¡me gustas! #1

18 La pregunta

 

 

Para el momento en que por fin me encuentro saliendo de la casa de Tonny Méndez son pasadas de las tres de la mañana y eso es algo que me tiene preocupada, porque vamos, aunque mis padres me tienen confianza me dijeron claramente que llegará a más tardar las dos.

Camino rápidamente junto con una Cecilie bastante achispada por el alcohol y un chico Brown vigilando que la antes mencionada no se caiga. Cuando por fin llego hasta mi escarabajo, le pido de manera rápida a chico Brown que tome mis llaves y abra la cajuela y saque de ella un galón con agua de llave para limpiar la calle luego de que haga vomitar a Cecilie.

Él sigue mis instrucciones y para el momento que él logra tener el galón lleno de agua de llave solo soy capaz de decirle que se haga a un lado, que pronto saldrá todo el alcohol ingerido por esta muchachita a la que llamo amiga. Efectivamente, me tomó dolo dos intentos de yo meter mis dedos en su garganta y hacer que ella saque todo su estómago.

─Ten ─me dice extendiéndome un pequeño trapillo nuevo que tengo ahí para emergencias, lo tomo y con ese limpio el rostro de mi amiga que ha quedado con un poco de porquería festiva adolescente ─. Es extraño…

─¿Qué cosa? ─pregunto sin prestarle atención.

Mi amiga merece mi atención.

─Que la hagas vomitar, aun cuando ella no ha bebido mucho ─dice.

Escucho como vierte agua en la calle para limpiar y luego guardar el restante en la cajuela de mi escarabajo. No le respondo ni nada, solo me dedico a mi amiga asegurándome que no se duerma.

─No importa cuán ebria se encuentre ─comienzo a decirle ─, siempre debes de hace que el alcohol que tengas en el estómago salga para evitar problemas con las autoridades. Ya sabes, por el hecho de que tenemos diecisiete.

─Ya veo ─dice luego de unos segundos ─, en ese caso te escoltaré hasta tu casa.

─No es necesario chico Brown.

─Claro que lo es ─reniega ─, no sería bien visto y sobre todo no me sentiría a gusto sabiendo que las dejé marcharse solas a estas horas.

Alzo las cejas y me quedo mirándolo por varios segundos antes de negar con la cabeza y caminar hacia la puerta del copiloto.

─Puedes abrir la puerta por favor ─le pido mientras hago que una gran parte del peso de Cecilie la achispada se recargue en mí ─, tú tienes las llaves.

El me mira por algunos segundos antes de dar un pequeño respingo y asentir con la cabeza caminando directo a la puerta de mi escarabajo para abrirla.

─Eh… no sé cuál es la llave ─ruedo los ojos.

─Es la que tiene flores.

─Ya…

Mete la llave en la cerradura y se encarga de quitarle el seguro para después abrirla y hacerme señas para que le pase a Cecilie y él meterla. Ella es bastante complicada, por lo que al quererla poner en el asiento dice y grita que no.

Niego con la cabeza, ante cada queja y cuando por fin me tiene enfadada estoy muy dispuesta a decirle que deje que la ayuden.

─Ya basta Cecilie ─digo por fin ─, Tobías solo quiere ayudar y tú lo estas complicando todo.

─Pero tú lo quieres besar y no te atreves ─ dice en medio de balbuceos, habiendo que mis ojos se abran mucho ante lo que acaba de decir ─. Entonces ¿Quién da más problemas? ¿Tú o yo?

─Claro que esa eres tú ─respondo definitivamente ─Si lo quisiera besar, no me tomaría más que hacer una simple pregunta y lo sabes.

─Sí… claro ─ dice dejándose caer por completo en el asiento de mi escarabajo.

Chico Brown le pone el cinturón de seguridad y reclina el asiento para que se encuentre más cómoda.

─Gracias, chico Brown ─ le digo una vez él cierra la puerta.

─Cobarde ─grita desde el interior Cecilie ─. ¡Romi es una COBARDEEE..!

─Y… ¿Qué pregunta es esa? ─dice.

Lo miro con el ceño fruncido y lo que mis ojos captan es la viva imagen de alguien capaz de provocar guerras a causa de su atractivo desmesurado y sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

¿Tienes novia?

Lo digo sin pensar en todo y en nada, solo quiero que deje el tema por zanjado.

Pero si en algo tiene razón mi querida amiga ebria es que pueda que sea una cobarde por primera vez en la vida de yo siendo una Mezcla Rara. Decido levantar la mirada del suelo para ver los ojos del que pudiera ser el causante de mi cobardía tardía e inoportuna, sin embargo, con lo que me topo es más que esa posición que refleja todo el atractivo que posee este chico que no hace más que confundirme sobre que podría ser.

¿Mezcla Rara?, ¿Extr. ?, ¿Intr.? Mierda, ¡¿Qué?!

Resulta que decide sonreír de manera tímida y hace que todo en mi se revuelva haciendo que cada uno de mis sentidos comiencen a fallar. Porque claro nadie en esta vida me ha hecho flaquear sobre lo que pudiera ser dentro de lo que llamo jerarquía, no, lo que yo llamo estilo de vida.

─Yo tengo una pregunta para ti ─dice luego de unos segundos en los que parece nos miramos fijamente ─ ¿Ya sabes qué soy yo?




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