capítulo #2-1 "Encuentro con la Traición"

El cálido sol de verano acaricia suavemente mi piel mientras respiro el aire fresco y salado del mar. Estoy sentada en una tranquila playa, observando cómo las olas rompen suavemente en la orilla, creando un suave murmullo que acompaña mis pensamientos. Este momento de serenidad es un regalo, un respiro bienvenido después de años de dedicación y esfuerzo en la universidad.

El final de la universidad ha llegado, marcando el fin de una era y el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida. Mis padres, queriendo celebrar este hito importante, me regalaron este viaje como una oportunidad para relajarme y reflexionar antes de embarcarme en el mundo real en busca de trabajo.

El lugar es idílico: una pequeña villa junto al mar, con calles empedradas y casas blancas que brillan bajo el sol mediterráneo. El aroma a flores y especias flota en el aire, mezclándose con el sonido de las gaviotas que planean en el cielo azul.

Me recuesto en la suave arena, dejando que el sol acaricie mi rostro mientras cierro los ojos y me dejo llevar por la tranquilidad del momento. Durante estos últimos años, he estado tan inmersa en mis estudios que apenas he tenido tiempo para detenerme y reflexionar sobre lo que realmente quiero en la vida.

Pero ahora, con el final de la universidad a la vista, siento la necesidad de tomar un respiro y considerar mi próximo paso. ¿Qué quiero hacer con mi futuro? ¿Dónde me veo en los próximos años? Estas son preguntas que han estado dando vueltas en mi mente últimamente, y este tiempo de descanso me brinda la oportunidad perfecta para explorarlas más a fondo.

A medida que el sol comienza a descender en el horizonte, iluminando el cielo con tonos dorados y rosados, me pongo de pie y comienzo a caminar por la playa. Las olas acarician suavemente mis pies descalzos mientras me sumerjo en mis pensamientos.

Recuerdo los momentos felices y los desafíos que he enfrentado durante mi tiempo en la universidad. Las amistades que he hecho, los conocimientos que he adquirido y los momentos de autodescubrimiento que han marcado mi viaje hacia la adultez.

Pero también hay una sensación de anticipación y nerviosismo por lo que vendrá después. El mundo laboral parece un territorio desconocido, lleno de posibilidades pero también de incertidumbre. ¿Podré encontrar un trabajo que me apasione? ¿Estoy realmente preparada para dar el siguiente paso en mi carrera profesional?

Mientras camino por la playa, me doy cuenta de que no tengo todas las respuestas en este momento, y eso está bien. Este viaje de autodescubrimiento es solo el comienzo de un viaje mucho más largo y emocionante hacia mi futuro.

Con una sensación de paz y determinación en mi corazón, vuelvo a la villa al atardecer, lista para enfrentar lo que sea que el futuro tenga reservado para mí.

La noche se extendía ante mí, repleta de posibilidades y promesas de diversión. Mientras me preparaba para salir, el reflejo en el espejo revelaba una imagen de anticipación y emoción.Con la mirada fia en el espejo, una mezcla de emociones recorría mi ser. Por un lado, estaba emocionada por la noche que se extendía ante mí, llena de posibilidades y aventuras por descubrir.

Sentía un hormigueo de anticipación en el estómago, la emoción de salir y sumergirme en el bullicio de la noche. Pero también había un ligero nerviosismo, una sensación de mariposas revoloteando en mi interior ante lo desconocido que me esperaba. Sin embargo, bajo todo eso, había una profunda sensación de confianza y determinación. Me sentía segura de mí misma, lista para enfrentar lo que sea que la noche tuviera reservado, con la certeza de que estaría bien.

Era como si el vestido que llevaba puesto no solo envolviera mi cuerpo, sino también mi espíritu, infundiéndome con una fuerza tranquila y una sensación de poder.

Al llegar a la discoteca, quedé impresionada por la atmósfera vibrante que la envolvía. Las luces de colores parpadeaban en la entrada, creando un efecto hipnótico que invitaba a adentrarse en el mundo de la música y el baile. El sonido de la música resonaba desde el interior, un ritmo pulsante que se filtraba a través de las paredes y envolvía el ambiente en una energía electrificante. Al cruzar el umbral, me recibió una oleada de calor y sonido. El interior estaba decorado con luces brillantes y una pista de baile llena de gente que se movía al ritmo de la música..

El aroma a perfume y sudor flotaba en el aire, mezclado con la energía eléctrica que se sentía en cada rincón. La música era una mezcla de éxitos del momento y clásicos que todos conocían, creando una atmósfera de celebración y euforia. Con cada nota, sentía cómo la música me envolvía, elevando mi espíritu y liberando mi alma. Era como si el mundo exterior desapareciera, dejándome solo con el ritmo y la melodía que me guiaban hacia la noche llena de promesas que me esperaba.

Mientras escaneaba la abarrotada pista de baile, divisé un grupo de personas de mi edad reunidas en un rincón de la discoteca. Eran animados y parecían estar disfrutando de la noche tanto como yo. Decidida a sumergirme completamente en la experiencia, me dirigí hacia ellos, impulsada por un impulso de sociabilidad y curiosidad.

—Hola chicos, ¿puedo unirme a ustedes? —pregunté con una sonrisa, tratando de proyectar confianza y amabilidad.

El grupo me miró con sorpresa antes de sonreír y asentir con entusiasmo.

—¡Claro que sí! ¡Bienvenida! —exclamó una chica con el cabello rizado y ojos brillantes, extendiendo una mano en señal de bienvenida.

—Gracias —respondí con gratitud mientras me unía a su círculo.

Nos presentamos rápidamente y pronto estábamos inmersos en una conversación animada. Hablamos sobre nuestros estudios, nuestros pasatiempos y nuestras experiencias en la ciudad. La música seguía sonando de fondo, pero ahora estaba mezclada con nuestras risas y conversaciones, creando una sinfonía de camaradería y alegría en el aire. A medida que me sumergía en la conversación, sentía una sensación de pertenencia y conexión con este grupo de desconocidos que rápidamente se estaban convirtiendo en amigos.