El sol de la mañana derramaba su luz dorada sobre el tranquilo pueblo, pintando las calles de un tono cálido y acogedor. Valeria y Laura caminaban juntas por las estrechas aceras de cemento, sumergidas en una conversación animada que parecía alejar por un momento las sombras que se cernían sobre ellas. Entre risas y recuerdos compartidos, sus pasos resonaban suavemente en el pavimento, marcando el compás de una amistad sólida y duradera.
"¿Recuerdas aquel verano cuando decidimos ir de campamento sin decírselo a nadie?", preguntó Valeria con una sonrisa, evocando memorias de días llenos de aventuras y secretos compartidos.
Laura rió, pero había algo en su mirada que no encajaba con la alegría del recuerdo. Sus ojos brillaban con un brillo nostálgico, pero también parecían esconder algo más, algo que Valeria no podía descifrar.
"¡Cómo olvidarlo! Pensé que nunca encontraríamos el camino de regreso", respondió Laura, aunque su risa carecía de la misma energía que la de Valeria.
Valeria observó a su amiga con curiosidad, notando cómo su mirada se desviaba nerviosamente hacia el suelo. Había una sombra en sus ojos, una sombra que Valeria conocía demasiado bien: los ojos de la traición.
"¿Estás bien, Laura?", preguntó Valeria con suavidad, percibiendo la incomodidad que se había instalado en el corazón de su amiga.
Laura sonrió, pero sus ojos no reflejaban la misma alegría. "Oh, sí, estoy bien. Solo he estado pensando en muchas cosas últimamente. La vida, ya sabes", respondió con evasión, tratando de disipar cualquier sospecha.
Pero Valeria no estaba convencida. Había algo en la forma en que Laura evitaba su mirada, en cómo sus palabras parecían más un escudo que una respuesta genuina, que despertaba su preocupación.
"Hemos sido amigas por tanto tiempo, Laura. No hay nada que no puedas contarme", dijo Valeria con sinceridad, buscando romper la barrera de silencio que se había erigido entre ellas.
Laura suspiró, sus ojos aún evitando el contacto visual. "Es complicado, Valeria. Algunas cosas es mejor mantenerlas en silencio", respondió con una tristeza apenas perceptible en su voz.
El corazón de Valeria se apretó con preocupación. Sabía que algo no estaba bien, que las palabras de Laura escondían más de lo que revelaban. Decidió cambiar de tema, esperando encontrar una grieta en la armadura de su amiga.
"Pero hablando de cosas complicadas, Lucas y yo hemos estado pasando por algunos altibajos", comenzó Valeria, tratando de desviar la atención hacia otro tema. "A veces no sé si estamos en la misma página."
La mirada de sorpresa en el rostro de Laura no pasó desapercibida para Valeria. "¿De verdad? Pero siempre parecieron tan perfectos juntos", comentó Laura, aunque su voz sonaba distante, como si estuviera en otro lugar.
Valeria asintió, sintiendo la tensión entre ellas aumentar con cada palabra no dicha. Sabía que había más en la mente de Laura de lo que estaba dispuesta a revelar, y se prometió a sí misma descubrir la verdad detrás de esos ojos llenos de secretos.
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Editado: 02.06.2024