Me enamoré de una chica sin tetas

Me enamoré de una chica sin tetas

Merlina siempre me pareció más bien una morra mamona, siempre huraña, seca, intolerante. Pero aun así me llevaba bien con ella, supe apreciar su brillante cabeza y su ácido humor. No hablábamos mucho, pero aún con eso había "algo".

Durante un tiempo mantuvimos la relación de esa manera y fue suficiente, ambos disfrutábamos de pasarla así. Bueno, hasta que hice que me presentara a su "amigo", yo sabía que ella nunca había gustado mucho de los chicos, así que se me hizo curioso ver que tuviera una relación afectiva con alguien.

Creo que esto empezó un día que Merlina llegó a la escuela y la invite a una exposición que había en el museo del centro, pero me miró con cara casi de asco y me dijo que estaba ocupada.

Lo dejé pasar como si nada, ella era así; pero conforme pasaron las semanas la empecé a ver cada vez menos. Entonces un día, paseando yo por el centro comercial, me la encontré de frente tomada de la mano de ese chico. La verdad Merlina nunca me atrajo de ninguna manera, pero sentí raro al verla siendo cariñosa con un muchacho, me tomó por sorpresa más que nada porqué yo sospechaba que a ella le atraían las chicas.

Me le quedé viendo, me dio curiosidad, el bato era más bien chaparro, yo le sacaba unos 12 centímetros más o menos (y eso que yo no soy precisamente alto), era flaco, tenía el pelo largo y le cubría buena parte del rostro, además de que llevaba cubre bocas y por eso no pude ver su cara, el pelo lo llevaba pintado de gris y bueno, tenía un estilo muy otaku. Confieso que aunque tenía un aspecto extraño para mí gusto, se me hizo "bonito" desde el primer momento que lo vi.

No sabía qué hacer, me sentía incómodo y estaba a punto de escabullirme por allí cuando Merlina dejó de mirar al wey y se fijó en mi. Puso una cara de sorpresa que nunca le había visto y no tuve más remedio que saludarla. Ella estaba muy extraña, se estaba portando de manera amable y eso sí era un milagro.

—¡Merlina, hola! No pensé encontrarte por aquí, hace ya unas semanas que no sé nada de ti, supuse que estabas enferma o algo parecido.

—Aaa, hola. No me ha pasado nada, sólo es que tuve que hacer unas cosas y he estado ocupada. Pero estoy bien, gracias por preguntar.

—Te entiendo... ¿y qué andas haciendo? Yo nada más vine a comprar unas cosas para mí computadora...

Estaba diciendo eso cuando el muchacho me interrumpió, así, de la nada.

—¿Qué clase de cosas? Estaba leyendo que recientemente abrieron una tienda gamer aquí cerca y que tienen cosas hasta de importación...—Su voz era rara, una voz que no es ni aguda ni grave, algo gangosa eso sí. Pero no realmente masculina.

—Aaaa... pues precisamente vine a comprar a esa tienda. Perdón, no sé cómo te llamas...

—¡Él es Nico! —dijo de improvisto Merlina, estaba furiosa y se le notaba en como miraba a Nicolás.

Supongo que solo quería irse y no deseaba tener que presentarnos y cómo yo no quería seguir molestando me despedí, pero el muchacho quería seguir jodiendo a Merlina.

—Qué lástima que no quieras ir con nosotros, hiciste que me acordara de unas cosas que quería comprar en la frikizone, tal vez podrías darme un consejo.

—Ah... Me encantaría quedarme, pero ya tengo cosas que hacer. Además que no quisiera hacer mal tercio, supongo que Merlina querrá que estén sólo ustedes dos.

—Tal vez en otra ocasión puedas acompañarme, es más anota mi número.

Estoy seguro que en ese momento puse algún gesto estúpido, me sentía muy incómodo, parecía que el morro me estaba tirando el pedo. Entonces se rio y tomo mi mano, sacó una pluma no sé de dónde y anotó su número.

—Cuando tengas tiempo me mandas un Whats y vemos cuando me acompañas.

—Aaaa si... por supuesto

No pensaba mandarle nada, Merlina de por sí llegaba a dar miedo estando tranquila, no quería averiguar qué podía obtener al molestarla de esa manera. Pero no hubo necesidad de hacer algo, esa misma semana Nicolás empezó a ir por Merlina a la escuela y a diario se quedaba platicando conmigo unos minutos hasta que ella salía.

La primera impresión qué tuve de él se desvaneció y me dejó ver que en realidad era un carnal súper chido. Aunque algo extravagante eso sí, siempre iba vestido con las ropas más "underground" que había visto en mi vida y nunca se quitaba el cubre bocas del hocico. Pero a pesar de todo, era interesante platicar con él, había siempre un tema a debatir hasta que llegaba la novia y teníamos que dejarlo para mañana, pero al día siguiente hablábamos de otra cosa y así nunca acabábamos ninguna plática.

En mi vida jamás me he sentido "dudoso" de mis gustos, ni siquiera bicurioso. Y no es que sea homofóbico ni nada por el estilo, mi círculo social se compone de personas de todos los estilos (hasta estaba seguro de que Merlina era lesbiana). Pero no sé, estar con Nico me agradaba de una manera diferente a la de un amigo, sentía mi piel caliente cuando lo tenía cerca y a veces sentía la necesidad de tomarlo de la mano, cosa que al chile no hacía.

El punto es que estrechamos mucho la amistad, a espaldas de Merlina que por alguna razón no gustaba de que nos frecuentáramos mucho. Cada día se portaba más mala onda conmigo y aunque teníamos proyectos juntos, casi no me hablaba. Llegué incluso a invitar a Nico a jugar a mi casa y creo que por eso todo terminó por joderse.

Yo comparto habitación con mi hermano y por eso siempre había estado relax el ambiente cuando Nicolás iba a mi casa, pero una noche mi carnal salió a no sé dónde y nos quedamos solos en el cuarto.

Mi mamá nos llevó una taza de atole que había hecho y como yo siempre he movido mucho el control de la consola le di sin querer a una de las tazas y tiré el atole encima de Nicolás. El pedo es que esa madre estaba recién hervida y pues el wey se quitó de rápido la playera, quedándose nada más en camiseta.

Y pues... se veía lindo.

Yo me le quedé viendo porqué se veía tan pequeño, tan sensible, tan adorable...



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En el texto hay: sexualidad, escolar, escolar y juvenil

Editado: 28.02.2021

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