25 de noviembre de 2015.
05:30.
Los recuerdos no me dejan en paz, el beso del cuál había compartido con Mateo sigue vigente en mi cabeza.
Lágrimas desbordan de mis ojos, mis cachetes y mi nariz están rojos, mi labio inferior está roto por tanto morderlo por querer aguantar las ganas de llorar.
—¡¿Qué mierda hice ayer?! —Pienso.
No tengo el valor de darle la cara a Mateo, no después de lo de ayer.
Mensajes y más mensajes llegan a mi celular, obviamente de cierto chico que vive en mi corazón desde hace años. No puedo entrar a su chat porque tengo miedo que esos mensajes sean malos. Directamente, me he declarado a Mateo con el beso y luego con el "Me gustas, tonto" de hace unos minutos.
Agarro mi celular, pero sigo sin entrar a su chat, en vez de eso, llamo a Miel para que me dé unos consejos.
Escucho ese sonidito conocido por todos y por fin, Miel me contesta la llamada.
—Helena, por Dios, ¿qué ha pasado? ¿Cómo es eso que te besaste a Mateo? —pregunta un poco exaltada.
Abro mi boca por la sorpresa, ¿ya lo sabe? Mis lágrimas siguen cayendo y sigo sin hablar. O sea, Mateo ya le dijo lo que pasó.
—No sé qué pasó. Estábamos muy cerca y lo besé —Muerdo mi labio para aguantar que no se me salga un sollozo—. Tengo miedo de que ya no quiera ser mi amigo, Miel. No lo quiero perder.
—Por la forma que me contó, no sé si quiera dejar de ser tu amigo. Estaba tranquilo.
Frunzo el ceño, confundida.
—Yo creía que estaba enojado conmigo.
—¿Te dio señales para saber si estaba enojado con vos? —pregunta otra vez, soltando un bostezo.
—No —digo, mientras niego con mi cabeza—. La verdad hui de la fiesta cuando me di cuenta, él me persiguió, tratando de pedirme un explicación, pero no se la di —Suelto un sollozo cuando voy en la parte en donde le digo la verdad—. Miel, le dije que me gusta, como no le di una explicación en persona, me las pidió por mensajes y le dije la verdad.
—Ay, Dios mío, Lena —susurra—. La verdad, no parecía enojado... Estaba tranquilo, hasta me pidió que si hablaba con vos, te diga que le contestes los mensajes —Suspira— ¿Cuántos mensajes te ha enviado?
—Como unos quince, creo...
—Bueno, tenés que hablar con él. No podés escapar de esto toda la vida y lee los mensajes que te envió, capaz no está enojado con vos... Sabes muy bien que él no es de enojarse mucho, menos con vos —Suspira otra vez—. Él te quiere mucho, como su hermana menor.
—Lo sé, juro que voy a leer los mensajes y no sé si pueda hablar con él ahora, tal vez más adelante... Por ahora, voy a mantener mi ventana cerrada y le pediré a mis padres que no lo dejen pasar a mi casa... Por favor, no le digas que te dije de la ventana y de mis padres, también le voy a pedir a mi tío que me lleve a su finca... Estoy muy avergonzada, Miel.
—Siempre huyes de los problemas, deja de hacer eso, pero está bien, no le diré nada, pero promete que le hablarás.
—Lo prometo, adiós.
Colgamos la llamada y miro mi celular, indecisa si entrar al chat de Mateo.
—Le prometí a Miel que iba a leer los mensajes... No puedo romper mi promesa.
Mi mano está temblando, al igual que mi dedo gordo... No lo pienso mucho y aprieto WhatsApp, y entro a su chat para leer los mensajes.
Teo <3
¿Qué?
¿En serio me decís eso?
Una lagrima sale de mi ojo izquierdo, sigo esperando el peor rechazo del mundo.
Teo<3
Bueno... la verdad estoy muy sorprendido, Lena.
...
¿Te acordás que te dije que creo que me gusta una chica?
Ahora siento enojo, ¿después de ese beso que, además él correspondió, me va a contar quién le gusta? Es el rey de los tontos.
Teo<3
Bueno, esa chica sos vos, Lena...
Siento que el aire me falta y trato de no exaltarme porque siento que me voy a desmayar.
Teo<3
Me atraes mucho desde hace unos meses para atrás.
No quería decírtelo porque no quería arruinar la amistad, además, tenía miedo de que me rechaces porque pensaba que me mirabas como tu hermano o tu mejor amigo.
Dejo de respirar por un momento y me voy a sentar a mi cama, miro una parte de mi cuarto, sin ningún tipo de expresión.
¿En serio me está pasando esto? ¿En serio le gusto al chico que me gusta desde que tengo trece o catorce años?
Vuelvo a mirar mi celular para seguir leyendo sus mensajes.
Teo <3
Por favor...
Hablemos mañana...
Quiero que aclaremos esto para saber que podemos tener, o sea, vos me gustas y yo te gusto.
Los dos sabemos que nos gustamos.
¿Por qué no intentamos tener algo?
¿Qué te parece?
¿Helena?
Apago mi celular y lo pongo sobre la mesita de luz.
Trato de pensar, pero lo único que caigo es que le gusto a mi mejor amigo...
—Dios... No puedo creer esto, le gusto a Mateo —Suelto un suspiro—. Estoy en shock...
Mi celular empieza a sonar, me acerco y veo que él me está llamando. Me alejo rápidamente de mi celular y niego con mi cabeza varias veces.
—No, no, no —digo—. No voy a hablar con él hasta que me sienta segura.
Me levanto de mi cama y dejo mi cuarto con mi celular adentro, mientras suena.
Me dirijo a la cocina, saco un vaso y lo lleno de agua para beberlo de una, en eso aparece mi madre con una ceja levantada.
—Así que... ¿te besaste a Mateo, hija?
Me pongo nerviosa y solo asiento, suelto un suspiro y abrazo a mi madre para buscar un poco de calidez.
—Mamá, le gusto a Mateo.
Me mira sorprendida y me sonríe.
—Bueno, me sorprende, pero ya lo sabía, eso se le nota desde lejos, Helena.