Es un día lindo y soleado, lo que cual lo hace perfecto para que vaya a la playa sola y con la única compañía de mi escarabajo o con mi familia, pero creo que a mamá le pareció mejor que fuéramos de compras en vez de salir a carretera como tal. Creo que después de que le contará lo que sucedió camino a casa hace dos semanas quiere evitar que salga tanto a carretera, lo cual siento que es algo tonto porque de una u otra forma siempre encontraré la manera de hacerlo.
Es necesario para mi salud mental que de vez en cuando me aleje de la ciudad y de mi familia. Tomo el mechón rebelde que se ha escapado de mi recogido informal para despegarlo de mi mejilla y me acerco más al vidrio del escaparate mirando esas pequeñas pulseras que se exhiben; son muy bellas y pienso comprarlas.
─Porque no entras a comprarlas ─escucho a mamá hablarme ─, mientras yo voy a comprar unas cosas a aquella tienda de telas y baratijas de decoración.
Lo pienso por un momento para solo después asentir, después de todo aún me quedan dos horas para llegar a mi trabajo.
─Vale, pero no tardes mucho ─contesto ─ sabes que hoy me toca turno en Piccolo.
─Está bien Ro.
Camino hacia la entrada de la tienda y las puertas se abren para mi dándome acceso a toda su mercancía, así que entro y me dedico a mirar todo lo que me ofrece la tienda, aunque solo venga por las pulseras.
Veo como las miradas de las vendedoras de cada una de las áreas que maneja esta tienda cambian a la de una mujer depredadora que busca tener una comisión extra a su paga, niego con la cabeza y sigo mi camino directo hacia el área de accesorios para chicas.
Veo a un joven y en verdad es atractivo, pero me digo a mí misma que mi tiempo esta contado y no sé en qué momento saldrá mamá de la tienda de telas, así que en vez de quedarme a observarlo y tratar de descifrarlo le pregunto por las pulseras del escaparate de la tienda.
─Tienes suerte son las ultimas que nos quedan ─le escucho decirme mientras me entrega las pulseras y me sonríe.
─En ese caso bendita sea mi suerte ─sonrío.
Parece que le causa gracia lo que dije, así que hago mi sonrisa más grande y le agradezco por atenderme para solo después darme la vuelta y empezar mi camino hacia la caja de esta tienda.
─Fue un placer atenderte ─ lo escucho decir antes de que me vaya.
─Créeme que el placer fue mío ─le guiño un ojo y me marcho.
No estoy segura de saber si dijo algo más, pero no importa cuando por fin tengo las pulseras y más sabiendo que eran las ultimas en la tienda. Así que cuando las pago y salgo de la tienda con mi compra en la mano me encuentro sonriendo triunfantemente por que las demás chicas que pasen por aquí querrán comprar esas pulseras y no podrán porque ya no hay más y es justo en ese momento que tendrán que esperar a que la tienda tenga rebajas y luchar por ellas.
Camino directo hacia la tienda de telas para esperar a mamá porque al parecer yo resulte ser más rápida que ella, lo que quiere decir que yo si me concentro en mi objetivo y ella no. Es tan típico de ella.
Sonrío al pensar en eso, cuando estoy por cruzar la calle levanto la mirada y veo que chico Brown y el rey Extr. están justo en frente de mí conversando. No parece que estén discutiendo o algo parecido o que el rey Extr. lo esté amedrentando, pero en caso de que quisiera intentarlo este chico no tendría mucho caso ya que la apariencia de chico Brown no es la de un chico debilucho que necesite de ser protegido por alguien para que los temibles de los populares no acaben con él.
Es todo lo contrario, pero su personalidad tampoco da indicios de que pudiera ser alguien con mal carácter. Porque no lo es para ser sincera y mucho menos es alguien grosero; es en verdad un verdadero enigma, incluso podría decir que es demasiado aburrido ya que parece no tener sentido del humor.
Cuando por fin puedo cruzar la calle lo hago y camino sin interrumpir la conversación de estos dos hombres de Crhistie Moore High. Bueno de un estudiante y del otro que se encuentra próximo a serlo. Aunque ahora que lo pienso, ambos son próximos a serlo porque son de la misma edad, solo que uno tardará en llegar a la universidad por culpa de su transferencia.
─ ¡Ro!
Perfecto, el rey de reyes me ha notado.
─Walter ─digo girándome a verlo. Sonrió porque parece que en su cabeza es buen momento para sonreír al escuchar cómo suena su nombre en la voz de otras personas que no sean la del entrenador, los profesores y su novia.
¿Recuerdan que había dicho sobre que Crhistie Moore High era solo una escuela más de una larga lista de escuelas a lo largo del país? Bueno él es la razón de que yo piense eso, por muy cliché que suene su popularidad no se debe a que sea un genio pues todos somos genios ahí. Se debe a que él en verdad es guapo y es capitán del equipo varonil de futbol soccer.
Así que sí, mi escuela no podría ser más simple y cliché.
»Entonces, ¿a qué se debe el honor de tu llamado? ─pregunto con el tono de voz que utilicé la última vez que tuve una conversación con él. Fue muy gracioso y después enfoco mi atención en el otro chico a su lado ─Hola chico Brown.
El mencionado hace el típico saludo de hombre que me causa tanta molestia, pero al contrario de lo que suelo hacer cuando alguien me devuelve el saludo de esa forma solo le ignoro y devuelvo a mi campo visual al Extr. al que tengo que responderle por unos minutos para que no se sienta ofendido con mi indiferencia.