22 de octubre de 2014.
18:00.
Y sí, aquí estoy. Sentada en un banco y mirando cómo Valentina compra dos conos de helados para las dos.
Esto es raro para mí, desde que conozco a Valentina siempre nos llevamos mal y no solo por el tema de siempre que es Mateo, sino, por otras cosas. Estar sentada en un banco del parque, esperando a que Valentina venga con los helados para tener una conversación es raro e incómodo para mí y pienso que para ella también lo es.
Cuando ya el hombre le entrega los dos conos, Valentina da la vuelta y se queda parada por unos segundos con una cara que demuestra su nerviosismo, luego sigue caminando hacia mí; y me entrega mi helado de chocolate y vainilla. Ella tiene de sabor crema de cielo y granizado.
—Provecho —dice y se sienta a mi lado.
—Gracias —digo y empiezo a comer de mi helado.
Hay un silencio incómodo, ella mira un punto fijo del parte y yo también hago lo mismo hasta que ella rompe el silencio.
—Lindas zapatillas —dice y luego vuelve su mirada a ese punto fijo.
Yo abro un poco mi boca por la sorpresa, ¿Valentina diciendo algo bonito de mí vestimenta?
—Muchas gracias —murmuro y agacho la cabeza—. Valentina... —Pienso las palabras antes de hablar, levanto mi mirada y veo que ella me presta atención— Quiero pedirte perdón si te hice sentir insegura cuando estabas con Mateo, yo entiendo que te sentías mal que la mejor amiga de tu novio esté enamorada de él y que te lo quiera quitar... Creo que si estuviera en tu lugar, también lo sentiría...
Su mirada se va ablandando y sus ojos se refleja una ternura que no conozco.
—Aunque no lo creas, nunca tuve la intención de quitarte a Mateo, siempre supe mi lugar que es solo ser su amiga. Siempre te respeté, lo respeté y respeté su relación.
Empieza comer su helado, puedo notar que sus ojos están aguados porque están muy brillosos.
—Te pido perdón por hacer que te sientas mal cuando yo estaba con Mateo, estaba tan celosa de su amistad... La mejor amiga de mi ex novio se metió en nuestra relación porque ella estaba enamorada de él.
Abro mi boca por la sorpresa recibida, entonces... No es la primera vez que le pasa algo así a Valentina.
—Fui muy grosera con vos... Cuando me enteré que Lucas era tu novio, sabía que vos no sabías que él ya tenía... novia —murmura.
Sé que trata de pensar antes de hablar porque no me quiere lastimar, pero ¿cómo se siente ella después lo de Lucas?
—Valentina, ¿vos cómo te sentís sobre lo de Lucas?
Se queda callada y piensa por un buen rato, frunce su ceño y habla.
—Para ser sincera, no me importó en lo absoluto, nunca amé a Lucas —dice y suspira, mientras se recuesta en el banco—. Solo lo utilicé como reemplazo de Mateo —Me mira— y tranquila, ya no lo amo.
—Eso no me importa para ser sincera, yo ya no estoy enamorada de Mateo, del que estoy enamorada es de Lucas —digo.
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21:50.
Estamos yendo a la casa de Valentina, me quedaré en su casa porque mis padres no están y yo no me quiero quedar sola para no hacer una tontería de querer llamar a Lucas, y pedir volver.
—No puedo creer que hayas dejado de amar a Mateo —dice Valentina.
Giro mi cara para verla y ella tiene los ojos cerrados.
—Bueno... Empecé a salir con Lucas y me fui enamorando de él, era lo normal si era mi novio.
—En eso tenés razón... —suspira y saca las llaves de su casa con el típico ruidito— Ya llegamos, entra —dice mientras abre la puerta principal.
Entro con ella a la casa y dejo mi bolso en un sofá, busco a Valentina con mi mirada y no la encuentro hasta que escucho ruido en la cocina.
—¿Qué querés cenar? —pregunta mientras hace ruido más ruido con unas ollas.
—Fideo con salsa, lo típico —digo y me tiro en el sofá con cansancio.
Mi celular comienza a sonar, es una llamada. Lo agarro y contesto la llamada.
—Hola —digo con mi voz cansada.
—Lele, soy yo, amor.
Lucas... siento que las lágrimas quieren salir de mis ojos. Quiero suplicarle que vuelva conmigo, pero no puedo hacer eso, él me hace mucho daño.
—Lucas —digo con frialdad.
—Mi amor, quiero pedirte perdón por haberte engañado —dice y escucho su agitada—. Prometo cambiar, pero por favor, te lo suplico... Vuelve conmigo, Helena.
¿Ahora viene este pelotudo a suplicarme? Estoy por contestarle, pero Valentina es más rápida y me arrebata mi celular.
—¡Escúchame bien, maldito bastardo de mierda, déjanos en paz! —grita— ¡No queremos saber absolutamente nada de vos! ¡Sos una basura, una rata, un buitre! ¡Aléjate de nosotras!
Valentina no le da tiempo para responder porque cuelga la llamada y me devuelve mi celular.
—A esa clase de personas no hay que responderles las llamadas, Lena.
—Lo entiendo, juro que no sabía que era él, no me fijé en su número —digo.
Ella asiente y vuelve otra vez a la cocina, yo agarro mi celular para apagarlo porque Lucas volvía a llamar.
—¿No se cansa de insistir? Yo ya no voy a volver con él nunca. —Pienso.
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—Mañana tengo Matemática y Lengua, en las dos tengo dos horas —digo mientras remuevo mi comida en el plato—. Es cansador.
—Lo entiendo, mañana tengo Inglés, Matemática y Filosofía.
Entonces el celular de Valentina empieza a sonar, toma su celular y ve la pantalla, me lo muestra.
—Es el pelotudo de Lucas. —Apaga por completo su celular y sigue comiendo.
—¿Cómo conoces a Miel? —pregunta.
—Miel es mi compañera de secundaria, es un amor. Ella me unió en el grupo de tres con Mateo, además, somos primas, ya que ella sale con mi primo Marcos.
—Conozco a tu primo, siempre va a jugar basquet con mi primo.
—¿En serio? No sabía.
—Sí, basquet... Así que, Marcos es novio de Miel, nunca pensé que llegaría a tener novia.
Frunzo el ceño y ella se ríe, a los segundos la acompaño.