¡me gustas! #1

16 Ha sido un placer… El placer ha sido mío

 

 

La música y suena cada vez más fuerte haciendo que mis oídios casi revienten de elevada que ese encuentra. Uno de los brazos de Walter me rodea la cintura y me acerca hacia su cuerpo mientras que su mano libre toma una de mis manos y la eleva mientras comienza a guiarnos al ritmo de la música y hacernos mover de una manera muy rica y sensual.

Comienzo a reír cuando me hace girar y luego volvemos a bailar pegados, así seguimos bailando por un largo ratos hasta que la música cambia a algo parecido a electro o quien sabe, nosotros seguimos bailando sin importar la música hasta que en un momento dado solo comenzamos a brincar y a hacer pasos ridículos en el intento de tener una buena experiencia de baile con el rey de los Extr.

Pasan por lo menos dos minutos antes de que la música se detenga por completo y el anfitrión de la fiesta diga unas cuantas palabras, no le prestó atención porque para ese momento estoy demasiado ocupada mirando al chico con el que acabo de bailar.

─Vaya que me has sorprendido ─digo y una sonrisa nace en mi rostro mientras niego con la cabeza al caer en cuenta de que no he sido agradecida ─, oh perdona me he olvidado de algo muy importante y crucial.

─¿Y qué es eso de lo que te has olvida? ─hay curiosidad en su voz, mientras que las personas siguen prestando atención a Tonny. Nadie nos presta atención y eso es bueno.

─Ha sido un placer bailar contigo su majestad ─digo mientras hago una reverencia toando la falda que no llevo por los lados y extendiéndola; lo escucho reír y yo lo hago luego de estar parada correctamente.

Todos aplauden y nosotros también lo hacemos, la música vuelve a sonar y los asistentes vuelven a bailar y beber como si fuese el último día de su vida. Nosotros nos miramos y les seguimos la corriente comenzando a bailar al ritmo de la música envolvente y segadora de sentidos. Todo es tan extraño, llevadero y reconfortante.

Nos movemos como nos guía a la melodía, él toma mis manos y entrelaza nuestros dedos y nos hace movernos a la velocidad que él lo hace. No que quejo porque lo que hace, su mirada y todo de él me envuelve que me dejo de llevar y guiar.

El rimo de la canción se ralentiza y las luces se vuelven blancas y azules mientras que humo comienza a aparecer por el lugar haciendo que este te sienta mágico. Por un momento entro de mi loca mente e imaginación nos imaginó en otro sitio, uno donde no hay tanta gente; me acerca haca él y me rodea por la cintura dejando mis manos colgando a los lados de mi cuerpo y el con una pierna en medio de las mías hace que mueva mis caderas al ritmo y velocidad que él desea. Yo me dejo llevar hasta que decido que sería mejor que rodeara su cuello mis manos acariciaran su cabello corto y perfectamente peinado sin ninguna gota de gel o laca para el cabello.

Sigo mis instintos y lo hago, él no dice nada ni se queja al contrario sigue bailando y guiándome durante toda la canción hasta que veo su rostro acercarse al mío y cerrar los ojos antes de comenzar a besarme.

Cierro los ojos y le respondo el beso hasta que ambos necesitamos de oxígeno para poder respirar.

─Nadie me dijo que bailabas de esa forma y que bailar contigo seria así de sorprendente ─me dice con la respiración entrecortada, miro su pecho y este sube y baja rápido ─. Creo que el placer ha sido mío. Eres tan buena bailadora, eres buena besadora, eres buena porque…

No lo dejo continuar porque lo callo con un pequeño beso en los labios.

─Lo sé ─contesto, mis manos vuelven a su cabello y lo acaricio durante unos segundos antes de alejarme de él y su agarre en mi cintura ─. Necesito aire fresco.

─Yo igual.

Nos miramos por al menos unos cuantos minutos sin poder movernos hasta que veo una sonrisa nacer en su boca y negar con la cabeza antes de llevar una de sus manos sus labios y darse la vuelta para marcharse.

─Adiós Ro ─ dice antes de irse.

─Adiós Walter.

Camino lejos de la pista improvisada de baile para ir a la cocina y pedir algo fuerte que me saque de este asombro. Camino en automático y con la mirada decidida a obtener un trago.

─Guapa es bueno ver a alguien hermosa y agradable por aquí ─me saluda el siempre amable Tay ─, ¿qué es lo que deseas tomar?

─Algo fuerte, Tay ─digo sonriéndole un poco ─. Algo que me saque de este entumecimiento que traigo en sima de mí.

─En ese caso algo fuerte para ti ─dice tomando un vaso limpio, me mira antes de tomar alguna botella ─, ¿algo en especial que desees, Ro?

─Sorpréndeme.

Él sonríe y comienza a prepararme un trago a su preferencia, espero pacientemente, noto las miradas a mis espaldas que decido mirarlas y sonreírles con descaro. Las chicas que supongo esperaban obtener un poco de atención de Tay me miran mal luego de sonreírles, sin embargo, yo solo puedo volver a sonreírles y guiñarles un ojo.

─No seas mala, guapa ─escucho la voz de Tay hablarme y volteo sonriéndoles ─ ellas no te han hecho nada.

─Y yo a ellas no les he hecho nada ─ contesto acomodando mi blusa ─, pero la diferencia entre ellas y yo es que yo si tengo las agallas para hablar con el chico que pudiera interesarme por un simple hecho.




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