esta situación sentimental que ambas llevamos tan gratamente plasmadas en nuestros corazones, ¡Oh definitivamente, la vida es una caja de sorpresas con música propia!