Me Enamoré De Un Terrícola

Capítulo 36 Llegada a casa de los suegros en Caracas e inesperada sorpresa

El descenso en la montaña es épico por la hermosa vista que se despliega ante nuestros ojos, Eduardo maneja el vehículo todoterreno con mucha habilidad y de a tanto nos paramos en la carretera de cemento para contemplar la preciosa vista a Caracas, ciudad que luce una arquitectura algo ecléctica, pintoresca y donde el verdor está siempre presente. El crepúsculo vespertino con su juego de colores imprime una hermosa tonalidad dorada a todo su alrededor.

Entretanto Muriel me habla de cómo son mis suegros y me da consejos en el campo del amor donde es toda una experta; muy pronto llegamos a la ciudad y de allí nos dirigimos a la urbanización Prado del Este, donde queda la casa de nuestros amados terrícolas, que para mí y Muriel son nuestros príncipes, aún cuando en este país no hay ese tipo de distinciones entre sus habitantes.

Una intensa emoción embarga todo mi ser al saber que pronto voy a conocer al señor Ramón y a la señora Ninoska, y mientras Eduardo maneja por las amplias y transitadas calles de Caracas rumbo a la urbanización Prados del Este, contemplo la belleza de su rostro y miro a Muriel y a Francisco que conversan complicemente sentados en la parte trasera del vehículo y brevemente pienso en cómo la vida puede cambiar tanto en tan poco tiempo, honestamente intento traer a mi mente lo que pensaba hace un año de los hombres y me cuesta recordar la Kalena que era emocionalmente e incluso los prejuicios que me rodeaban como ser humano, y ahora en cambio vivo esta nueva realidad donde incluso Muriel mi prima hermana que en ese momento me era una persona distante y hasta desagradable por ser ambas tan diferentes, ahora es mi hermana del alma, mi mejor amiga, confidente y ahora hasta compartimos el amor por unos hermanos gemelos, ¡oh la vida y sus sorpresas!, pero mis cavilaciones de pronto llegan a su fin pues Eduardo me dice lleno de alegría deteniéndose abruptamente frente a un portón blanco que no tarda en abrirse:

—Bueno llegamos querida Kalena, ha llegado la hora de que conozcas a mi familia —me mira de modo alegre y seguro, lo cual me saca una sonrisa del alma, aunque no puedo negar que siento algo de nerviosismo.

Al abrirse el portón mis temores se disipan pues veo a una preciosa señora sonriente de tez morena y de profundos ojos café que nos recibe afectuosamente, la buena señora tiene a Michi entre sus brazos, la cual acaricia reiteradamente; el señor Ramón un elegante caballero de elevada estatura, porte erguido y rostro elegante, se sonríe mostrando toda la bondad de su ser, él al vernos llegar nos dice:

—Bienvenidas chicas, esta es su casa… Especialmente quería conocerte a ti, Kalena, es un gusto conocer al amor de la vida de mi hijo Eduardo.

Después de darme ese afectuoso recibimiento saluda a Muriel muy cariñosamente, luego se nos acerca la señora Ninoska abrazándonos efusivamente y ofreciéndonos una deliciosa cena que ella misma ha cocinado con mucho gusto.

Brevemente cargo a Michi y ambas nos fundimos en un fuerte abrazo gatuno, y nos miramos a los ojos compartiendo el secreto de esa convivencia que ambas tuvimos en la isla de Margarita.

La preciosa casa familiar ubicada en Prados del Este es un lugar hermoso y acogedor de amplios espacios y hermosos ventanales que les permite a todos los miembros de la familia estar en contacto con el muy arbolado patio; al entrar al comedor me fijo que sobre la mesa de la sala hay múltiples fotos de Eduardo, Francisco y Diana Gabriela en las diversas etapas de sus vidas, así como unas hermosas fotos de la pareja en su juventud, esto me lleva a recordar las imágenes de las paredes de mi palacio en Alaylux, sólo que en Marte uno puede colocar una secuencia de imágenes programadas para contemplar al gusto, diversas etapas de nuestras vidas, pero al fin y al cabo cada vez comprendo con mayor profundidad que son más las cosas que nos unen que las que nos hacen diferentes a los marcianos de los terrícolas, al fin y al cabo todos somos seres humanos.

La noche refresca de modo agradable en la terraza donde la señora Ninoska y el señor Ramón nos invitan una deliciosa cena esta vez comemos la famosa parrilla de la que me había hablado Muriel en aquella llamada, francamente la parrilla es una forma de cocinar carnes mediante el uso del carbón y el fuego resultando en una carne muy sazonada bien cocida y con un delicioso sabor…, sin embargo por esta vez no cometo el error de tomar licor, tengo que verme muy sobria, no puedo meter la pata y este líquido tiene esa característica en mi persona; Muriel también se mantiene alejada del licor, lo que si aceptamos es tomar malta, esta bebida es dulce y tiene cierta similitud con la cerveza.

Conversamos de diversos temas y especialmente platicamos de nuestra forma de vida en Marte, de nuestra amada ciudad Alaylux e incluso me atreví a ponerme en contacto con mis padres y así todos se conocen y conversan acerca del viaje a Marte con bastante tranquilidad, aunque claramente veo que especialmente la señora Ninoska y el señor Ramón están inquietos por el viaje espacial que en breve harán sus hijo, pero entre mis padres, mis tíos y los señores Ramón y Ninoska se establece un clima de confianza que en un momento dado hace que todo fluya con buena vibra y cordialidad.

Y en plena videoconferencia un evento inesperado nos sorprende y es que Francisco y Eduardo se aparecen con dos estuches de joyería, Muriel y yo abrimos las diminutas cajas algo sorprendidas encontrando el interior de cada caja: un anillo de oro de 18 kilates con una perla en el centro que reluce como la luna con esos tonos iridiscentes tan hermosos y ambos están rodeados de pequeñas piedras brillante.

Eduardo con ojos relucientes me dice:

—Cariño te estoy dando tu anillo de compromiso y como se que te encantan las perlas pues…

No lo dejo terminar de hablar y lo abrazo y beso y bueno veo que Muriel también está muy feliz con su anillo y se lo prueba…

Enseguida contemplo en la pantalla del dispositivo móvil obsoletin la cara de alegría de mis padres y mis tíos, mi tía Mirna y mamá repentinamente comienzan a llorar y Cilión está algo impresionado y se rasca la cabeza una y otra vez, claro se debe estar tragando sus palabras pues ahora va a tener dos cuñados terrícolas, pero hay que perdonarlo pues es solo un adolescente y ya le tocará vivir su adultez…



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En el texto hay: humor, amor, ciencia-ficción

Editado: 19.11.2025

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