Me enseñaste a elegirme

5

Las vacaciones pasaron en enseñarle los lugares turísticos que Robin, no conocía.

Todo pasó rápido y los Wilson no supieron nada de los Jackson, en todo este tiempo.

Pasaron los días.

Semanas antes de la boda.

Dos personas estaban enredadas entre las sabanas; no se podía negar que el placer inundaba el lugar.

—Isaac, todavía piensa que el hijo que llevas en su vientre es suyo. —dijo el hombre haciendo círculos en su espalda.

—Claro, es por la única razón por la que me pido matrimonio. Sé con certeza que es tuyo, pero sabes que no podemos estar juntos. —Dijo ella con pereza, pues todo lo que quería solo Isaac se lo podía dar.

Por más que amara el hombre que la hizo gozar entre sus brazos, no tenía la capacidad de darle los caprichos que ella siempre quiso tener y logró al estar al lado de un hombre como su prometido.

Lo que ella no sabía era que en ese mismo instante Isaac estaba en la entrada de la casa. Por casualidades de la vida, el viaje que tenía para ese instante se canceló.

Y se había reprogramado para el día siguiente, estaba frustrado por cerrar el contrato de suministros, pero no podía hacer nada con el clima de la ciudad donde iba a aterrizar.

Se quitó los zapatos en la entrada, para darle una sorpresa a Merary.

Sabía que ella estaría feliz, fue la primera en molestarse, por los viajes de negocios que tenía, pero esta noche se los iba a recompensar.

Y más con la boda, que ella se estaba haciendo cargo de todo y él solo estaba proporcionando el dinero para la ceremonia.

Sabía que podía ser un poco agotador para ella, más en su condición, pero su madre llegaría dentro de unos días a California para terminar con ese asunto.

Subió las escaleras.

Al llegar a la puerta de su habitación, se quedó impactado al oír la confesión de ella.

No era la mujer que se comportaba y que llegó a conocer.

Todo había sido una fachada y él le había entregado su confianza sin cuestionar.

Todo era evidente, solo lo manipuló para poder seguir gastando de su dinero.

No dudó en ningún momento y empezó a grabar todo, para tener una prueba contundente, en el momento necesario.

Cuando todo el encuentro terminó, guardó su celular y salió de su departamento, que pensaba vender una vez que desenmascaraba a la desgraciada.

Nunca se imaginó que terminaría siendo usado por esa mujer y sobre todo ilusionado por ser padre.

Uno de sus sueños se vino abajo, pero no se sentía tan mal, había cuero alivio.

No tenía que casarse con alguien, por sentirse en compromiso y en la responsabilidad de un hijo que no deseó en realidad.

Y aunque en un principio Merary, era una mujer con características parecidas a Camila. Lo que ahora mostraba era en realidad su cara.

Llegó a un hotel, no necesitaba más dramas. Solo un buen descanso.

Ya mañana, con la cabeza más fría, podía pensar cómo iba a terminar con Merary.

El día de la gran boda llegó, había varias sillas vacías, solo estaban presentes los padres de la novia, el padre que llevaría a su hija al altar.

El novio estaba viendo las olas del mar, cómo chocaban, estaba nervioso, claro que sí, ¿cómo no estarlo?

La música nupcial empezó a sonar y la novia sabía que era momento de salir. Del brazo de su padre salió por la alfombra blanca, donde Isaac esperaba por ella, pero notó que muchos de los invitados no estaban.

No le tomó mucha importancia, lo único relevante en este día era su unión con la familia Jackson, pero algo que no podía pasar por alto era la falta de familiares de Isaac.

Merary al no ver a sus suegros, apretó el antebrazo de su padre y no pudo evitar preguntar: —¿Dónde están los padres de Isaac?

El hombre no supo qué contestar, sabía que estaba haciendo lo correcto.

—No lo sé. —respondió vagamente su progenitor.

Al llegar donde estaba el novio, la sonrisa que ella llevaba en su rostro, se vino abajo cuando el novio se dio la vuelta.

Mostrando la cara, una cara que no pensaba en ver por algunos días.

—¿Qué haces aquí?—Fue lo primero en preguntar, vio entre la multitud y nadie de los conocidos de Isaac estaba. ¿Cómo no se dio cuenta antes? —¿Dónde está Isaac?

Un sudor frío recorrió su espalda.

Ahora todo tenía sentido, desde el espacio que él le dio, por los días antes de la boda, las maletas hechas con todas sus pertenencias, era obvio que él estaba enterado de todo.

Todo.

Era evidente que no se quedaría con los brazos cruzados, viendo cómo ella le estaba viendo la cara.

—Todo es tu culpa. — Miró al hombre con odio y no dudó en golpear su pecho.

Todos estaban asombrados por todo lo que estaba sucediendo.

Isaac, viendo todo lo que estaba pasando, hizo acto de presencia.



#1718 en Otros
#321 en Relatos cortos

En el texto hay: amor propio

Editado: 17.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.