Me gusta hacerte sonreír

La isla del tesoro

 Isabel decidió que se quedaría toda la tarde con su papá para que su madre Kate se fuera a su casa a descansar.Alex estaba cansado porque ese día había madrugado mucho,pero decidió quedarse acompañando a Isabel.Como un caballero,no dejaría a una mujer sola en una situación así.Apenas se sentó en el sofá que estaba al lado de la camilla empezó a cabecear.Si tan sólo tuviera un libro,pensaba mientras trataba de no dormirse para no parecer descortés delante de Isabel.En un momento subió la mirada hacia la chica y notó que ella si tenía un libro en la mano que estaba leyendo con mucha atención.El libro era La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson.¿De dónde había sacado ese libro?Seguramente lo llevaba en su bolso.Era un Bolso Satchel de hombro de doble hebilla con cremallera vertical de celosía de moda,bandolera para mujer,de cuero con colores poco claros pero que parecían cómodos a la vista.Al ver la portada del libro dedujo que tal vez a Isabel,quien era una mujer muy seria,le gustaban ese tipo de historias llenas de aventuras,fantasía y misterio,lo cual le sorprendió un poco raro porque no se veía como una chica que le gustara ese tipo de cosas.Al momento Isabel se dio cuenta de que él la observaba ella le preguntó ingenuamente qué pasaba.

 -Nada.Es sólo que no creí que leyeras ese tipo de cosas -dijo Alex bostezando profundamente y estirándose.

 -Si quiere le puedo leer un poco.Tal vez así no se duerma -ofreció Isabel inclinando su libro hacia él.

 -Está bien -aceptó el muchacho sonriendo.

 Isabel se levantó de su asiento y Alex se dio cuenta de que ella se sentaría a su lado así que se arrimó un poco para darle espacio a ella.Isabel se sentó,aclaró su voz y comenzó a leer en voz alta los párrafos de aquel maravilloso libro.Lo leía de una forma perfecta;con la cabeza levantada,la mirada hacia el texto y un tono no tan alto para no despertar a su papá,pero que se escuchaba claramente.

 Entonces comenzó un gran desconcierto en nuestra vieja hostería;carreras y ruídos por todas partes,muebles que se volcaban,puertas abiertas a patadas;el estruendo parecía resonar en las cercanas montañas.Luego empezaron a salir los asaltantes uno a uno,y aseguraron que sin duda ya no nos encontrábamos allí.En ese momento,el mismo silbido que antes nos alarmara a mi madre y a mí,cuando estábamos contando el dinero del capitán,se escuchó de nuevo,claro y agudo,en la quietud de la noche.Ahora sonó dos veces.Al principio creí que se trataba del ciego,que de esta forma llamaba a su tripulación al abordaje;pero reparé en que el sonido venía desde la cuesta que conducía al caserío,y al ver el efecto que tuvo sobre aquellos bucaneros,comprendí que se trataba de un aviso de peligro.

 Isabel no había terminado de leer tan siquiera la página completa cuando vio a Alex durmiendo como un bebé con la cabeza inclinada hacia Isabel,casi tocando su hombro.Ella lo miró fijamente durante unos segundos y después cerró lentamente hasta quedarse profundamente dormida.

 A la mañana siguiente Isabel y Alex seguían dormidos,sólo que Isabel tenía apoyada la cabeza en el hombro de Alex y Alex tenía la suya apoyada en la cabeza de Isabel.Cualquiera podría jurar que eran pareja.Alex despertó primero y al ver la posición en la que se encontraban se puso nervioso y pensó en que debía separarse de ella,pero no sin antes tomarle una foto con su celular.Era la primera vez que la veía dormir y en éste caso ella estaba tan dormida que la boca la tenía abierta,pero no roncaba.Alex le tomó una foto con una risa divertida y sigilosa para no despertarla y arruinar la escena.Pero su cara divertida cambió cuando oyó la voz gruesa de un hombre cansado;era el señor Richard Brown,el padre de Isabel,quien había despertado por fin.El hombre de 52 años,pero con aspecto de tener más,tal vez por el estrés,delgado y con un poco de barba y con canas en la cara y en el cabello,le transmitía a Alex algo de lástima,pero también algo de miedo porque su mirada era profunda y fría igual a la de su esposa Kate y su hija Isabel.Por un momento pensó que los tres eran tal para cual.De pronto Richard Brown lo señaló con su dedo y le preguntó quién era a lo que él respondió a su nombre diciendo que era el jefe de Isabel tartamudeando un poco aún intimidado por la mirada que tenía ese hombre.

 -¿El jefe de mi hija?Pero eres muy joven -preguntó Richard con tono molesto.

 -Mi padre me dio ese cargo.

 -Así que tu padre te escogió como su reemplazo -se burló Richard mientras sonreía picaramente.

 Que mala forma de conocer al padre de tu futura esposa,pensó Alex y al instante sacudió la cabeza de un lado a otro por pensar en cosas que no le gustaban para nada.

 -Mi hija trabaja mucho -dijo Richard Brown con la voz quebrantada.

 Alex pudo notar la tristeza en los ojos de ese hombre enfermo que veían a su hija con orgullo.

 -Su madre y yo solemos ser muy duros con ella,pero es para su propio bien.Su madre es enfermera y yo soy policía,pero queremos que ella siga sus sueños,que no sea como nosotros que lo que hicimos fue complacer a nuestros padres y no ejercimos las profesiones que queríamos.

 -¿Y cuáles querían ejercer?

 -Yo quería ser ingeniero en mecánica automotriz y Kate quería ser modista.Pero aún así somos felices gracias a nuestra hija que nos da ánimos y fortaleza para salir adelante.Sólo queremos que sea feliz -explicó Richard con tristeza.

 Alex empezó a pensar en todo lo que dijo Richard Brown y pensó en lo afortunada que era Isabel sin pasarle por la cabeza que ella vivía la misma situación que ellos y que él:poner su deber antes que su corazón.

 En ese momento Isabel despierta y al ver a su padre despierto también lanza un grito de alegría y va a abrazarlo con el mayor cuidado posible para no lastimarlo sin darse cuenta de que había dormido toda la noche con la cabeza apoyada en el hombro de su jefe y también su rival.




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