¡me gustas Alex! #1 Completa

Capítulo 11.

Tercera semana, segundo día, martes.

Esa mañana fue tranquila, la tensión no era tan grande y cuando llegó mi tía del trabajo, nos reímos, fue agradable.

Llegué a la escuela y evité a Clara, evite a todo el mundo, menos a Almendra, ella almorzaba conmigo y en los primeros dos recreos estaba con su manada, que desde la única vez que estuve con ellos los odié, lo siento, soy muy rencorosa y no es agradable que se burlen por la forma que uno es.

Sí sé que quieren saber mi reacción al ver a Almendra esa mañana, y fue tan sencilla como hacer que nada pasó, ignorar que me había traicionado y ahora actuaba como si fuera la mejor amiga del mundo, pero ya saben lo cobarde que Valeria era, ni en mil años podría pedirle explicaciones a la única persona que al menos me acompañaba a almorzar.

Y justo ese día sentadas en la parte alta de las gradas, unos ojos que sentía atravesaban mi pobreton cuerpo, me hicieron ver en dirección donde estaba Alex, pero no era esa persona que me miraba, era Clara, sus labios estaban planos y sus ojos me miraban atentamente, disimuladamente tiré mi cabello hacia al frente para tapar mi cara, pero Clara no podía ser una chica normal, no, ella llegó hasta arriba en algún momento, se paró frente a mí, Almendra se calló al instante y la miró, Clara la ignoró completamente mientras me miraba.

-Hola - eso es, tan yo, saludando como si todo estuviera normal, como si no nos hubiéramos comido la boca el día anterior.

-Hola Valeria - sus dientes estaban tan apretados que mi nombre salió casi en un susurro.

Suspiré tratando de tranquilizarme, hasta que Clara se puso entre mis piernas y me escandalicé. Estábamos en medio del patio.

-Clara - la llamé, pero acercó sus manos a mi cabello, tomándolo todo y tirándolo atrás de mis hombros.

-No tapes tu rostro - dijo en tono mandón, por primera vez, me hizo reír, su voz era dulce, pero como Clara era de carácter fuerte, la hacía ver y escuchar tierna.

-Ya Clara, gracias - aparté sus manos, nos miramos a los ojos y esos puntitos verdes que tenía en sus ojos me hicieron a recordar a la persona que estaba ahí abajo y tal vez podría estar viéndonos.

Solté sus manos de a poco, su tacto ya se me hacia familiar, su calor corporal ya era normal para mí y su presencia se había hecho, por más raro que suene, una costumbre.

Salió de entre mis piernas y se puso a un lado, el timbre sonó y con almendra bajamos en dirección a nuestro salón, y Clara fue con su manada.

-¿Qué fue eso? Pensé que se odiaban.

-No lo sé - fue lo único que pude responder.

Ya no podía confiar en Almendra, pero tampoco sabía que había sido eso.  Me dediqué a hablar con mi amiga del año de cualquier cosa que no fuera mi vida.

Y esa tarde con una emocionada Ashley fui a su casa, y como lo había imaginado no era una mansión, pero era una bonita casa, muy grande por dentro, nada que ver a mi casa.

-Siéntete en casa - nunca me habían dicho eso cuando fui a la casa de alguna amiga del año anterior, y a la de Ashley nunca había ido, esa era primera vez.

-Gracias - y mi loca cabeza empezó a fantasear lo que sería vivir ahí, llegar a casa y ver tanta luz, tantas cosas lindas, hubiera sido lindo, sigo pensando lo mismo. - No quiero sonar desagradecida, pero… ¿por qué quisiste que viniera a tu casa?

Ashley no lo pensó antes de hablar.

-Para volver a ser amigas - una gran sonrisa adornaba su rostro, le devolví una pequeña sonrisa de labios cerrados y un asentamiento de cabeza, sin saber todavía cómo eso había venido a su cabeza.

Me mostró toda su casa, las habitaciones, la cocina y todo eso, me llevó a su habitación y cerró la puerta, me puse nerviosa cuando la vi haciendo eso. Luego comenzó a sacarse la ropa y ahí si que ya no pude seguir viendo.

-Me daré una ducha, ¿quieres ducharte también?

¿Contigo?, pensé.

-No, gracias - me reí, escuché su risa.

-No te preocupes, no sería problema, pero tranquila nadie te obliga - asentí - Vuelvo en unos minutos.

Si esperan una escena triple x lo siento pero no pasó, no se le quedó la ropa interior, ni me llamó para que lavara su espalda, nada, las películas son una farsa. Después de su super baño, vimos películas, conversamos, no le conté mucho de mi vida, hablamos de la universidad, eso es un tema delicado, porque si me iría España, allá tenía que seguir, así que le dije lo que tenía hace un tiempo planeado para hacer ahí, en mi país.

Comimos, hablamos, vimos una película, era de amor, es lo único que recuerdo.

Cuando se hicieron las ocho de la noche Ashley me acompañó a mi casa, en el auto de su padre, él manejaba, era un hombre simpático.

-Espero que nos podamos ver pronto - me dio un extraño abrazo de lado en los asientos traseros, me había dado su número, así que pensaba que si podíamos juntarnos.

-Gracias - le dije a ella, y a su padre.

Me bajé despidiendome con la mano, fui a la puerta de mi casa y antes de abrir, escuché un vidrio contra el suelo, cerré los ojos con fuerza, por eso no me había llamado mi mamá, sus gritos me daban la señal de una pelea con mi padre.

Suspiré cansada, era tan cansador y agotador, tener que cada día escuchar una pelea, ya no era una vez al mes, ahora era una hemorragia de cada día, y dolía mucho, solo saqué mis llaves y abrí la puerta. Mi madre se encontraba llorando, mi papá como siempre parado pensativo y callado, pasé de largo a la habitación, me acosté en mi cama, una voz llamó mi atención, y por el movimiento del camarote ya sabía.

-¿Cómo te fue? - preguntó en un susurró.

Giré mi cabeza en su dirección, solo podía ver su cabeza colgando de arriba.

-Bien, ¿por qué?

-Porque mientras estabas con la niña rica, no han parado de discutir.

-Ya - apreté mis ojos con fuerza.

-Cuando estas al menos no pelean tanto.

-Ahora están peleando como cuando estoy, no digas tonterías.



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En el texto hay: amor, confucion, amor lgbt

Editado: 01.07.2020

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